Un buen día para el pez banana es una banda que da forma a una escena de bandas independientes en la Argentina. Altamente recomendados desde que los conocimos en 2011 con una canción de piruetas surrealistas, en 2013 lanzan su primer larga duración que lleva como título SUBA y en su portada apreciamos la que podría ser la base temática del disco, el mar. El vaivén de las composiciones de este (ahora) quinteto se contiene, se mueve, se agita y da muestras claras de la búsqueda de un sonido y de madurez en la propuesta.
El primer y adictivo single, llamado después de un país, México, ilustra a nuestro entender un viaje por carretera a las orillas del mar, las referencias en la letra lo dejan claro, mientras las melodías creadas por las frases, las guitarras y el ritmo auguran un nuevo hit a la medida.
Con aproximaciones más ambientales y paisajistas este disco va mostrando un cohesivo conjunto de canciones melodiosas y estructuradas, lejos de lo "salvaje" que pudiera sonar su debut en EP. En canciones como la seductora Mañana, la voz de Lucila Escalante se desdobla, se descubre al borde del precipicio y nos envuelve con dulzura infantil. La corta Casa es puente de emociones, mientras la letra sugiere escapes mentales en el encierro, la música sugiere claustrofobia, cortas sensaciones que terminan cuando esperamos una solución al enigma.
Los Reyes de la Ciudad describe el escape entre sintetizadores ambientales y un golpe de batería incesante. Por su parte, Bien se debate entre el salvajismo y la calma, cuando escuchamos a Lucila entonar un grito de batalla y la música se va por la vía rítmica, muy claro ejemplo de la capacidad que tiene la banda de cambiar las velocidades a su antojo. Otra sugerencia temática aparece en La Ola en la cual la voz se muestra sugestiva mientras la música sigue creando ambientes de calma muy bien logrados, momentos que solo sirven para adecuar la escucha.
Esta placa la cierra una canción inolvidable, Con vos y el viento. Vocales que se extienden para endulzar el oído y una promesa de amor contenida en la letra, musicalización a la medida de una balada como cierre ideal. Tal vez lo único que SUBA nos queda debiendo es un poco de riesgo, acá se abandona un poco la lúdica por conjurar poesía con melodías, se aborda un tema, se dibuja el paisaje y se acentúa la voz, un debut en forma para una banda promisoria, grandes luego de lograr un disco que no abandona su valor artístico y no se desvive por encajar o enarbolar el sin sentido del pop actual, en su lugar SUBA es un espacio de creación que la banda logra contener en 10 canciones que hablan por sí solas de la personalidad y la búsqueda de sus miembros.
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