Con un nuevo disco bajo el brazo, y dando vueltas en un streaming infinito, parte del staff comparte sus primeras impresiones de Ana y los pájaros, segundo sencillo de Un hombre rubio, de la dama blanca del rock español, Christina Rosenvinge.
"Una semana hizo leyenda", ¿Acaso una oda al amor efímero? ¿una suerte de exorcismo? No nos la ha puesto fácil Christina Rosenvinge esta vez, y es que al parecer Un hombre rubio (2018) será un disco tan confesional como críptico. Ya nos habíamos enfrentado a Romance de la plata, esa bellísima canción sobre su padre, repleta de símbolos y el pozo poético que tanto alabamos en ella. Y ahora es Ana y los pájaros la canción que intentamos descifrar, o más bien aprender a disfrutar. Aunque su compleja letra nos confunda en un comienzo, con el aumento de las escuchas logramos vibrar con su intención, o ingenuamente creer que le hemos comprendido: es esta una celebración a la amistad, al amor, que se sucede con ímpetu y velocidad para pronto esfumarse, y aunque parezca ardua esta tarea, cuánta alegría trae entender que de pocos días de belleza, podría vivirse como de un amor muy largo, "Cuando acabe el mundo, que se acabe así". Camilo Castaño
Tu Labio Superior y La Joven Dolores hicieron leyenda en el pop iberoamericano. Quizá fue el riesgo que tomaba la Rosenvinge por esos días lo que terminó por devolver sus canciones a nuestros reproductores, y a conservar esos discos como las joyas que son. Lamentablemente el tiempo no ha sido tan generoso con Lo Nuestro, disco que ni la producción de Raül Fernández Miró pudo salvar del tedio de sus canciones más lánguidas. Con Un hombre rubio rondándonos, no son muchas las ganas que me quedan de visitarlo luego de escuchar los primeros sencillos de adelanto. Esta Ana y los Pájaros ratifica los coros pop de sus discos anteriores, y en parte se basa en recursos líricos ya presentes en la obra de la española, aunque un poco más barrocos, quizá. Es en la musicalización donde las cosas comienzan a tornarse un bis tedioso, arreglos sin riesgo que parecen provenir de finales de los 80s (no para bien), de no ser por ese "que se acabe el mundo, que se acabe así" que se cuela como grito de la voz de Christina, esta canción no lograría ser recordada ni atesorada en el futuro. Espero que la escucha continua me devuelva un poco la fe. Will Balooni
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