miércoles, 29 de julio de 2015

Edson Velandia presenta: Cancionero Rasqa


La semana pasada aprovechamos la visita del músico colombiano Edson Velandia a Barranquilla (una de las ciudades desde donde se origina este blog). Velandia estaba lanzando su libro Cancionero Rasqa en el marco del festival de poesía PoeMaRío, y lo hizo de la mejor manera posible, dándole voz y vida a varios de estos 93 poemas, prosas, chistes, retahílas, cuentos y relatos, acompañado solamente de su guitarra y de su presencia escénica, lo cual ya es bastante. 

A Edson lo recordamos por la creación de un genero, la Rasqa, un tanto difícil de definir y de una banda de culto para la escena independiente colombiana, Velandia y la Tigra, con la que logró editar 4 discos y que lo ha mantenido girando por las ciudades del país a lo largo del año haciendo uso de la artillería de "hits" que logró cosechar con sus lanzamientos. 

Después de verlo en la versión 2014 de Rock al Parque, nos alistamos a disfrutarlo en otro formato y a conversar con él sobre el nuevo rumbo que le ha dado a una de las propuestas musicales y líricas más interesantes de la escena colombiana desde que tenemos conciencia de ella.
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el amarillo: La última vez que escuchamos un disco producido por Velandia y la Tigra fue Egippto Reqien Rasqa Pa Cielito. ¿Ya no vas a volver al formato de banda? 

Edson Velandia: Sí, ahí está la banda todavía, lo que pasa es que ahora estoy moviendo esto. 

ea: ¿Y cómo surgió la idea del libro?

EV: Porque las canciones no están grabadas, ni las voy a grabar. Entonces quería compartirlas igual con la gente, tener un motivo para girar las canciones, para cantar, para presentarlas, para motivar a que la gente se acercara, y ya que no las iba a grabar pues entonces las quise compilar en un libro. Además era una buena forma de darle un cierre digno a la serie “Rasqa” porque ya sentí que era suficiente con la Rasqa.

ea: ¿Y por qué son las últimas rasqas? y ¿cómo llegaste a ese punto de decir: “¡ya! hasta aquí llegó la vida útil de la Rasqa?

Edson y Gabo en el restaurante bar La Cueva.
EV: No sé, eso es una sensación como cuando sientes que te va a caer mal un pollo asado y decides no cometerlo por ninguna otra razón que porque el olfato te lo indica o el estómago te está llamando la atención, así igual fue esto, sentí que ya era el momento de parar con la Rasqa, de inventarme otra cosa, de zafarme por otro lado pa’ no terminar casándome con nada pues, se le vuelve a uno a veces una cárcel también los mismos inventos.

ea: ¿Entonces lo que viene ahora es reinvención? y la forma de moverte como artista, el formato, libro…

EV: No, no, el libro es una de las cosas que podía haber hecho y tenía muchas ganas de editar algo y lo edité, pero no es que me vaya a dedicar a escribir, aunque escribí hace poco también una ópera La Bacinilla de Peltre que ya se montó y la estoy presentando en varias partes. Pero yo sigo igual, moviéndome igual, lo mismo, sigo componiendo, tocando, sólo que ya no con el énfasis en el disco sino en el show, en el recital, mejor dicho. 

ea: ¿Has perdido la fe en el formato físico?

EV: No, no, he perdido la fe, sencillamente, yo soy muy amante del espectáculo público, callejero, del artista de circo, del acróbata, del payaso que pasa por el pueblo y se presenta, me gusta eso, me parece que es la magia del arte vivo y me identifico mucho con el teatro porque es una cosa que no se graba, no se masifica, tiene ese encanto, me parece lindo que se pueda vivir la música de esa manera. Es simplemente una opción, no estoy casado con ella ni con la otra. 

ea: Cómo la primera vez que te vimos en vivo, siempre usando una máscara de burro, que ya no llevas contigo, fue bueno descubrir que era un acto muy performativo, ahora estás más desnudo…

EV: Yo sigo usando el teatro pero no de una manera representativa, no me subo al escenario a representar a nadie, sino que estoy ahí haciendo de mí mismo, soy yo, no estoy con vestuario, no estoy caracterizado. Me gusta el concepto de escenario, la puesta en escena, la acción de pararse uno ahí a contar, a dramatizar una canción, aunque no estoy representando a alguien si estoy dramatizándola, estoy recreándola en la escena, en ese sentido sigue habiendo mucho teatro en mis presentaciones. De hecho todos los cantantes o todos los músicos tienen esa actitud teatral o ese histrionismo lo necesitan, porque para interpretar lo necesitan, entonces hay que echar mano de él.


ea: En cuanto a las historias… la Rasqa también recoge mucho del imaginario rural, si la Rasqa muere ¿quiere decir que vas a dejar de reflejar ese ambiente en tu trabajo?

EV: No, yo sigo hablando de lo mismo, pintando lo mismo. Lo que pasa es como que un día decides cambiarte el nombre y te pones otro, como que sientes que necesitas cambiar de identidad, pero en el fondo es lo mismo, yo sigo con los mismos intereses, yo vivo en el campo desde hace cuatro años, ese es mi entorno ese es mi paisaje. Mi pueblo, Piedecuesta, mi familia sigue ahí presente… Yo sigo hablando de lo mismo. 

ea: ¿En el futuro podemos esperar más discos de Velandia y la Tigra?

EV: ¿Quién sabe? la verdad que no tengo ninguna idea al respecto. Yo estoy camellando, componiendo, pero no previendo hacer discos, no creo que sea importante hacer un disco, ya hice muchos y siento que fue suficiente, se puede trabajar de otra manera también y es lo que estoy explorando, gozándomela también, puede que un día vuelva y haga un disco, pero ahora me parece irrelevante. 

ea: Tenía esta duda, no sé si conoces el caso de Rita Indiana, que no le vendió la idea de la industria musical, pensé que irías por esa vía…

EV: No, no, yo no me voy a volver escritor, ella es escritora, pero no, lo mío es la música y el teatro.

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