En un sábado de julio invernal que debería haber sido un hielo, el sueño dorado de ver a Susi Pireli tocar en vivo nos dio calor, nos desbloqueó. Es que Inés y Paula aparecieron corriendo, saltaron como dos niñas al escenario y todes nos preguntamos: ¿Cómo hacemos con ellas? Tal vez se lo decimos en Helvetica 10...
Fotos: @pau_schrott
Paula Trama en su mejor versión "Les voy a hacer reír" logró su objetivo, con la complicidad de su amora, Inés Copertino, que se encargó de contarnos paso a paso cómo había hecho -con sus tan hábiles manos- el cartel de neón que les hacía de guarda espaldas junto con la red de la canchita de fútbol. Lo cierto aquí es que el viento sopla y nos junta: Éramos todas las personas de la primer función, aquellas que sin dudarlo un segundo, compramos las entradas apenas vimos en nuestro feed de Instagram la publicación que anunciaba esta fecha.
El clímax de este encuentro a pura tortilla tuvo de todo: desde una versión nunca antes escuchada de Destino -uno de los grandes himnos de Los Besos, que seguro más de una vez todes cantamos a los gritos en la ducha- hasta la aparición de una Paula poseída por Chavela Vargas en la introducción de Poquita Fe; con la magia de la saxofonista estrella de Susi: Ana Sofía Balbi.
Foto: @pau_schrott
En esta montaña rusa de emociones y sensaciones que nos regalaron las Susi Pireli, también resurgió un homenaje a nuestras tortas madres argentinas: Sandra Mihanovich y Celeste Carballo. El escenario abrió paso tijeretal con Bola de Pelo, pedida en sus redes por todes les fans que las vieron y escucharon en Mujer contra mujer: 30 años después, una pieza audiovisual grabada en la cúpula del Centro Cultural Kirchner este año, con motivo del Día de la Visibilidad Lésbica.
Las Susi se las trajeron todas: fue más que un recital, su música se convirtió en una caricia para nuestras almas agotadas de encierro. Verlas en el escenario fue como presenciar un stand up al mejor estilo -musical de Hollywood-. Pero un Hollywood -si es que existe- disidente, tierno, tortillero y fogoso.
Hubo manos, todo tipo de manos agarrándose y acariciándose en Helados Verdes, mientras nos cantábamos al oído un Subtítulo: te amo. Pero también bailamos al mejor ritmo del protocolo, con nuestras nalgas en el pasto sintético de la canchita de fútbol 5 de Quetrén queriendo despegarse de un salto, para volver nuestras cuerpas a los '80 y agitar las melenas y peladas al ritmo de Porcelana.
Paula nos regaló las acrobacias que sólo ella sabe hacer con la voz, cuando cierra los ojos y sigue los caminos que Inés traza con sus manos en el piano. El mundo deja de ser horrible por unos minutos, cuando las Susi Pireli suenan y sienten el amor de este lado. Nos congregan a todes: a las señoras, a les pibites, a las cortinas, a las estatuas; y con las corazonas obnubiladas por su arte, sólo nos queda hacerles una pregunta: ¿Seamos amigas?
“Hay este desconcierto con forma de espiral, alguien que me despierte, alguien que me lleve al borde, al borde… del máximo borde.”
Una súplica, un canto ambivalente e irónico, Alegría dispersa sigue sonando en loop desde que vio la luz de nuestras pantallas, con ella descubrimos una colaboración inédita entre dos de nuestros proyectos favoritos de la Argentina, el bicho de culto, Diosque y Los Besos, los reyes del formato breve.
Los aires de folklor afro rioplatense recorren la espina dorsal de la canción, dando lugar a una lírica rica y rítmica. Nuevamente Diosque nos deja una colección de frases para enmarcar, tan entrañables que nos vuelve cómplices de su estado emocional: “Alegría dispersa muy dispersa, puse cartas invisibles sobre la mesa, junto a un vaso de agua con tu labial, besos recordados.”
Alegría dispersa responde a la dualidad, a la suavidad y la cadencia de sus percusiones y a la urgencia de sus palabras que distan de ser la canción más alegre del año, pero sí, una de las mejores composiciones de la pandemia.
Un dúo al uso. La voz de Paula Trama se une a la de Diosque en un unísono que domina casi toda la canción, un embrujo al que se van sumando los metales, marca de la casa de Los Besos, y un manto atmosférico entre lo sintético y lo orgánico que crean un aura inigualable y nos deja servida una canción perfecta para los momentos de contemplación.
RE-vivir / RE-visitar / RE-comendar / En la revisita del hit definitivo de 107 Faunos en colaboración con las infalibles Las Ligas Menores, nos decantamos por el carácter polifacético de su composición y sus valores narrativos.
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Una buena canción es una hazaña temporal. Pico tres es uno de esos acontecimientos excepcionales que merece ser revisitados y estudiados cada tanto. Acercándose peligrosamente al límite de la canción popular para convertirse en una película o en un cuento, esta canción entiende a la perfección el valor de la narración, el efecto del coro/climax que no debe repetirse y la importancia de la instrumentación en la creación de una historia emocionante.
Dos personajes, el vocalista/o el oyente y nuestra heroína misteriosa. Un set, "La mejor fiesta a la que fue", una incógnita, ¿Qué pasó la noche anterior?, todos los elementos servidos para una narración que nos moviliza en varios frentes: La inevitable nostalgia fotográfica ("Te perdí mientras bailábamos"), el terror inesperado ("Chica loba persigue la luna, uh, y personas por el pueblo") y la inevitable consecuencia catastrófica ("Confundida, sola, asustada, intenta recordar qué pasó").
Los detalles y referencias de la canción están a la orden del día y en lugar de valerse de imágenes recurrentes, se van a lugares poco explorados. Los localismos dan pistas de hacia dónde debemos dirigirnos cuando queremos dar sentido y valor a nuestro imaginario: "Metió un triple y mató a tres, de los populares" resuena como la segunda frase más icónica de esta pequeña-gran composición.
El top sin duda es para el crescendo climático de su coro, que justo arranca en esta última frase que funciona como puente. En dos líneas subimos, aullamos, estallamos y volvemos a bajar suavemente. La forma en que se fusiona la onomatopeya de la chica lobo y el conector "y" es magistral, una liaison orgánica que funciona como pico de esta montaña rusa.
Ya hacía el final, cuando nos quedamos con la frase de conclusión: "Noche de pánico", aún nos queda un minuto entero de narración que esta vez recae sobre la musicalización y unos chirridos que sirven de flashback y nos descubren la incógnita de la protagonista.
Hasta aquí no sabríamos si lo que acabamos de vivir fue en realidad la canción más trepidante y circular de los 107 Faunos, el episodio de halloween de una serie adolescente ambientada en la Argentina contemporánea, o bien un cuento breve y emotivo; sobre todo, una verdadera proeza compositiva a la que volvemos siempre en busca de un poco de inspiración.
Como piedras preciosas de orígenes opuestos, hemos ido reuniendo las canciones de Carolina Zac que integrarán un anhelado primer álbum de larga duración. En una mano la energía fluorescente de "Aparece" y en la otra, el azul profundo de "Inevitable". Se suma ahora la oscuridad de "Paralelo", en una noche que emite destellos.
El hit definitivo: una dura base rítmica poblada de vibraciones abre paso a la voz de Carolina, esta vez más sensual, con una letra que entrecruza abstracción y declaración de amor. "No es cierto / esos miedos tuyos no son míos / es parte de existir / sufrir / sumar olvidos", la canción nos trae imágenes de otras fiestas, encuentros y desencuentros sobre la pista de baile. Con nostalgia nos preguntamos cuándo volveremos a esas noches de movimiento, acecho y promesas de amor.
En "Paralelo", Carolina Zac confirma pertenecer a un linaje de artistas como Kelly Lee Owens o nuestra querida Ela Minus, mujeres poderosas a un tiempo compositoras, intérpretes y productoras. Cada una a su manera y bajo sus reglas concilia la dulzura de la voz femenina con el alma helada de la electrónica minimalista, renovando así el pacto que hace décadas firmaron Donna Summer y Giorgio Moroder en "I feel love", la sensualidad en la máquina, perfecta amalgama. Ellas comparten además, el 2020 como escenario para el lanzamiento de sus discos.
Carolina presenta "Paralelo" con un excitante videoclip realizado por el artista chileno Felipe Rebolledo. Un despliegue de nocturnidad, geometría y sensualidad. Partiendo del blanco y negro y las líneas en conflicto, el rostro de Carolina se arma y desarma. Sofisticado y sutil como la canción, el videoclip abstrae un paisaje oscuro y dispone en las imágenes computarizadas un elemento vivo, palpitante. Imperdible.
"Inevitable es lo que me pasa..." esta frase del nuevo sencillo de Carolina Zac resume en pocas palabras nuestra fascinación con su genio creativo, y con las melodías que viene confeccionando como anticipo de su primer disco larga duración.
Desde su aparición fortuita ante nuestros oídos con su delirante EP Posición, hemos sido testigos de la consolidación de su sonido, y con esta canción en particular nos atrevemos a coronarla como la revelación del año.
A diferencia de sus anteriores entregas, Inevitable se revela antes nosotros como un medio tiempo introspectivo, armado de ideas y frases que se truncan como una incógnita interminable que nos obliga a replantearnos el aquí y el ahora en pos de un futuro aún más incierto. Una dulce y suave adicción, como oro para los oídos nos dejamos llevar por la construcción de sintetizadores, un ambiente que encaja a la perfección con este soliloquio de Zac, un espejo en el que podemos reflejarnos a la luz de la cuarentena y nuestras dudas existenciales.
Tiempo atrás, cuando reseñábamos tardíamente el EP Posición (2018) de la argentina Carolina Zac, dijimos que en sus canciones casi podíamos percibir la presencia de Francisca Villela (a.k.a. PANXI), una de nuestras indóciles figuras favoritas en el indie chileno.
¡Y quién lo diría! aquella reseña fue el combustible para que entre ambas artistas floreciera la idea de hacer una canción. Así nos lo contó la misma Carolina.
Aparece es pues una promesa cumplida. Conservando la dulzura que supo enamorarnos en su EP, Carolina abraza ahora un pop más luminoso y de su mano nos aproximamos a la pista de baile.
Esta vez, el espíritu lo-fi se ha vestido de gala. En una cuidadosa producción, el metal pulido entrega todo su brillo y coloca a Carolina Zac en la vanguardia del electropop manufacturado al sur de nuestro continente.
Su letra traduce también esta metamorfosis, "si algo ya no es más lo que pensaba, puede en un segundo ser, o no", cambiamos de posición, dejamos un lugar, para que otra imagen aparezca, se nos revele.
Aparece es nuestra canción de la semana (y desde ya una estrella del 2020) porque reúne nostalgia y futuro. Habita en ella el encanto de proyectos fugaces como Prissa o Samanta (ambos liderados por la gran Francisca) pero nos ofrece también una mirada moderna, en su sofisticación confirmamos la inextinguible fuerza creadora de la hoy PANXI y reconocemos en Carolina Zac, la frescura y el ímpetu de una figura pop en ascenso. Esperamos ansiosos un primer larga duración este año, y pronosticamos en él una lluvia de hits. Acertaremos.
De la extrañeza en que nos ha sumido el nuevo álbum XIS del argentino Aldo Benítez, una canción parece entregarse con ligereza: Bulín, que en sus 2:51 minutos (casi la duración de una canción pop perfecta, según dudosos estudios) nos entrega dulzura, fuerza y baile.
Y no es que sea una canción fácil, su letra permanece encriptada como todo el disco, pero líneas como "El piso astillado un poco más con cada baile" o "Los amigos que dejaron de tocar el timbre a cualquier hora" nos dan las pistas de una cierta nostalgia, y un "Solo, solo, solo" que se repite al infinito. Palabras que fluyen en una corriente electrónica, vibrante.
El sonido de XIS es impecable, majestuoso, como cristal pulido que reflecta con nitidez y sin embargo es oscuro. En el abrazo a esta nueva oscuridad, Bulín parece el puente que nos despide de canciones pasadas y es por eso que tan rápidamente hemos conectado. Nos recuerda joyas como Pasan los hombres o Sumisión en la discografía de Aldo, y a la vez nos conduce a algo nuevo, enrarecido e inesperado.
Mientras bailamos nos sumergimos pues en XIS, y les invitamos a oír esta nueva consecuencia de la imparable experimentación de Aldo Benítez.
La distancia y las formas de conciliar la identidad.
Algunos puentes, el nuevo sencillo de los argentinos Maquillaje viene a conciliar estas inquietudes en momentos en los que es urgente preguntarnos por las formas en que nos relacionaremos de ahora en adelante.
Resulta irónico que esta canción responda a nuestro aislamiento social, y a la vez parece una condición evidente en muchos músicos independientes, un retrato de una aparente disfunción social que hoy se nos antoja pertinente.
En forma, el coro de Algunos puentes evidencia su motivo: "Me quedan puentes por quemar, algunos puentes entre la sangre y la gente, hay un hueco por llenar", la distancia auto-impuesta como ejercicio cotidiano, como un mal necesario o un bien imperativo. "En este juego ya no hay nada que ganar" afirma Florencia Farías con una decisión que nos sacude del letargo, por suerte una frase hacia el cierre nos reafirma nuestro rol en este juego: "Ya no soy yo, soy otro".
De lo individual a lo colectivo, Algunos puentes condensa a la perfección nuestras inquietudes asociales, frases certeras que calan en medio de un estado de incertidumbre, tonadas pop que nos vuelven a conectar con el "yo" y nos obligan a repensar nuestros lazos con "los otros".
Roberto Espinoza, persona tras el
alias Santa García, reconoce que el
futuro no es ajeno al pasado. El músico peruano radicado en Argentina parece
estar preparado para dar un salto en su carrera con Es Verdad, canción que tanto en sonido y letra no muestra timidez
ante esta idea.
Poniendo un poco de contexto,
pese a no radicar en su país Santa García ha sido uno de los secretos mejor
guardados que la escena limeña puede entregarle al folk pop latinoamericano. Nueva Ola, EP con dos años de
antigüedad, sigue siendo su trabajo más elogiado. La portada de este mismo no
dista mucho del contenido de las canciones, pudiendo resumir todo en una mezcla
de introspección y melancolía del presente, a lo cual podemos agregarle cierta
dosis de ingenuidad premeditada.
Es Verdad parece tomar cierta distancia de todo ello, pero al mismo
tiempo busca denotar conciencia de la importancia en lo aprendido. El momento más
memorable de la canción es prueba de ello, el coro con aquel “Es verdad que me hice fuerte cada día / No
los culpo por no ir tras de mi”. El sonido buscado para este tema también
es muestra de esto, buscando una producción de sonido más expansivo y cercano
al lado maduro del pop moderno. Aquí hay un mayor brillo que en lo escuchado en
Nueva Ola.
Lo más importante de esta
evolución es el no haber perdido esencia. Pese a los cambios el oyente aún
puede reconocer al mismo Roberto de años atrás en esta canción, lo cual es seña
de un crecimiento orgánico e inteligente. Uno que da ganas de apreciar qué
rumbos y riesgos serán tomados en un futuro cercano.
No habrán creído que pasamos en alto el regreso de nuestra querida Violeta Castillo (a quien una vez decretamos Reina del EP y la canción breve), pero es que su Piedra cayó sobre nosotros cuando hacíamos ya las maletas del 2019 y nos mudábamos a otro año. Su volumen no cabía en nuestro equipaje pero prometimos volver por ella.
Con las energías renovadas abrazamos pues esta nueva canción decididamente electrónica y de una intención bailable que se aproxima más a Pavimento (un hitazo que Violeta y el chileno Motivado publicaron en 2017), que a las baladas midtempo que solían ser su elemento.
Acompaña de Antu La Banca en la producción, Violeta nos regala otro nivel de sonido, tan cristalino que cada beat brilla deliciosamente, muchos detalles componen esta orquesta plástica. Y aunque dura más de cinco minutos, la brevedad sigue presente: hay pocas palabras, como un haiku punk, citadino, una piedra que brilla en el suelo, la luz de un cigarrillo, y ya, pero cuánto cabe en esa metáfora.
Y si ya fue piedra, ¿qué otras formas asumirá Violeta Castillo en su nueva aventura? ¡Queremos saber!
Reluce también, el trabajo de dibujo y animación de Eugenia Beizo en este buen videoclip.
Entre su poco o nulo interés de encasillarse en un estilo y su producción desbordante, Louta sigue siendo un personaje que genera amores y odios. Incluso en nuestra redacción mantenemos una mirada expectante, atentos de sus pasos para rescatar los hits más coherentes de su variopinto repertorio.
No te comas la peli sigue al pie de la letra la fórmula friki que amamos: un videoclip que encaja perfectamente en el imaginario teatral de este rap con destellos pop, irreverencias y concesiones en la estructura de la canción, como un espacio ideal para la ironía y la improvisación, aunque en realidad poco haya de espontáneo en estos tres minutos de rimas que versan sobre un desamor en competencia, un imaginario que Louta sigue expandiendo con cada nueva producción logrando así su mejor registro hasta la fecha, uno en el que hermana su espíritu inquieto con su genio para la lírica mordaz.
El mismo Louta dirige este clip en el que lo vemos atravesando Buenos Aires sobre un piano blanco que termina flotando en el río ante la mirada dura y apacible de nuestro protagonista, una producción que no tiene desperdicio entre la proeza que significa atravesar una capital montado en un camión, y sus gestos y bailes irreverentes.
Este conteo regresivo es la forma de mantenernos ejercitados en el fin del decenio, el esfuerzo de no caer en la desidia de nuestras propias promesas, ir y volver, estar y desaparecer, conmoverse y detenerse. Nuevamente motivados por la razón esencial de nuestros textos, la única promesa que mantenemos viva es el amor incondicional por las canciones que compilamos como un esfuerzo colectivo, una construcción que responde a nuestra búsqueda y gustos particulares, una bandera que seguiremos ondeando desde la luz de nuestras pantallas y las vibraciones de nuestros audífonos.
Con asombro dolido recibimos el nuevo disco de Ely Guerra: ¡Qué aburrido nos resultó! y sin embargo, la canción Zion es una joya tan luminosa que alcanza a salvar del olvido tal ejercicio. En esta ceremonia, todas las voces son Ely Guerra, un coro-individual que se eleva y nos estremece. Aparece también, un recuerdo fugaz de Juan Son y su Mermaid Sashimi (2009), en cuanto a las armonías y esa atmósfera de bosque encantando. Los cantos de Ely atenúan más que nunca un pozo religioso frente a la figura bíblica de Zion, y metafóricamente, o no, describen un lugar anhelado. Zion fue la promesa de un larga duración, y hoy, la verdad que queremos recordar. Camilo Castaño
29. Julieta Venegas ~ Alma Radiante
“Entrégame tu silencio, voy a hablar despacio, tengo esta voz tan frágil y miedo a que se rompa”, delicada y humilde florece esta canción, en doble desnudez: frágiles cuerdas vocales y escuetas cuerdas de guitarra.
Julieta Venegas vuelve para señalar el dato íntimo, la belleza desprovista de trucos. Esta pieza extraída de su obra de teatro La enamorada se convirtió en el último himno de nuestro año, el puente que cruzamos para mirar otro paisaje. Qué mejor anhelo para un nuevo año que el de llevar dentro un alma radiante. Camilo Castaño
28. Suerte Campeón ~ Papá
No podíamos dejar por fuera de nuestra selección a una banda que conocimos este año y que se ganó nuestro cariño. Suerte Campeón es la joven banda limeña que nos transporta a las mejores épocas en que el indie rock lo era todo. Su más reciente álbum La Edad No Me Deja Pensar, enmarca las vivencias de una generación afligida por las angustias contemporáneas. De esas letras emocionales y viscerales, se presenta Papá, como una especie de oda al fracaso como hijos. Esta pieza de indie melancólico, casi Emo y de experiencias desgarradoras, viene a recordarnos que la música es un refugio, y que un abrazo puede traer calma, dentro de nuestras convulsas y abrumadoras ciudades latinoamericanas. Alberto Múnera
27. Carmen Ruiz ~ Pocas palabras
Blanquinegro, el debut de Carmen Ruiz, sí que es un álbum de altos contrastes. Habitan allí dos inquietudes: la canción tradicional poblada de detalles, el despliegue orquestal y otro camino que se atreve con la electrónica, los acabados metálicos y algunas estridencias. Ambas intenciones están amarradas por una voz poderosa.
Nosotros fuimos arrastrados por la vertiente más electrónica y elegimos Pocas palabras como la promesa de una artista que apenas alza vuelo. “Hay que escuchar el murmullo del instinto”, delicada en un principio, esta canción crece hasta hacerse tormenta, asistimos hipnotizados a la llegada de cada elemento mientras Carmen guía nuestro trance. Camilo Castaño
26. Entre Ríos ~ Aunque
Esta canción de Entre Ríos se extiende como un lamento, una disculpa, viaja como carta tardía. Su austeridad dolorosa bebe del Lied, la antigua estructura musical donde una forma vocal monofónica (o sea una sola voz) es acompañada de pocos instrumentos para interpretar un poema. "Aunque es de noche, la mañana ya está aquí. Ahora está claro: hay un día nuevo al fin. Aunque me pongas el futuro frente a mí, es el pasado el que no se quiere ir". Así, esta pieza, y todo el disco al que pertenece, suceden en la trinidad de voz, piano y cello, una liviandad que conmueve con certeza. Entre Ríos ha muerto tantas veces y vuelve siempre con otra faz de flor recién abierta. Camilo Castaño
25. Loli Molina ~ Tigres
Tigres en la mirada, espadas que nos reflejan, un camino a la sombra, imágenes de alta belleza que intentamos y no logramos descifrar.
Gracias a esta canción nos hemos acercado a Loli Molina y su voz dulce que mana como agua entre las rocas mientras guitarras y cuerdas vuelan con el filo de los cuchillos, solo para rozarnos, pues ya ha sentenciado un "Acercarse mucho y nunca matar". Acaso el amor, acaso la partida, a veces, esta canción/misterio se vacía solo para poblarse con nuestro propio suspiro. Camilo Castaño
24. ANTIFAN con C. Tangana ~ La Última Generación
ANTIFAN es la última sorpresa de la temporada. Encontramos esta banda escudriñando en el repositorio del sello madrileño Sonido Muchacho, discográfica de la que hemos escuchado diversidad de sonidos cercanos a la casa. ANTIFAN es el grupo formado por erva, I-ACE y Hartosopash y es una especie postpunk duro con mezcla de rap y un aire de oscuridad, se describen así mismos como un amasijo de guitarras, bajos y autotune. Esta canción describe las vicisitudes de una generación perdida y saturada por las crisis, que trata de encontrar respuestas en la contracultura, la calle y la noche. La colaboración con la súper estrella del trap español C.Tangana, ha impulsado de manera considerable el alcance de esta interesante puesta en escena, que habita las calles de la Madrid profunda. Alberto Múnera
23. Le Parody ~ La Puerta
Las buenaventuras sonoras de Le Parody desembocaron este año en el desafiante Porvenir un disco concebido como una colección de proverbios que van siendo liberados entre destellos folclóricos y electrónicos.
“Las palabras que se lleva el viento, las devuelve rotas la memoria.” le escuchamos enunciar con transparencia a Sole en La Puerta, una canción que destaca por su inesperado estallido dance hacia los cuatro minutos de canción. El track rehúye de la inmediatez rozando los siete minutos en los que pasamos del hipnotismo de las palabras al trance de un endemoniado rave electrónico. Will Balooni
22. NOIA ~ Ausencias
Entre beats minuciosos y trompetas atmosféricas transitamos esta canción preciosista. Ausencias escapa del efectismo electrónico dejando que el encanto repose en la potente voz de Gisela Fulla-Silvestre.
Justo en el corazón de la canción NOIA nos desarma y nos vuelve a amar con el motivo que da pie a la lírica: "Y estas ausencias mías, yo pensaba que tú las llenarías", aquí el tiny dance se encuentra con el registro de una voz que bebe de la tradición flamenca, pero con un giro hacía la electrónica de autor, una suerte de balada onírica perfecta para ambientar nuestras películas cotidianas. Will Balooni
21. Buscabulla ~ Vámono
Como el desfile inaugural de un festival caribeño, Vámono de Buscabulla coquetea con la energía de una batucada para erigir un himno sobre el regreso a la tierra propia, casi hermanado con La hora de volve de Rita Indiana.
Tras la desventura política y natural del pueblo puertorriqueño se han hecho esenciales la reflexión y el pronunciamiento desde las artes. Encontramos en esta canción, en sus percusiones y el austero fraseo, un llamado a la unión, la raíz que clama nuestra atención. Camilo Castaño
20. Tessa Ia ~ Quimeras
Por su letra, Quimeras se presenta como una narración inmaculada. Una relación intergeracional se abre ante nuestros oídos como una confesión desesperada de la parte más joven: "¿Qué dice ella de tu juego inmaculado, se imagina que has pecado?", una traición, una excusa para ponerle nombre al otro protagonista, Humberto se eleva entre reclamos y susurros en el corazón de la canción: "Humberto, Humberto, ¿en qué monstruo me he vuelto?, Humberto, Humberto, ¿qué caos dejas suelto?", esto sin contar con el gancho ineludible del coro que seguro se quedará un rato hurgando en tu cabeza.
Desde lo musical es un conjuro luminoso. Sus escasos tres minutos de duración pasan como una ráfaga de viento fresco combinado con descargas eléctricas. Guitarras, sintetizadores, pianos, silencios teatrales, todo servido y perfectamente alineado con las frases y los clímax de la canción. Will Balooni
19. Silvana Estrada ~ Carta
Adorno o impostura, la voz de Silvana Estrada en su Carta solía molestarnos y acabó por conmovernos. Un día, bajo la luz adecuada, hallamos en su artificio de folclorista un espacio para lo genuino. Escuchamos con atención y creció en nuestros adentros.
Hecha canción y dicha al viento, la carta íntima de Silvina se ha hecho himno, otros enamorados sabrán sentirla suya y su aparente sencillez acústica será enriquecida por las imágenes de otros besos, otros intentos, otras despedidas. Carta es la promesa inesperada de nuestro 2019. Camilo Castaño
18. Caliza ~ Planes para Nacho
Con dos discos bajo el brazo y un buen número de tonadas ingeniosas, Caliza, el proyecto de española Elisa Pérez, sigue siendo una de las joyas escondidas del indie iberoamericano.
Esta pieza es una versión libre de Making plans for Nigel de XTC y cuenta con las guitarras de otra favorita de la casa, Elsa De Alfonso.
Aquí, Caliza traslada al protagonista al escenario español, saltando del Bristish Steel de XTC a la cadena de supermercados Corte Inglés con una facilidad envidiable. Riffs de guitarra inolvidables y una firme base de sintetizadores cierran esta cruda canción que se ha ganado un puesto en nuestro altar de canciones impecablemente traducidas al español. Will Balooni
17. Silva de Alegría ~ Primavera en la Guerra del Sonido
Silva de Alegría es el proyecto solista del mexicano Sergio Silva, tras años con su banda Furland. El título de esta canción bautiza el álbum que lleva el mismo nombre. Con un aire épico o de un viaje hipersónico, esta canción podría entrar en la playlist de un viaje al espacio. Lo análogo del banjo, la guitarra y la percusión se amalgaman en sincronía con los sonidos un tanto veloces y futuristas de las máquinas y cajas de ritmos. Sergio concreta un sonido muy autentico, difícil de encasillar en un solo género o estilo; aunque carga una marcada identidad del rock independiente mexicano. Silva nos regala una interesante pieza musical que habla de los viajes del sonido y su relación con la creación y expansión del universo. Alberto Múnera
16. Bad Bunny ~ RLNDT
En la Noche Buena del 2018 Bad Bunny lanzó su primer trabajo larga duración, sorprendiendo a varios medios que ya tenían lista sus listas de fin de año.
A un año de este suceso no es arriesgado decir que x100pre es un clásico moderno que ayudó a consolidar la visión de Bad Bunny como artista. RLNDT es buen ejemplo de lo anterior, tema de carácter introspectivo y algo torturado que marcó un antes y después en la imagen del puertorriqueño, dándole humanidad a quien solo conocíamos como una máquina creadora de singles exitosos. Valdomiro Valle
15. Algora ~ Poesía de la distopía
Con suavidad y sentido del humor Víctor Algora conjuga una declaración romántica y una crítica al consumo desmedido. Dos chicos con los bolsillos vacíos transitan enamorados un paisaje de centros comerciales, tiendas de ropa y miradas de desdén.
Una amigable secuencia de sintetizadores, casi idéntica durante toda la canción, es el suelo perfecto para la letra que es casi un cuento: "Sueño que en pleno Black Friday todas las tiendas arden, y entre montañas de ropa tú vienes a salvarme". Reímos y amamos con esta canción de Algora, promesa de un disco que verá la luz en 2020. Camilo Castaño
14. Diosque ~ Vuelas cerca
Nuestro bicho de culto sigue manteniendo su impronta, ajeno a las modas, incluso a su propia constancia.
Vuelas cerca es la canción que destacamos de Terruño, un disco que se nos antoja menos arriesgado que sus dos anteriores entregas, o quizá sea la revisión necesaria de ese extraño I Can Cion, en definitiva, un producto más refinado que resumimos en estos casi tres minutos que avivan sus palabras y nos entrega otro envoltorio para las canciones descontracturadas de este cantautor: La emoción llevada por la suavidad. Will Balooni
13. Sundarbans ~ Laniakea
Sundarbans es sin duda uno de nuestros nuevos tesoros, todo un hallazgo en el indie mexicano y Laniakea, siendo apenas la segunda canción de su prometedora historia, ha sabido escalar en nuestra lista anual de afectos.
En ella, el dúo abandona la estridente ciudad para ser cosmonautas, valientes y enamorados. Un viaje sonoro poblado de detalles como estrellas, entre las que reluce una preciosa melodía de teclado, y cuya letra es una invitación a mirar el futuro con esperanza, a escribirlo mientras esta suerte y este sol nos alumbran. Camilo Castaño
12. Lido Pimienta ~ No pude
Un sencillo que anticipa uno de los números más esperados del 2020, una nueva carta de amor-odio de Lido Pimienta hacia su país , que nos sorprendió por varias razones.
Primero la claridad con la que escuchamos la voz de Lido, su canto fluye en varias vertientes, desde su característicos agudos, su acento costeño que se escapa en algunas frases, hasta el canto más cristalino desde el minuto 2, todo construido sobre una base rítmica que se nos antoja arriesgada y a la vez impecable, metales que brillan entre programaciones y percusiones afiladas, todo un cóctel que mezcla las emociones viscerales expuestas en una letra desnuda y la cadencia de un sonido inclasificable. Will Balooni
11. Alegría Rampante con Fofé Abreu ~ Jirafa
Una colaboración que da fe de la unión de la escena independiente puertorriqueña, una obra redonda, extensa, cadenciosa, emotiva.
Jirafa ratifica las intenciones de Alegría Rampante de entregarnos canciones maduras, con giros inesperados y construcciones musicales efectivas.
Una canción que se mimetiza con su videoclip, creando una amalgama entre performance y música que recoge varias inquietudes de los artistas, desde la corporeidad, hasta nuestro desolador marco socio-político. Will Balooni
10. Amaia ~ El Relámpago
Con la afilada producción de Santiago Morotizado y claros guiños generacionales, Amaia confeccionó una canción que resuena por su inmediatez y su letra escueta.
Entre las metáforas del título, el fuego que intuimos desde la explosión del coro es avivado por frases que aluden las paranoias predilectas de los enamorados 2.0: "te miro las fotos / pero no le doy al corazón".
Es la sencillez la mayor virtud de El Relámpago, frases que se adhieren al espíritu de la época, fáciles de entender pero interpretadas con un desgarro que hace eco de la promesa que era Amaia, una llama que avivó los corazones desangrados en 2019. Will Balooni
09. Princesa Alba ~ Convéncete
Hace poco el resucitado blog hermano Club Fonograma lanzó un breve post sobre la influencia latina en el K-Pop; con Convéncete nos toca ver el caso inverso, un tema de reggaetón pop cuya frontalidad, vídeo y coreografía muestran una reformulación, de mente mucho más abierta, a las formas vistas en mega producciones coreanas.
Obviamente Princesa Alba es una orgullosa hija de su época y ha sabido combinar las influencias propias de su entorno cultural con aquellas globales aprendidas de manera digital. El tipo de experimentación pop que queremos ver más seguido en el 2020. Valdomiro Valle
08. Los Besos ~ Hoy no
Se nos ha vuelto costumbre tener en nuestra selección final del año a los argentinos Los Besos, banda comandada por la talentosísima Paula Trama, una letrista excepcional. Esta canción se desprende de su más reciente álbum: Matemática sentimental. Hoy no, se devela una vez más como una pieza de poesía, acompañada de notas rock y pop al mejor estilo argentino del flaco Spinetta, Cerati o Entre Ríos. Solo basta con leer la primera parte de esta letra para querer la inmersión completa, no solo en ésta, sino en las demás pistas que acompañan el álbum. “Flor de la noche, bosque, ¿me escuchás? Cierro esta carta con mi lengua, el metal contará por mí.” Así, una vez más, Los besos nos demuestran lo que es representar con creces, los paisajes que habitan entre la música y las palabras. Alberto Múnera
07. Dani Umpi ~ Ideas en mente
La neurosis de un nuevo amor. En Ideas en mente Dani Umpi condensa temas que han rondado su discografía: el amor anecdótico, los demonios internos que afloran con el descubrimiento de nuevos sentimientos ("Me das el marco teórico para un nuevo amor") hasta la mística y la magia negra tienen su espacio en esta nueva joya del tecnopop del cono sur.
“En otro pueblo tu ropa es nueva, en otra fiesta alguien te espera”, propone Dani a su nuevo proyecto romántico, mientras esboza la pregunta que da nombre a esta pieza: "Cóntame. ¿Por qué me elegiste a mi?, ¿con qué ideas en mente?”. Grandes destellos líricos sirven de puente a un nuevo desenlace melodramático que nos descubre la última escena de esta narración, con su protagonista dándolo todo en la pista de baile. Will Balooni
06. Simón Campusano ~ La Astuta Cordillera de la Costa
El 2019 posee pocas canciones como la de Simón Campusano, también vocalista y compositor en Niños del Cerro.
La Astuta Cordillera de la Costa tiene el sonido propio de un sueño de verano, o quizás guarda en sí el espíritu de las épocas en que el boom de la música independiente latinoamericana estaba caracterizado por ser una combinación de inocencia y ganas de comerse el mundo.
Esperamos que esta canción nos ayude a mantener nuestro ánimo fresco lo que resta del verano sudamericano. Valdomiro Valle
05. Maria Usbeck ~ Nostalgia
Teclados con aires ochenteros y arreglos luminosos guían nuestros pasos por estos minutos envolventes en los que Maria Usbeck sabe jugar con nuestra curiosidad, mientras dibuja nuevos paisajes con su inagotable paleta sonora. Alejándonos de la selva inquieta en que nos sumergió hasta el momento, bailamos despreocupados sobre los cimientos de futuras añoranzas.
Unos decididos "No me gusta" se repiten a lo largo de la canción dándonos un motivo para identificarnos. Esa extraña sensación que surge al encontrarnos ajenos a los gustos de la época o alejados de nuestros gustos antiguos, los procesos del envejecimiento que Usbeck retrata en su último disco se condensan en esta cadenciosa pista que cabalga sobre la sencillez y la añoranza. Will Balooni
04. Coiffeur ~ Templo
Un eclipse se ha instalado en el cambio de año y, gracias a él, nuestra noche es un valle reluciente. Coiffeur ha encontrado en este fenómeno astronómico la metáfora de su álbum, Eclipse es movimiento, acontecimiento y transición de luz. De las diez canciones que son diez hits, Templo es nuestra predilecta. En ella, la voz de Guille adquiere una condición más corpórea, la timidez es ahora galantería y la electrónica oscura que conocíamos, se viste de gala, Coiffeur porta un traje reflectivo que desde el primer coro nos encandila. “No te confíes ni especules con mis sentimientos”, letra y música se erigen como un templo, sí, digno y egoísta, ufano y celestial ante el amor herido. Bailamos en su refugio. Camilo Castaño
03. Santa Madero ~ Cámara
La tercera canción oficial de la joven banda peruana es lo único que faltaba para que pasen de ser un prospecto a una confirmación. Cámara es el single más directo que han presentado a la fecha, donde combinan el misterio y toques dream pop de sus canciones anteriores con una accesibilidad necesaria en toda pieza de pop moderno.
Hasta donde sabemos Cámara será la última canción que escucharemos de la banda hasta que se dé el anuncio del tan esperado álbum debut, dejándonos una vez más con las expectativas al límite. Valdomiro Valle
02. Milton James ~ 6,6
Sobra presentar de nuevo a Milton James, un conocido de la casa. Durante el año estuvimos al pie de lo que sería el lanzamiento del primer álbum bajo su propio nombre: Pretemporada. A Milton lo recordaremos siempre por haber sido la otra mitad de los grandes Dënver, pero este nuevo álbum refresca la aventura musical del chileno. 6,6 fue una de las canciones que más nos alegraron los días durante el año; una descarga pop que recuerda a las pistas más bailables de Pulp; una mezcla perfecta entre la melancolía de la letra y los violines, con los golpes puntiagudos de los bajos y la percusión. El resultado, un coro que quedará para la historia del nuevo pop chileno y latinoamericano: “¿y dónde me escondo yo en este lugar? prefiero tu casa antes que mi hogar”. Alberto Múnera
01. Belafonte Sensacional ~ K en el abismo
Esta canción renueva la promesa de lo que representa la música para el amarillo. En 2019, Belafonte sensacional liberó el notable Soy piedra, del cual extraemos nuestro top del año. Irónicamente K en el abismo es la canción encargada de cerrar un disco que toca varios palos de la música alternativa, manteniendo elementos que hacen destacar este proyecto musical, el extensivo uso de la jerga mexicana, el juego de palabras de su título, el ingenio de las conexiones entre palabras, la brevedad del momento que cabalga sobre escasa instrumentalización, unos bajos pronunciados y una percusión en crescendo que explota entre la contención y la seguridad del anonimato, un número que bien conducido incita al hipnotismo, y que se ha convertido en una verdadera compañera de marchas desde la primera escucha, sin duda una joya escondida en esa marejada ostentosa y ruidosa que fue el 2019. Era hora de volver a lo esencial. Will Balooni
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