miércoles, 7 de agosto de 2019

Suerte Campeón – La Edad No Me Deja Pensar (2019)


Lo nuevo de la joven banda peruana Suerte Campeón se ubica en el cruce de muchos caminos. Una mezcla de emociones y sentimientos que en su frontalidad se vuelve uno de los retratos más sinceros acerca de la juventud en las grandes ciudades de América Latina, algo que se intuye desde el título de la producción. Bien se le podría denominar como la versión rock de aquel “llorar en la pista de baile” que nos suelen brindar otros géneros musicales.

La Edad No Me Deja Pensar es una colección de historias sobre autodestrucción a todo volumen y esperanzas en perfil bajo, una especie de exorcismo en clave indie rock y emo que bien puede convertirse en el dedo en la herida o el alcohol que la cicatrice.

El sentido del humor de la banda (¿o quizás descaro?) se hace notar desde la primera triada de canciones sin contar la breve intro. La primera, Mala Suerte Campeón, suena tanto a una declaración de principios como a burlón autodesprecio, dando un inicio festivo a gritos de “Todos los días pisas mierda / todos los días te caga una paloma”. Las dos canciones siguientes manejan cierta similitud de contenido, redondeando la representación de una juventud que lo tiene todo y al mismo tiempo se siente vacía (nótese aquel “acabo de chocar el carro de papá / me va a matar la la la”).


Cambio de rumbo se da en la segunda triada. La Flor adopta el rol de balada con algo inocentes referencias románticas a mariposas y flores, siendo el momento de mayor calma hasta el momento. Rayo Lento es indie rock de sonido y letra esperanzadora (“Rayo Lento, buen amigo / no dejes de sonreír”), un buen punto de contraposición al rol central que ejerce La Edad No Me Deja Pensar, canción que escala rápidamente hacia aquel llanto ahogado propio de toda confesión. Quizás la canción más dura en el disco.

El lado B mezcla ambas facetas que la banda previamente expuso, pasando de canciones sobre el mundial de futbol hacia traumas familiares como si se tratara de un salto de tema en una conversación de amigos cercanos. Mención especial merecen canciones como No Es Tan Fácil Dejar Todo Atrás como otro momento de confesión desgarradora y Consumir Porquerías, un lapso de lucidez que en su última línea nos otorga el momento más real de la producción (“por favor, perdóname”).


Si Carolina Durante este año se convirtieron en los chicos lindos de la escena rockera iberoamericana, Suerte Campeón representa a los olvidados, aquellos que no tienen frases ingeniosas para cada situación pero que terminan cubriendo de humor sus fatalidades para poder sobrevivir. Aparte, si tomamos en cuenta que estamos en una época donde un gran número de proyectos jóvenes parecen preferir crear “moods” en vez de atreverse a explorar directamente lo complejo en las emociones humanas, lo nuevo de la joven agrupación peruana es aquel tipo de despertar que muchos buscamos en la música contemporánea, lo cual lo convierte desde ya en, por lo menos, uno de los discos peruanos imprescindibles para el presente año.

No es una obra fácil a la cual enfrentarse, pero en su brutalidad hay un pequeño espacio para la culpa y miedo, otorgándonos la empatía necesaria para por momentos pensar“same, Amigo”.


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