Cícero sorprendió a muchos hace dos años con su disco debut en solitario Canções de Apartamento, un disco casero con influencias marcadas, que para la época significó un éxito inesperado, incluso para el artista que anteriormente hacía parte de la banda carioca Alice. Más allá del hype y la presión por una continuación, este año el señor ha regresado con un disco al cual tituló simplemente Sábado, tan sobrio como la portada azul, y que encierra momentos sobrecogedores, repletos de detalles y una ambientación minimalista que sugiere un estado de ánimo donde solo queremos sentarnos en la casa a escuchar y ver el atardecer.
Es poco lo que podemos agregar a lo que el oyente puede acceder con la descarga de este disco, son 10 canciones que mezclan géneros en un aura particular de canción de ambiente, para lo cotidiano y las aventuras domesticas: dar un beso, tomar una copa de vino o simplemente recostarse a leer, invitaciones que quedan abiertas. Es curioso que acá no me atreva a hablar de canciones en particular, no domino el portugués y no me arriesgaré a abordar las temáticas del disco, pero con la escucha tan sugestiva es como si esa frase cliché que dice que la música es un lenguaje universal se aplicara en su integridad a esta placa.
Donde vivo hace calor y si llueve también hace calor, pero al momento de darle play a este disco es como si el aire se pusiese más fresco (generalmente cuando es de tarde), entonces todos los momentos que me descubro escuchando este disco es como si fuera un sábado en la tarde, fresco, solitario y entrañable. No es raro mucho menos, que con la sutileza y las finas melodías de este álbum, me descubra danzando suavemente agregando pequeños sonidos, las llaves en la mano, el golpe del zapato al subir las escaleras... todo conecta con estas canciones que no invaden tu cabeza sino que dan espacio para dejarte abstraer de la realidad permaneciendo en su seno.
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