El cuarto disco de Coiffeur lo sitúa en lugares poco habitados en su discografía. Famoso por su formato acústico y minimalista, Guillermo Alonso toma un reto que parece natural en Conquista de lo inútil: ponernos a bailar. .
El uso de las maquinas para crear sinthes y beats a la medida de las letras de Coiffeur es la novedad de esta placa que en momentos llega a sonar descaradamente ochentero, siempre guardando la sutileza del cantautor con letras que dejan las puertas abiertas a la interpretación. Como Coiffeur tenemos muchos hombres haciendo pop trascendental, sutil y personal en Latinoamérica, pero en Conquista este autor ve su lado más coqueto, emulando lo logrado por el Mena, pero con la identidad impermeable del creador.
Las canciones de apertura Guarida y la formidable Damero fluctúan en temáticas similares que se ilustran a la perfección con las imágenes del artwork del disco en el que vemos a Coiffeur flotando en un espacio nublado, una imagen limpia y sugestiva. "Que abandone su guarida en otro espacio" y "cada ser ocupa su lugar y sobrevive" son dos líneas que nos dejan presumir de qué va esta nueva aventura sonora del artista argentino
Siendo este un disco más ortodoxo y de cara al gusto generalizado por las mezclas electrónicas, Conquista de lo inútil tampoco abandona el lado más intimo del autor y es así como a mitad de camino encontramos canciones a medio tiempo como baladas electrónicas y un interludio ambiental para lo que podrían ser las canciones más personales del disco.
En Oxígeno por ejemplo, visitamos una carta directa con líneas que dejan ver resquicios de reclamo y certeza: "Te falta valor para sostener lo que sientes sin hacerme daño, ¿es esta tu necesidad por tenerlo todo? Ahora que me perdiste, ¿cómo conseguirás oxigeno?". Mientras que en otra destacada, la encargada de cerrar el disco y en animo más upbeat, Nudo, Coiffeur parece abrazar su faceta más crítica acompañado de una guitarra que maneja la mezcla y en la que suelta una línea ante la cual es difícil no salir aludido: "Mi historia se repite dos veces, primero como una tragedia y después como una farsa".
Incluso cuando parece remitirse a la falta de identidad en canciones como Pieles ("Nuestro horizonte es un claro confuso, poco sabemos de nuestros ancestros, mucho menos de la distancia para ver más allá", "Somos un acto de falso coraje") o cuando nos habla de moral en Oxígeno ("La moral no va a servirte de mucho; en cuestiones de supervivencia los protocolos no existen") Coiffeur se muestra completamente seguro de lo que logra al mezclar abstracción con intimidad, al manejar a su antojo la rítmica, las métricas y las líricas, sirviéndonos un disco disfrutable de principio a fin.
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