Parece que en Barranquilla no pasada casi nada durante el año hasta que llega el carnaval con su acostumbrado jolgorio y espíritu festivo, ese que caracteriza a la mayoría de la gente de la ciudad. Unas semanas antes de que la fiesta estalle con su desenfrenada ideología de cuatro días de fiesta, se lleva a cabo un evento que año tras año hace más llevadera la repetitiva fiesta barranquillera. "El espectáculo como reflexión" es el eslogan del Carnaval de las Artes, festival que a menudo reúne figuras interesantes del acontecer del mundo "artístico" mundial. Una especie de feria en la que se congregan por igual escritores, pintores, caricaturistas, músicos, científicos y un largo etcétera de luminarias que entre chiste y chanza dan al público barranquillero un respiro en épocas de pre-carnaval.
Este año y para nuestra suerte, el Carnaval de las Artes trajo dos shows que no nos podíamos perder. Por un lado, la presentación del proyecto de Mario Galeano y Quantic, Ondatrópica, un ensamble de ensueño con muchas reflexiones y experiencias. El formato de su presentación fue una charla+concierto al lado del periodista Jaime Monsalve. Nada que decir, los momentos fueron muy placenteros, Monsalve demostró su bagaje haciendo preguntas concretas y presentándonos a los acompañantes de Galeano y Quantic, cada uno, una figura esplendida llena de matices y aportes al cóctel musical que nos estaban sirviendo. Varias canciones de su primer disco homónimo fueron interpretadas, esas picarescas y atrevidas piezas que le valieron el título de mejor disco colombiano del 2012 y que los ha tenido girando por el mundo gracias a una gestión envidiable. Conocimos más detalles sobre la producción de este disco y al final hubo promesas de una segunda producción que sin muchos tropiezos saldrá durante el 2014.
Dos días después fue el turno de presenciar otra figura del panorama sonoro latinoamericano, uno de los artistas que más me ha entretenido a lo largo de los años, recital al cual me hice acompañar de una amiga que comparte enteramente mi amor por
Kevin Johansen. Una presentación en solitario, con guitarra a cuestas y la interpretación gráfica del caricaturista chileno-ecuatoriano
Alberto Montt. Vale destacar que Montt muchas veces sacó risas obligadas del público con sus ilustraciones a las cuales curiosamente debía agregar palabras descriptivas. Johansen por su parte era el plato fuerte y esto lo validó con cada intervención. Sobre todo en ese momento en el que la dupla hace un intercambio de roles dejando al ilustrador en un plano muy incómodo, mientras Johansen hacía de las suyas jugando con la idiosincrasia local. Canciones como
Daisy,
Anoche Soñé Contigo,
La Cumbiera Intelectual y
Guacamole sonaron de la voz y la guitarra del músico argentino para el entretenimiento de los asistentes que valoraron el singular sentido del humor de este personaje.
Los dejamos con esta interpretación de Johansen de su canción
Daisy, aunque al final se le olvida la letra, el momento es bastante memorable. Gracias nuevamente al Carnaval de las Artes por ser una de las pocas alternativas a la fiesta pagana de la ciudad, nos vemos en la novena edición con el mismo nivel de humor, reflexión y crítica.