Ninguna nota es una nota.
Este texto lo escribí de camino a casa con unos audífonos baratos y la osadía de hacer todo el trayecto mirando la pequeña pantalla de un iPod, seguro de mis pasos y el acompañamiento inigualable de la música para protegerme de todo mal.
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A lo largo de estos años Los Besos han logrado consolidar un cancionero enriquecido por los poemas de Paula Trama, encajando cada frase inolvidable en un pack de canciones concisas y directas que les ha hecho merecedores del título de reyes de la corta duración en nuestro sitio.
Casi siempre amor a primera escucha, la inmediatez con la que las palabras de Trama se acurrucaron en nuestro imaginario musical los ha mantenido en nuestro top de referencias del cono sur de América, en consonancia con una cúspide creativa que se reafirma con cada nuevo lanzamiento.
Copia viva llega a cumplir la cita anual a la que Los Besos nos han acostumbrado. Ya instalados en nuestros corazones fuimos enceguecidos a su encuentro, y gratamente sorprendidos por su contenido alcanzamos a descubrir algunas joyas en su tracklist. Pero esta vez no fue la inmediatez la que nos sedujo, hay aquí otro tipo de amor en juego, uno que se construye con los días, con las escuchas, con el acompañamiento diario, con los espacios para descansar y con los reencuentros.
Recuerdo escuchar las dos primeras canciones y decirme: "esto es estar enamorado", “este es un disco de amor", varios meses después confirmo la aseveración primera. Me he dejado seducir dándole espacio a las canciones, dejándome sorprender con el reencuentro y las nuevas lecturas de este objeto de deseo, una copia conforme al amor por muchas cosas.
El disco arranca con El Dron y con ella la primera dedicatoria, a “lxs amigxs”, de paso una lectura nueva, un amor poco dedicado en canciones pop. Una réplica necesaria se puede leer en la hermosa Amazonas: “A lo lejos veo algo / Amazonas / contra el viento / Y acá están / aerosoles en las manos / sientan bien / este fuego y remolinos”, vivas imágenes de mujeres revolucionarias en pie de lucha, con la poesía como bandera.
La ironía más grande del disco es la misma que le da título. “Jamás hice una canción de amor y tal vez esta va a ser la primera” anuncia Trama en los primeros segundos de Copia viva, una meta-canción sobre los hits que plagan las emisoras románticas, una seudo canción de amor que lejos del cliché recurre a un entramado de sintetizadores y “tutu tutus” para dejarnos con esa falsa sensación de haber escuchado la más grande declaración de amor de nuestros tiempos, o la más fiel copia de una.
Leer las canciones sin música es otra experiencia. Podemos desgranar este disco en un nuevo set de frases inolvidables y obtener otro producto de Los Besos. En Telón por ejemplo, recurren a la imagen del espejo roto dándole un giro de tuerca a la superstición: “Tenía que romper otro espejo / volver de la muerte / tenía que romper otro espejo para que soñemos más fuerte”. Abiertos todos los sentidos, en la juguetona La Melodía palpamos un estado entre la calma y una suerte de sentimiento comunitario: “Las melodías / que los vecinos silban / son mías / Las vidas / que los vecinos imaginan / son mías”.
Pasando por conceptos como el “Exotismo fantasmal” (Albañíl), o frases triunfantes como "Voy envuelta en tejidos baratos / Entre cientas de rambos vedettes" (El Dron), Los Besos se han asegurado un nuevo cancionero entrañable, el cual han sabido cerrar con broche de oro con la canción más sonrojante de su repertorio.
La Cascada de tu pelo enredado, una letra de Francisco Garamona es musicalizada por Trama en una suerte de colaboración que brilla como el astro más resplandeciente de esta constelación. De aquí extraemos imágenes cristalinas y sensaciones reconocibles, el encantamiento inexplicable: “Volteé en la esquina de tu casa / Y viendo en tu ventana luz imaginé / La cascada de tu pelo enredado”, el sentimiento de inferioridad: “Caminé por las calles de tu barrio / De tu barrio infinitamente / Superior al mío”, y la angustia por la pérdida: “Tuve miedo de no encontrarte jamás”.
Entre amores adolescentes, revolucionarios, imposibles y pausados transcurre el disco más extenso de Los Besos. Conjuros de alta producción y detalles encantadores en cada canción, ese llamado "exotismo fantasmal" embruja con efecto duradero, lejos de la inmediatez y con la misma contundencia en la presentación de estas cortas canciones, Copia Viva se erige como un testamento de la belleza de las cosas sencillas, una reproducción indeleble del amor que nos ronda en los lugares habituales, una pausa necesaria para respirar y continuar la marcha convulsa de nuestros tiempos.
"Es global este fuego que ves".
Descarga: Copia viva vía Bandcamp name your price
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