Hu Hu Hu marcó una etapa interesante para la carrera de Natalia Lafourcade. Aunque el punto de partida de ese soplo de pop dulzón y alegre hubiese sido su viaje a Canadá y su disco instrumental Las 4 estaciones del amor. Antes de eso, la mayoría del público conocía de Natalia por su hit atemporal En el 2000, el soundtrack de Amar te Duele y su ecléctico disco acompañada de La Forquetina, Casa. Volviendo a la época, después de su placa de 2009 vino una infinidad de colaboraciones, re-versiones, apariciones y etcéteras que nos mantenían en vilo sobre el nuevo rumbo de la chaparra que nunca ha sido del todo evidente, hasta esta ocasión.
Y es que es difícil adentrarse a una aventura como estas, sabiendo que Lafourcade es capaz de muchas obras interesantes que no necesariamente recaen en el reciclaje y la re-versión. En pocas palabras, el espíritu alternativo poco a poco se va a abandonando por un estilismo sobrio y poco emocionante.
Sin demeritar la producción, este es un disco muy bien concebido musicalmente, sino escuchen no más el impresionante inicio/transición de Piensa en mí. Y no es el único momento, a lo largo del disco se deja ver un conjunto muy bien articulado e ideas claras del sonido que se quería lograr. Desde el desnudo inicio de Farolito, pasando por el colorido ensamble de Limosna, hasta llegar a los aires de tango de Si No Puedo Quererte; Mujer Bonita es un disco que claramente encumbra el adjetivo que describe su titulo.
Ahora bien, los desaciertos para mi parten desde la misma idea de hacer un disco homenaje a un autor, sin restar trascendencia a uno u otro autor, Lafourcade y Lara tienen poco en común, pero ambos se ganaron su respeto a pulso, y el hecho de que su punto de encuentro sea este disco no es del todo un sinsentido. Sin embargo, creo que siempre me quedará la duda si este disco hará parte de la discografía oficial de Lafourcade o si es sólo un punto anecdótico, un capricho llevado al plano comercial. No creo que todos los discos de homenaje respondan a la exigencia, por lo menos, no a la mía, de material original, el cual siempre tendrá más valor por bueno que sea el cover.
Luego viene la desmesura. Justo como hiciera Ely Guerra con su Hombre Invisible, Lafourcade juega con la idea de una mujer divina, y en él incluye a un hombre en cada canción, un hombre que lastimosamente no es invisible en los momentos en que debió serlo. De cada uno de estos intérpretes que acompañan a esta mujer podría decirse algo. Por ejemplo lo nefasta que es la voz de Vicentico en un tema que merece más mesura como Piensa en Mí (no todo puede cantarse como Matador o Los Caminos de la Vida). Meme del Real por su parte no puede hacer lo mismo que hizo en Eres con todas las canciones a las que presta su voz. En Imposible, por su parte, es casi imposible identificar la voz que acompaña a Lafourcade, tal vez le faltó “melodrama” a Larregui para “concentrarse”. Gilberto Gil en Farolito, Johansen en el primer single, La Fugitiva y Bosé en Si no puedo quererte, cada uno más desdibujado en su rol (en serio es que no tolero a Bosé).
Pero no todas las voces masculinas deslucen en esta placa. Mi canción favorita Amor, Amor de mis Amores, no sería lo mismo sin esa indiscutible personalidad vocal y el acento de Devendra Banhart. Adanowsky, Drexler y Alex Ferreira hacen un gran acompañamiento en las últimas canciones del disco que sin lugar a dudas son las más rescatables del conjunto.
Un (desconocido) Rodrigo Amarante acompaña a la chaparra en la mejor canción del disco. Azul como un cielo. Una canción antes del cierre y se entiende a la perfección la intención del homenaje, las letras, la poesía que recubre esta canción es casi inconmensurable, y no miento, el paisaje se dibuja con la armonía y los colores que salen de la interpretación de una Lafourcade más aplomada, un acompañamiento musical sencillo y un acompañante a la altura. El cierre definitivo lo hace Natalia con su guitarra. María Bonita seguramente tendrá millones de interpretaciones, y muchas mejores que las de esta mujer divina, pero hay que ver qué bien lo hace con su pequeña voz desnuda y unos cuantos acordes. El cierre perfecto.
Para concluir, y dejando atrás mis dudas y meras observaciones personales, Mujer Divina es un disco con una loable intención, con una producción fabulosa (a esta chica no se le puede pedir menos); un disco que resalta la belleza y la poesía que envuelve el amor, un homenaje en todo el sentido de la palabra a la letra y la labor de un hombre respetable en las manos y el compinche de una mujer con credibilidad en el arduo mundo del pop (latino).
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