En Pararmar, Daniel Pasquel refuerza la imagen de productor concienzudo y milimétrico, una imagen que pocos conocemos. Como líder y cabeza de Can Can sus aportes en las letras y guitarras estaban garantizados, ahora con Marley Muerto, su proyecto solista, se permite la libertad de jugar con las colaboraciones y ritmos que se le antojen, todo cuidadosamente instaurado en el marco de disco ecléctico cohesivo, quizá lo más cercano que tiene la línea del ecuador en comparación con proyectos tan ambiciosos como Bajofondo o Gorillaz.
Pasquel nace el mismo día que muere Bob Marley, de ahí el nombre del proyecto, y aunque no encontremos atisbo de reggae revolucionario en este disco, los pasos en la producción dejan apreciar un líder de orquesta con los ojos y los oídos bien abiertos. Las colaboraciones están a la orden del día en Pararmar, intencionalmente, un disco armado de retazos y enmarcados en el concepto de placa y revestido de un arte limpio y atractivo.
Extraída del primer EP de Marley Muerto, la viajera Todo Es, es la única canción firmada enteramente por MM. Electrónica minimalista, algo de guitarra orgánica y beats contenidos arman una pieza altamente recomendada. Por su parte canciones como Que Mala Idea Fue, Fantasma y Tren presentan el lado más contemplativo y orquestado en Pararmar. En Que Mala Idea Fue la bossa nova (también presente en Bossa Lynch) juega con beats y programaciones sobre una letra sentida.
Las líricas juegan un papel primordial en muchas de estas canciones. En las mencionadas Fantasma, donde MM se hace acompañar de Da Pawn, AntiRock PM y el coro de niños del Colegio SEK Los Valles, una canción con un encanto perturbador. Por su parte Tren nos sumerge en un viaje a riel de notas, igualmente misteriosa y con una letra particular, se nos invita a anhelar el pasado entre acordes y programaciones.
El punto contestatario lo encontramos en la canción protesta Señor Gobierno, un paso obligado por los andes que igualmente se reviste de apoyos modernos. Dorado Salmón Violeta al lado de Frances Possieri fue el primer single promocional del disco, una delirante pista de rock-pop con estructura concreta y altas dosis de recordación. Para la pista más sorpresiva del conjunto Marley Muerto se hace acompañar de Swing Original Monks, Los Chigualeros y La Mala Maña, combinación de hip hop, salsa y electrónica orgánica, un cocktail de ritmo ineludible, cura pa’ muchos males.
El disco lo completan las canciones de corte más experimental, el poema musicalizado, El Sol Nos Cegará de Blanca Luz y Egipto Danza, seis minutos de geografía electrónica minimalista cierran este disco que recoge las inquietudes y las colaboraciones de un artista polifacético que firma su trabajo con apellido de grandes. Una placa de producción garantizada y asequible a oídos acostumbrados al eclecticismo y las ondas experimentales que emergen de apoco desde el ombligo del mundo.
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