Foto: Emilia. Disculpen la calidad, fue tomada desde el celular. |
Miércoles, 8:30
pm., teatro casi lleno, cuatro filas de distancia con el escenario, emoción. Se
abren las cortinas: esta ella, su guitarra, un teclado, cables y pedales que prometen
crear magia esa noche. La acompaña un bajista también. Una alineación distinta
a la primera vez que la vi en Buenos Aires, allí por el lugar (al aire libre) y
por tratarse de un gran festival, demandaba que la puesta en escena fuese otra.
La recordaba con sonidos más intensos, la batería hacía que los loops que ella
iba creando tuvieran mayor regularidad y tal vez más cohesión. Sin embargo,
esta vez en el Teatro Sucre, Juana Molina se escuchó más libre, más asimétrica,
con mayores espacios para intermedios de humor-ironía e incluso diálogo con el
público.
El concierto duró
una hora y media, sonaron temas como Un
día, Los hongos de Marosa, El perro, Sálvese quien pueda, otras pasadas,
algunas nuevas y un cover hermoso de Rossana Taddei, cantante uruguaya que
abrió la noche. El teatro se inundó de aplausos al finalizar la presentación,
no era para menos, un show impecable con una Juana Molina ultra talentosa y abierta
para contar si desafinó o si no pudo entrar correctamente en la armonía.
Juana en Vivo en Argentina, su mas reciente aparición en tv.
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