Arte: Castaño |
¿Cuánto cabe en un año? Viajes, a otras ciudades, a otros países, y viajes interiores. Mudanzas, abandonos, retornos. Al menos una promesa de amor, y cuántos desencantos. Sabores nuevos, de helados, de besos. Llaves perdidas, vasos rotos, libros recuperados. Trabajos aburridos, conciertos reveladores, fiestas decentes. Consejos desoídos, lecciones aprendidas. Cartas sin respuesta, discos nuevos que parecieron señales. Algún dolor, pero también su final. La vida misma. Y atravesando cada instante: las canciones.
En el amarillo queremos celebrar cada año con un compilado que resuma la policromía de la vida, y la búsqueda incesante de nuestros queridos artistas latinoamericanos y a su don de convertir las flores de un día en duraderas postales.
30. Titán – Buscabulla: El confort siempre ha sido lo de Buscabulla. Nuestros boricuas favoritos nos transportaron en su más reciente corte hacia un espacio donde lo gélido se hace uno solo junto al calor y así, comienza un ejercicio de química donde el resultado es un mágico vaivén electrónico. Con la infusión dream pop, Raquel Berrios proclama en Titán la alabanza hacia un ídolo que, más allá de tocar una temática de codependencia emocional, levanta todos esos componentes que nos recuerdan lo que Buscabulla es: un deleite bajo cualquier circunstancia. Alejandro Ortiz
29. Venda, Vendita, Venda – Tulsa: Difícil tarea ha debido tener Tulsa para componer un disco después de la preciosidad que fue La calma chicha (2015), aquella tesis sobre el amor efímero que seguimos escuchando con devoción. Su respuesta ha sido abrir el espectro y cantar sobre variados acontecimientos. Y sin embargo aquí insistimos en elegir otra canción de amor, o desamor, para ilustrar su talento. Venda, vendita, venda es por supuesto un himno a la sanación. Borradas las culpas, en nuestro poder está dejar de rascar las heridas y bien cubrirlas, pues el camino es largo y habrá que continuar. Camilo Castaño
28. Lady Dragon – Kali Mutsa &
Imaabs: Kali Mutsa sigue siendo una de las artistas más arriesgadas del continente, y esta Lady Dragon viene a ratificarlo. La aparición de Tomasa del Real eleva esta pista que va de mujeres ambiciosas y malvadas por naturaleza. Imaabs (del sello NAAFI) crea una atmosfera entre la cadencia y la tensión, el ambiente perfecto para que esta dupla luzca sus espadas, sus garras y sus ambiciones. Will Balooni
27. Tú si sabes quererme – Natalia Lafourcade: Para Natalia Lafourcade la madurez musical y el reconocimiento vino acompañado de la gran tradición acústica del folclor latinoamericano; una tradición melódica, enamorada y cadenciosa para la cual la bella voz de Lafourcade es el punto perfecto por su calidez y emotividad. Tú si sabes quererme es una fina estampa llena de delicadeza, precisión y belleza, sumergida en la plenitud y la celebración de la certeza de lo que durara por siempre. El ultimo baile de los que se quedaron al final de la fiesta y la llegada de la madurez que al final era el tiempo aprendido, tomado y embellecido. Arturo Ortiz
26. Bahía – Luca Bocci: Para nadie es un misterio que el asombroso ascenso de la carrera del argentino Luca Bocci habla, por contraste, de lo que viene sucediendo (a grandes rasgos) en la escena de esta porción del continente: bandas con nombres predecibles y canciones que siguen la fórmula. Puede que Bahía, sexto corte de su álbum Ahora, se refiera a otra forma de hacer las cosas: desprejuiciada y errática, capaz de burlar las normas de lo establecido: "Nada de lo que me ata es real", canta Luca antes de dejar unos segundos de pausa en la canción. Larga vida a las canciones que no nos dicen lo que tenemos que hacer. Christian Barandica
25. Tu Luz – Thornato & Lido Pimienta: Tu Luz arranca con una base que combina las bondades del dembow y el dancehall, manteniendo una cadencia contenida, nada estridente ni fuera de lugar, programaciones, cantos de guerra que se convierten en ecos y la voz de Lido comandando sus rimas con acento caribeño, una dulzura iluminadora que responde a las necesidades de una canción para nuestros tiempos, con aires universales en cada giro. Will Balooni
24. Abrazándote - Fakuta: “No para la tierra con solo decir que lo siento”, una frase para la memoria inaugura el maxisingle de Fakuta, compuesto por Abrazándote y Perfecto desastre. Aquí elegimos su primera mitad para celebrar el regreso de este pop inteligente que con elegancia se ha ido acercando a la pista de baile. El ingenio de Fakuta brilla cada vez más fuerte y de un bajo perfil ha pasado a ser esta gran creadora de hits, una SIA chilena, si se quiere. Camilo Castaño
23. A la mar fui por naranjas – Niña Tormenta: Hace pocas semanas fuimos embriagados por la dulzura de Loza, el disco de Niña Tormenta, y tenemos la fortuna de incluirle en nuestro listado con esta versión de una canción popular chilena. En su propuesta lo-fi, A la mar fui por naranjas se torna delicadísima y su letra brilla como un poema musicalizado, recordándonos aquella intención folk del “primeras composiciones” de Javiera Mena. Camilo Castaño
22. Jugo - Los Espíritus: 2017 fue el año de la consagración para la banda Argentina Los Espíritus. Su tercer álbum Agua Ardiente fue ampliamente reconocido como uno de los mejores discos de rock del año. Jugo, el segundo sencillo del álbum, es un rito de iniciación en el desierto en la línea de Carlos Castañeda, en el cual las raíces blues de la banda y las percusiones latinas se licuan en el mismo recipiente junto a una alta dosis de viscosa psicodelia y un ritmo compacto y trepidante. Arturo Ortiz
21. Darlo Todo – Matías Julián: Verano EP nació entre sábanas arrugadas y ventiladores al máximo, en la cabeza y en la laptop del argentino Matías Julián. Los cinco temas que conforman esta producción gozan de una elaboración sonora y poética prolija que transcurre entre la intemperie del baile y el ascetismo del folk. Darlo todo es, sin duda, la más "clubera" de las canciones de Verano EP; una pista que bebe de las fuentes de grandes productores como Daniel Melero, Adicta o DJs Pareja. Sumidos en los 120 bpm de este house luminoso, un delicado anuncio pide permiso para abrirse paso: "Lourdes, hoy traigo paz. / ¿No ves? Es hora de sanar." Para quienes afirman que los millennials y sus productos de consumo son altamente egoístas y autodestructivos, Darlo todo es la prueba de que todavía existen himnos a la reconstrucción. Christian Barandica
20. Música para adultos – Joe Crepúsculo: El veterano de la fiesta nocturna y de la grandeza, Joe Crepúsculo nos invita a mover el cuerpo alrededor de una idea melancólica y de aceptación, cuya coreografía se forja a partir de la ingenuidad y el miedo. A sus 36 años, el español realiza una autoevaluación acerca del crecimiento desde su espacio favorito: la pista de baile. Música para adultos es una oda a los avanzados, pero miedosos, que necesitan verse desde un punto de vista festivo para buscar en sus desgracias un motivo para salir y disfrutar. Alejandro Ortiz
19. Futuro – Café Tacvba: El rock existencialista de los Tacvbos los lleva de explorar el espacio al tiempo con esta Futuro que suena a lo que promete: a avanzada. "La muerte dijo sí / yo digo que no / la vida dijo no / yo digo que sí / al final que importa si muerto envida sobreviví" canta Joselo con su voz distorsionada en el primer estribillo de la canción, anunciando el espíritu bizarro que recorre estos tres minutos de viaje introspectivo, una suerte de cumbia futurista con percusiones poderosas, cual mantra para los nuevos tiempos que se avecinan. Will Balooni
18. Me Voy – Ibeyi & Mala Rodriguez: Me Voy es una de las canciones más curiosas dentro de la carrera de las hermanas Naomi y Lisa-Kaindé Díaz, siendo la primera vez que cantan completamente en español, haciéndolo sobre un reggaetón a fuego lento, no perdiendo el estilo que las caracteriza al momento de flirtear con uno de los géneros favoritos del pop latino contemporáneo. Con este paso afuera de las zonas de confort Ibeyi logró crear una canción de goce inmediato, donde la sensualidad se empareja a la sutileza, volviendo confortable una historia de distancias físicas y temporales entre dos personas. El crecimiento y exploración le sienta bien a Ibeyi, con lo cual esperamos que sea una constante en sus próximas producciones. Por otro lado, palmas aparte merece la participación de La Mala Rodríguez, con uno de sus feats más memorables en los últimos años. Valdomiro Valle
17. 7 Días Juntos – La Bien Querida: Con cuánta extrañeza recibimos esta canción de La Bien Querida, primero pareció disgustarnos, después nos causó curiosidad, y ahora simplemente la disfrutamos. ¿Una cumbia, un reggaetón, un merengue? No sabemos bien qué habrá intentado reunir aquí La Bien Querida pero bien destacable es este ingenuo acercamiento a la cultura latina, cuya letra alcanza la sensualidad. Su estructura, difícil de descifrar, va ganando cuerpo en su avance y alcanza el clímax en las estrofas de su invitado Joan Miquel Oliver, que complementa con tanta gracia esta canción, que alcanza a opacar la voz de Ana, debemos confesar que varias veces hemos repetido la canción solo desde su aparición, “papel, mapamundi y adiós”. Camilo Castaño
16. Dentro de ti – Javiera Mena: Una vez más estamos en aquella temporada festiva para sitios web de música latinoamericana donde Javiera Mena lanza el primer single de una próxima producción de estudio. Coincidentemente esto suele suceder cada cuatro años aproximadamente, un largo lapso de tiempo donde cualquier persona presenta evolución en diversas facetas de su vida, y en parte de eso se trata Dentro de ti, canción que presenta madurez antes que inmediatez, ahondándose en la búsqueda del autoconocimiento antes que en lujos y triunfos materiales. El resultado puede desencajar a primera escucha a quienes están acostumbrados a los singles para bailar y amar a los que Javiera nos tenía acostumbrados, pero es un agradable nuevo rumbo que abre intrigas pese a no perder los detalles característicos de la compositora chilena. Valdomiro Valle
15. Cosita – Playa Gótica: Silbidos y un clásico ensamble de guitarras, bajos y batería nos dan la bienvenida a una de las canciones más enérgicas y magnéticas del 2017. Una narración sencilla que se robó nuestros corazónes, por encima de otras piezas del disco debut de los chilenos. Un personaje sencillo se roba todas las luces en esta canción que va sobre el perro de la vocalista, sus aventuras y su cotidiano, ¿hay algo más punk y más tierno que esto? Lo cierto es que el cierre de la canción no deja indiferente a nadie, y como si transmutáramos en el animal, nos dejamos llevar por ese imperativo que pone la energía bien arriba: "corre, corre, corre, corré". Will Balooni
14. Ceremony – Ela Minus: En cuestión de meses Ela Minus ha logrado construir un lenguaje tan propio: su sinfonía de sintetizadores y el tratamiento vocal son hoy señal diferenciadora y la promesa de una renovación musical como la que instauró Grimes en su álbum Visions. No exageramos al anunciar que en manos de Ela Minus estará enseñarnos algo nuevo bajo el sol y Ceremony, de su EP Adapt, es una gran promesa. Una canción bailable, que invita a inventar nuestra propia coreografía, dulce y repleta de detalles, sostiene una letra que enuncia muy bien un signo de nuestros tiempos: la fácil disolución de nuestros vínculos afectivos, y la falta de ceremonia y cierre, que nos relegan a la incertidumbre. Ela, filósofa contemporánea. Camilo Castaño
13. Teletransporte – Balún: Con un atmosférico trabajo en cuerdas, inspirado en una sinfonía (de insectos), y la susurrante voz de Angélica Negrón, Teletransporte cumple su función de portal espacial, llevándonos a través de inmensas dimensiones sonoras compuestas de robóticos ritmos, cristalinas percusiones y hasta el sonido de una zampoña que nos vuelve a poner los pies sobre la tierra. El Prisma tropical de Balún sigue invitándonos a su descubrimiento, como si de sonidos extraídos de un agujero negro se tratara, nos dejamos llevar por sus secuencias que con férrea intención acercan los sonidos tropicales a corrientes como el trip hop y el dreampop. Will Balooni
12. Después – Entre Ríos: “Aquí, nadie sabe de mí. Primero fui único, después olvidado”. La oración que inaugura Después parece contener un reclamo, el de su fundador, Sebastián Carreras. Si así fuera tendríamos que contradecirlo: aquí sabemos bien quién es, cada canción de Entre Ríos, de la más temprana a la que acaba de sernos revelada, alumbra nuestros días. SIN es otro álbum precioso en la incesante publicación de discos desde que la banda llegó a una formación definitiva con Loló Gasparini como vocalista, y Después es nuestra preferida pues con destreza abstrae de la música disco un esqueleto liviano, como señalando una futura pista de baile. Y es que Entre Ríos siempre mira hacia adelante, aunque engañosamente esta letra nos diga que no importa tanto el mañana. Camilo Castaño
11. El Castigador - Rita Indiana: ¡Rita ha vuelto! Y lo hizo con este medio tiempo entre blues, rock y el indiscutible sabor caribeño que caracteriza su propuesta. Cuando Rita canta en el punto cumbre de la canción: "Cuando me suba el castigador / flor de justicia del trovador", comienza a develarse un nuevo misterio en su carrera. No sabemos si uno en el cual quiera ahondar, pero sin duda por un momento (que podemos revivir cuando querramos), nos regaló una lucecita de esperanza a aqueños que nos habíamos refugiado en su literatura anhelando un retorno triunfal. El Castigador, desde su temática hasta su ejecución, es justo lo que estábamos esperando de Indiana. Seguiremos rezando por un nuevo capítulo de esta obra. Will Balooni
10. Tebas – Dani Umpi: “Amor, si mañana vas a partir:
quédate en casa”, es probablemente la línea que más hemos cantado, y gritado,
en nuestras duchas este 2017. Ni el sofisticado paisaje electrónico elaborado
por Jean Deon (productor al que debemos prestar mucha atención en 2018) logra
distraernos de la profunda tristeza que habita la canción del buen Dani Umpi.
Tebas, la ciudad griega, es aquí la metáfora de la despedida, nuestra criatura
amada, aquel semidiós, debe partir pues lo reclaman destinos más gloriosos.
Puntos suspensivos. Camilo Castaño
09. La Telefonista – Carmen Sandiego: Como una versión punk de Pobre Secretaria, aquella joya escrita por Miguel Bosé e interpretada por Daniela Romo, La telefonista nos sitúa dulcemente en el cubículo de una oficina para escuchar de primera mano los pensamientos desesperados de una trabajadora. No el amor sino el existencialismo en este bailable himno al desencanto. Aquella telefonista nos da las mejores líneas, graciosas en un comienzo pero bien afiladas, pues somos todos más o menos miserables al tener que ver pasar la vida en un escritorio, ¿acaso no queremos siempre estar en otro lugar? “Soy tan idiota por tener este trabajo, quisiera ser más idiota y así no poder notarlo”. Camilo Castaño
08. Decirlo en el aire – Diosque: Decirlo en el aire es una de las mejores composiciones de Diosque, una declaración de principios y un paseo enérgico imperativo. Nuevamente el folclore argentino hace su aparición gloriosa en el cancionero diosquiano: la repetición de las estrofas, introducidas por un acento marcado, un fraseo arriesgado con una frase apabullante que explica la condición del autor: “Miro sobre la mesa, veo que no tengo palabras, es por eso que dedico mi tiempo al rito y al ritmo” y que luego de sonar contundente encuentra una coda apoteósica, un crescendo instrumental hecho a la medida de las intenciones. Es bailable, es raro, es folclórico, es arriesgado, es vanguardista, es distorsionado, es poético, es Diosque en casi cuatro minutos. Will Balooni
07. 2 – 3 – Buenas Noches: Pablo Escallón conoce las técnicas de un mago para hacer con su música todo un espectáculo minimalista y exótico. 2-3 es un artilugio que desde sus teclas introductorias realza el optimismo extraviado en las sendas de la preocupación innecesaria, que cada quien se cultiva estúpidamente. Si existieran recetas sonoras para mejorar el ánimo, esta canción sería una eficaz medicina y garante de un estado pleno, donde la desidia es expulsada por una dosis saturada de synth pop. Alejandro Ortiz
06. Acantilado – Wild Honey: Si de postales musicales hablamos, el último disco del español Wild Honey está plagado de ellas. Del repertorio del luminoso Torres Blancas rescatamos la excelsa Acantilado, un paisaje sonoro adornado con cuerdas evocadoras que sugieren un viaje en coche por la costa buscando el atardecer perfecto. A la pista se van sumando vientos y riffs de guitarra igualmente dulces y escapistas, cada detalle milimétricamente ubicado, cada arreglo con un fin, y sin embargo la pista cobra vida por sí sola, cual soplo de brisa fresca que sobrepasa el carácter descriptivo de la letra para dejarnos con las sensaciones adecuadas, música que procesamos y disfrutamos con varios sentidos. Will Balooni
05. Destrucción – Él Mató a un policía motorizado: 2017 fue el año en el que vimos volver a uno de los gigantes de la escena independiente iberoamericana: El Mató a un Policía Motorizado. La Síntesis O'Konor, su más reciente producción, sorprendió a esta redacción y a otros portales musicales tanto por la calidad sonora del trabajo discográfico, grabado en Sonic Ranch (el mismo estudio texano donde Juana Molina concibió su aclamado Halo), como por la inagotable capacidad de acumular himnos en su prontuario. En Destrucción confluyen ambas propiedades: a la habitual formación de bajo, batería y guitarras se incorporan cencerros, cascabeles, claps y un hi-hat insistente en buena parte de la pieza; reservándose, sin embargo, un sonido más back to the roots en el estribillo: "Y todo lo que diga se destruye, / no me importa si está bien o está mal." Santiago y su equipo saben cómo hacerlo desde hace mucho tiempo. Christian Barandica
04. Linda Bler – La Lá: “Zamba Puta”, el segundo disco de La Lá, pese a su corta duración, tiene canciones con el ritmo para casi todo ánimo y letras para casi todo pensamiento cotidiano. Es así que en contraposición a aquella épica en vals que es La Felicidad (una de las canciones más elogiadas en su natal Perú) podemos encontrar momentos gráciles y desnudos como Linda Bler, donde con ingenio y sutileza se da voz a aquellas personas que viven en represión por parte de las sociedades conservadoras al ser consideradas como los “monstruos de la película”. Destaca la participación del hermano de La Lá, Alonso Nuñez, que con su delicado canto “juro me voy a fijar/ en lo que no está derecho/ aquí, en mi pecho macho” encapsula perfectamente uno de los mayores problemas discriminatorios de hoy en día. Valdomiro Valle
03. Estalacticas – Juana Molina: Estalacticas es uno de los mejores himnos al rompimiento que hayamos escuchado en mucho tiempo. Alejada del sentimentalismo, Molina construye una canción sobre un tema árido basándose en hechos: “Un día me olvidarás, un día te olvidaré, y nunca más volverá lo que alguna vez fue”. Una canción que nos arrastra al trance gracias a su percusión intrincada, sus bajos que exudan tensión y unos sintes misteriosos, el momento rítmico más alto y el punto más álgido del celebrado Halo, una pieza para la posteridad que podemos revisitar cuando llegue el debido momento, o simplemente cuando tengamos ganas de ser poseídos por los hechizos de la argentina. Will Balooni
02. El Busca – Luciana Tagliapietra: El Busca es la canción que abre Kawaii, el cuarto disco de Tagliapietra, giros agridulces que alejan las letras de Luciana de esa ternura que prometía su título. “Ya no creo que seamos amigos / con cansancio te lo digo”, la escuchamos desahogarse en estos dos minutos y medio de magia pop con un estribillo híper-pegajoso que nos arrastra y nos deja improvisando pasos de baile: “Cuando menos lo espero en la puerta estás”. Esto es lo más cercano a la canción pop perfecta que he escuchado desde Lento o Eres para mí de Julieta Venegas. Sin duda, un acierto en toda forma, un giro rítmico bienaventurado y las mismas ironías y sinsabores propios de la eterna batalla entre el amor y el desamor. Will Balooni
01. Helados Verdes – Los Besos: “Ay, la ciudad. Ay, los astros”. La sencillez hecha himno, o un himno a la sencillez. Sin mayores artificios y una brevedad adictiva (tan corta es que siempre obliga repetirse), Helados verdes nos acompañó tranquilamente durante el año y llegado el momento de reunir las canciones más queridas, nos ha sorprendido para bien que sea ella a la que tengamos más afecto: su susurro se ha impuesto sobre las palabras dichas en voz alta. Melodía y letra nos sitúan en una historia de amor, no total sino un instante, una fotografía, un recorte, debemos adivinar entonces lo que hubo antes y lo que habrá después de este encuentro en el que el cotidiano alcanza un brillo que le hace inolvidable. Helados verdes es nuestra canción favorita porque demuestra cómo la música puede dilatar, y perpetuar, un instante de belleza que se nos va de las manos, y hacerlo entonces un sentir universal. Camilo Castaño