Atípico caso el que se ha dado en
Perú con Santa Madero. Pocas veces
una banda tan joven (¡la media de edad entre sus integrantes es 18 años!) ha
generado tanta expectativa en público y prensa especializada, un hecho especial
dentro de una escena musical que ya se encontraba acostumbrada a los nuevos
rostros debido al recambio generacional que se ha ido dando en los últimos
años. El hecho se vuelve más curioso al notar que el sexteto cuenta con tan
solo una canción disponible en las plataformas de streaming ¿acaso no será este
otro caso de precipitación encubierta como entusiasmo?
La respuesta la puede dar cada
persona que escuche Pero Frágil, una
sensual pero elegante carta de presentación que se extiende entre percusiones de
salsa, RnB de tintes setenteros y dream pop contemporáneo. La canción triunfa
al incitar pero en ningún momento ofrecer de más. La banda cambia los impulsos
propios de su edad por maestría compositiva, optando por una fina y controlada sensualidad
presente en cada verso, coro, quiebre dramático o momento instrumental. De
verse uno forzado a encontrar un símil en la música latina contemporánea lo más
cercano sería la ya icónica Tártaro
de Buscabulla. Ambas canciones, en
sus respectivas distancias, entregan un sonido flirteante, en gran parte debido
al labor de sus vocalistas, como también una notoria vena latinoamericana al
evocar a estrellas de décadas pasadas: mientras los puertorriqueños nos recuerdan
líricamente el legado de Frankie Ruiz
los peruanos algo similar con Rubén
Blades gracias al uso de sampleos.
Luego de escuchar Pero Frágil quien aún posea dudas sobre Santa Madero bien puede pasar como una
persona severamente precavida. Por el momento, viviendo el presente, nos
quedamos con el goce propio de todo aquel buen descubrimiento musical. Es mejor
vivir esta joven promesa pop paso a paso, que nos siga haciendo ilusiones en la
cabeza de a pocos con cada nueva canción.