Chancha Via circuito nos había tentado en 2012 con el lanzamiento del EP Semillas, trabajo que anunciaba la continuación de su laureado LP Río Arriba (ZZK, 2010). Este año el productor argentino vuelve al ruedo y de a pocos va liberando los singles de su inminente tercer disco, Amansara (Wonderwheel Recordings, 2014). El primero vino bajo la forma de un canto folclórico animado por la cantante Miriam García, y ahora nos deja más que animados con su segundo corte de difusión en el que colabora la incansable Lido Pimienta (quien se apunta a convertirse en la nueva musa del sello de Chancha).
Jardines, cómo se titula la rola, es un hipnótico tránsito al baile que nace de las anotaciones de Pimienta sobre una cama sonora envolvente. El rollo crítico lo transmiten las menciones de Lido sobre su país de origen, la mezcla de un sentimiento entre la esperanza y el desarraigo, siempre presentes en sus composiciones, hacen de este un canto místico perfecto para los amantes de la introspección y el trance. Una de las mejores canciones de la temporada.
Update: Entre animaciones coloridas y tomas de la mismísima Lido Pimienta transcurre el hermoso videoclip de Jardines, una experiencia recomendada que vale la pena apreciar en HD.
Después de su laureado debut, Al Vuelo (Michita Rex, 2011), Fakuta nos presenta Tormenta Solar, primer single en extraerse de su esperado nuevo disco que será editado esta vez por el sello Quemasucabeza, hogar de algunos de los proyectos independientes más llamativos de Chile.
Tras escuchar la canción varias cosas nos quedan claras. Esta vez la producción de De Janeiros (Milton Mahan y Pablo Muñoz) acerca los sonidos de esta autora al mundo del electropop bailable, dejando atrás el misticismo y las estructuras de pop matemático para liberar sus ondas, precisamente como una tormenta solar. Un coro pegadizo al mejor estilo Dënver, en el que escuchamos la frase: “y los pobres chicos que quedan adentro ardieron al bailar”, haciendo referencia a la expansión de la energía a través del baile, es una bonita analogía que se repite varias veces a lo largo de la canción entre notas de electropop familiar.
Tormenta Solar es en definitiva un grower, una de esas canciones que merecen varias escuchas y que te invita a contagiarte de sus ánimos bailables para estallar con ella. Seguro Fakuta sonaba más a Fakuta en su debut, pero con este single nos queda la curiosidad y las ganas de escuchar entero su nuevo material.
Update: Recientemente estrenado el clip de Tormenta Solar en el cual Fakuta encarna a una monja traviesa entre cuadros y triángulos que siguen las secuencias de la canción, el tono bailable se pierde entre el terror y la aparición de una criatura espeluznante hacía el desenlace. Dirige el niño prodigio Bernardo Quesney.
Mun Discos editó hace poco un disco de remezclas de los EPs 1 y 2 de la cantautora argentina Paula Trama, ahora bajo el nombre Paula y Los Besos. Recordemos que este trabajo fue uno de los discos destacados del 2013 en el amarillo; 8 canciones contenidas en dos EPs que recogen versiones de canciones anglosajonas y composiciones de la Trama, todo envuelto en melodías que corresponden por igual al pop, al folk y al punk.
Este disco de remixes viene cargado de distorsión y por momentos es casi imposible identificar los encantos de Los Besos en las canciones, cómo en la introductora Paja Dorada, que mezclada por Laura Fire, desdibuja por completo el imaginario enamoradizo de la canción. Quizá intencional o no, el disco es un reto que difícilmente atraerá más fans a la base de estos artistas. De acá recomendamos el mix de Pablo Looper para Bailar, versión castellanizada de Cosmic Dancer de T Rex, un giro electro-pop para una de las canciones inolvidables del conjunto.
Paula y Los Besos Remixes se puede descargar y escuchar gratuitamente después del salto.
La radiante fotografía y dirección de Bernardo Quesney acompañan el nuevo single de Colombina Parra. Tomas pasadas por los lentes cómplices de las aventuras cotidianas de tres niñas en un ambiente rústico y campestre que esconde detalles hermosos entre los objetos, la luz reflejada por un cristal y una locación que se convierte en un personaje más. Otro trabajo impecable que acentúa una canción gigante.
Basada en muy pocas líneas y con un acercamiento singular a la canción folk-rock, Pavimento logra despertar lo que las canciones de Él Mató a un Policía Motorizado, hipnotizar con las introducciones y reventar con una frase, que en este caso es una palabra que resuena por todos lados. La intención del mensaje y la elección de dejarnos disfrutar de la música luego de los saltos líricos, la vuelve una canción imperdible dentro del panorama actual, quizá una de las mejores que hayamos escuchado este año.
Mi encuentro y posterior gusto por la música de Juan Román Diosque data de pocos meses, tiempo suficiente para instaurar sus letras en mi subconsciente. No recuerdo el momento exacto en el que me decidí a escucharle, pero cuando lo hice fue algo así como una apuesta romántica y un chance que se le da a un buen conocido. Terminé por apreciar cada texto y cada experimento del argentino y guardando mi nuevo amor musical como un tesoro inagotable, que más allá del ego… sólo es para mí (La Cura).
Todo comenzó con su disco de 2011, Bote, una placa que veía a nuestro héroe resurgir de las cenizas de la falta de fe en sí mismo para regalarnos un nutrido cancionero compuesto de frases que te acompañarán a lo largo de la vida. Este disco pudo ser perfecto al obviar unas cuantas pistas hacia el final, pero las 10 primeras canciones son razones suficientes para dejarse deslumbrar por su composición. Canciones como Ropa Prestada o Tren de Lucila siguen resonando gracias a los certeros ganchos líricos con los que Diosque conjura sus canciones: “En el freezer de mi mente estás vos, congelada y hermosa para mi”, o “Yo sigo igual, música en mi”, frases que logran remover fibras que van desde la sorpresa por lo retorcido y directo del mensaje, hasta la identificación por ceñirse a pasiones familiares. Este disco estuvo soportado en lo musical por pistas encantadoras de corta duración que sirven para acentuar las frases que en últimas son lo más importante.
Con este referente, la salida de Constante me parecía una nueva oportunidad de alimentar mi romance con las canciones de Diosque, aunque aún reservo mi favoritismo para con Bote, he de admitir que lo que hayamos en esta continuación no dista mucho de lo que ya conocíamos del cantautor de habitación. En cuanto a líricas estamos seguros de encontrar más de una razón para identificarnos y sorprendernos. Es en lo musical donde está el mayor giro de tuerca. Bajo la producción de Jean Deon, esta placa se mueve por senderos más ambiciosos y grandilocuentes, acercando la canción latinoamericana a terrenos bailables y de rítmicas arriesgadas.
Si tomamos el primer corte, Fuego, encontramos a un Diosque compacto entre líneas que se parten y se pegan dejando al oyente con el sabor de una confesión, pero a portas de algo aun mayor, un mensaje que trasciende entre flirteos con bases de hip-hop y un misticismo religioso. Constante es también el disco en el que Diosque se define en el panorama musical latinoamericano, eso queda claro al escuchar frases que introducen su particular aproximación a la escritura, el chico está consciente de su constancia y la durabilidad de su mensaje: “Si hablo debo ser eterno… aprovecho la eternidad mientras viva” extraída de su contundente single Una Naranja, o en El Típico Secreto: “Parece que soy un bicho de culto”.
Pero más allá de su papel en la escena, el cual parece dejar atrás el estatus underground o de músico de culto, para engrosar la lista de artistas preponderantes del movimiento indie latinoamericano, este disco también consolida la noción de tiempo de Diosque. Las recurrentes referencias a la eternidad (Una Naranja, Quise Minutos (de la eternidad), Fuego, Soy las 6) engloba el motivo de su luminosa portada y plantean una necesidad de trascendencia que sólo el tiempo mismo sabrá condensar.
Las canciones más destacadas del disco, a mi parecer, comprenden su primera mitad: los sintetizadores diabólicos de Una Naranja, el tropicalismo de La Cura, y el dance de Soy las Seis. Pero mi favorita es sin lugar a dudas Broncedado, una canción cíclica que induce al baile mientras nos instaura frases envolventes y eternas: “A veces no importa quién lo dice primero, sino quien lo dice mejor”, o “no me confundas, yo me confundo solo”, que dan paso a un enmarañado bailable al cual es casi imposible resistirse. La combinación de notas andinas, un bajo monstruoso y sintes galopantes la hacen brillar con luz propia dentro de un álbum repleto de constelaciones.
En Constante Diosque parece lograr eso que se propone en canciones como Arriba, llevarnos de paseo por la nada y obtener una imagen satelital de su visión musical, captar nuestra atención, interactuar, hacernos pensar y bailar, reconocerse en el panorama y subir para trascender. Sus deseos de eternidad o infinidad tal vez no sean saciados entre las personas que lo escuchamos, bien sabido es que el indie, y la industria musical en general, es un terreno muy impredecible, pero garantizamos que con esta placa el cantautor ha logrado volver eternas sus frases y es más que seguro que nuestro agradecimiento por sus notas va más allá de una línea de tiempo para girar infinitamente en nuestros universos personales.
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