El nuevo disco de Le Parody me encontró deambulando por la calle en trámites y vueltas laborales. Hoy precisamente la escuché diciéndome al oído: “cómo vas tú a curarla, viniendo tan mal herido”. Mientras el loop de la mezcla se dirigía hacia el caos, confundí su boucle con el ruido del motor de un bus, tan similar que por un momento creí estar escuchando detalles de la misma pieza. Ayer fue la misma canción la que me tuvo sacudiendo la cabeza como hipnotizado en una calle transitada, muchos pensarían que estaba bailando pero en realidad me dejaba llevar a un viaje profundo que reinicio cada que doy play a este álbum.
Gracias a este disco ponemos en valor el término "nostalgia tribal", otorgándole a Sole el merito de darle un nuevo giro de tuerca a la música catártica. Con Hondo nos dejamos llevar a un viaje que se plantea como un juego cuyo objetivo es salvarla a "ella" (quien quiera que sea este personaje: tú, yo, ella). Pero "ella" no necesita ser salvada y el fin del juego lo conocemos con antelación. Así las cosas, no tenemos más que dejarnos caer, rendirnos ante la pena y sucumbir al placer de sentirnos perdedores.
Hondo es la segunda entrega de esta española de aires universales, y como intento describirlo surgió de la búsqueda de nuevos sonidos y de una exploración personal de su autora. Por eso, muchas de estas canciones presentan esquemas multiformes que asemejan huecos donde enterrar rencores, como anuncia en su flamante segundo single Hondo Agujero. Cásala (Sound track), su primer álbum, apareció en épocas turbulentas para la política de su país, y como reflejo de ello, logró encapsular tantas emociones y voces en off como le fue posible para servirnos uno de los debuts más brillantes del 2012. Hondo surge de un lugar diferente, de un plano más reflexivo sobre el ego, pero manteniendo la exploración y la característica voz de Sole Parody.
La fuerza de sus dos primeros singles Saetas en el Aire y Hondo Agujero suponía una estructura habitual en la música de baile: frases contundentes que terminan con un conjuro instrumental apabullante. Por suerte Sole no es fiel practicante de las estructuras formales y es por eso que en Hondo cada canción recibió el trato caprichoso que se le antojó. Casi como si la duración o la forma de la canción no hubiese sido planeada por su autora sino por un mandato interior de la obra en sí. A veces nos enfrentamos a canciones sin estribillo, puentes súper altos entre momentos de calma, o mantras con cierres brillantes. Como en Quise Ser, una canción que tiene los beats necesarios para extenderse hasta volverse una masa bailable pero que es cortada antes de los dos minutos, como si su existencia fuese sólo una excusa para dejarnos un mensaje conciso.
Dejadla Sola, otra destacada del disco, brinda un flashback a la discografía de Sole, sampleándose a sí misma con la canción Pity Party. Pero si de samplers hemos de hablar, este disco está armado de una infinidad de sonidos provenientes de culturas que circundan España. En momentos nos sentimos en un mercado marroquí, blandiendo las caderas al ritmo de la música balcánica y el folklor árabe, al otro, podemos imaginarnos entrando en escena con nuevos y coloridos detalles como actores de un musical bollywoodense, y como si este viaje no fuera suficiente, de pronto arremete la trompeta del cubano Frank Santiuste que nos transporta de golpe a las calles de la Habana.
Es difícil quedarse con una canción entre la mar de potenciales "hits" que tiene este disco, pero El agua es clara se perfila como una completa ganadora. Una curva ascendente que funciona como mantra y como canción coreable a la vez, abre con programaciones, sampleos y loops a los cuales se integra la voz de Sole hablando del juego de los años y con una petición concreta: “dame de beber que vengo cansada” después de un puente cortito nos unimos a su voz con la proposición “si hay que ir a buscarla yo voy contigo” y culmina como caricias en la cabeza diciéndonos “ya sana, ya se va a sanar”. Y es allí cuando descubrimos la conclusión de este juego/viaje. Con las tres últimas canciones nos llega la respuesta. El trance de Ríos de lamentos, el dance en Peligroso Criminal, y un mantra con Cae cae cae, una invitación a dejarnos caer y disfrutar al hacerlo. "Ella" está curada y nosotros sólo fuimos testigos de su caída y ascensión.
Acá tenemos el resultado de una exploración intensa, tanto en sonido como en búsquedas personales, uno de los discos que seguramente nos tendrá dando vueltas y sorprendiéndonos con cada nuevo detalle, entablando nuestras propias conversaciones ya sea en el barullo de la calle, absortos en el baile y el trance o en algún rincón de calma físico y mental.
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No he terminado de escucharlo. Y ya mismo me parece un álbum genial! Qué buenas palabras y qué buena recomendación! <3
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