Cuando Paula Trama anunció el nuevo disco de Los Besos (FKA Paula y Los Besos) nos imaginamos un larga duración en todo su esplendor y se nos hacía a la vez un poco raro pensar en un formato como este para un proyecto que tiene la brevedad como bandera. Bastó ver el tracklist para darnos cuenta que el grupo sigue fiel a la corta duración y al formato de canción concisa.
En este disco Los Besos no se echan más de 18 minutos y así como quedan debiendo algunas canciones (que nada más servirían para abultar su repertorio), también nos recuerdan que en los tiempos que corren la brevedad es una privilegio y la simpleza, una bendición en este mar de pretensiones y repeticiones.
Del tiempo al resultado. Las canciones del segundo intento de Los Besos los encuentra más involucrados en los procesos de producción y arreglos. Allí donde las canciones del primer disco tenían un dejo de punk entre guitarras acústicas y juegos de percusión, estas canciones se arman de arreglos certeros y distorsiones, de una especie de elegancia que viene al pelo con las canciones que ya no son tan directas como hace dos años pero con la personalidad suficiente para ganarse su lugar en nuestra cabeza.
Paula Trama se tira unas buenas líneas en el transcurrir de este corta duración. Los momentos épicos y emotivos de Despacio, en los que salta del reclamo elevado al susurro interrogante en una misma canción, o la densidad que sentimos en complicidad con los vientos en el primer single del disco, la atmosférica Noche Atada, en la que el recurso de la lista nos lleva por el cauce de un río caudaloso, llegando a Soy Tu Ventana, una enternecedora metáfora que abre las luces del amor propio en tan solo dos minutos y medio.
La personalidad del disco viene dada desde la inconfundible voz de Trama. Su acento argentino, sus notas altas y sus voces bajas. La intensidad del mensaje elevado por el tono de su voz ratifica su figura en el bienaventurado grupo de cantautoras argentinas a las que les luce el formato de canción corta que privilegia las estructuras y las melodías.
En 8N Trama hace una pirueta vocal que resuelve una de las canciones más pop de su discografía, los descarados “pa pa para” nos hacen cuestionar las intenciones “coldplayeras” de este track de cierre que busca generar interacción con el público en la presentaciones del conjunto, aun así, el juego termina dando más variedad al disco que ya nos mostró estructuras más suaves, acústicas y ambientales.
Después del lanzamiento y de pasar varias semanas con las canciones dando vueltas en la cabeza, con varias favoritas para sumar a playlist anual, para corear con fervor, para lanzarse alguna guitarra imaginaria al aire, podemos certificar las credenciales de este disco, que terminó siendo EP, pero que plantea un futuro brillante para Los Besos, gracias a un formato que les viene al pelo y a canciones con méritos propios que sólo esperan una escucha para cautivar o disuadir al oyente.
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