En un sábado de julio invernal que debería haber sido un hielo, el sueño dorado de ver a Susi Pireli tocar en vivo nos dio calor, nos desbloqueó. Es que Inés y Paula aparecieron corriendo, saltaron como dos niñas al escenario y todes nos preguntamos: ¿Cómo hacemos con ellas? Tal vez se lo decimos en Helvetica 10...
Fotos: @pau_schrott
Paula Trama en su mejor versión "Les voy a hacer reír" logró su objetivo, con la complicidad de su amora, Inés Copertino, que se encargó de contarnos paso a paso cómo había hecho -con sus tan hábiles manos- el cartel de neón que les hacía de guarda espaldas junto con la red de la canchita de fútbol. Lo cierto aquí es que el viento sopla y nos junta: Éramos todas las personas de la primer función, aquellas que sin dudarlo un segundo, compramos las entradas apenas vimos en nuestro feed de Instagram la publicación que anunciaba esta fecha.
El clímax de este encuentro a pura tortilla tuvo de todo: desde una versión nunca antes escuchada de Destino -uno de los grandes himnos de Los Besos, que seguro más de una vez todes cantamos a los gritos en la ducha- hasta la aparición de una Paula poseída por Chavela Vargas en la introducción de Poquita Fe; con la magia de la saxofonista estrella de Susi: Ana Sofía Balbi.
En esta montaña rusa de emociones y sensaciones que nos regalaron las Susi Pireli, también resurgió un homenaje a nuestras tortas madres argentinas: Sandra Mihanovich y Celeste Carballo. El escenario abrió paso tijeretal con Bola de Pelo, pedida en sus redes por todes les fans que las vieron y escucharon en Mujer contra mujer: 30 años después, una pieza audiovisual grabada en la cúpula del Centro Cultural Kirchner este año, con motivo del Día de la Visibilidad Lésbica.
Las Susi se las trajeron todas: fue más que un recital, su música se convirtió en una caricia para nuestras almas agotadas de encierro. Verlas en el escenario fue como presenciar un stand up al mejor estilo -musical de Hollywood-. Pero un Hollywood -si es que existe- disidente, tierno, tortillero y fogoso.
Hubo manos, todo tipo de manos agarrándose y acariciándose en Helados Verdes, mientras nos cantábamos al oído un Subtítulo: te amo. Pero también bailamos al mejor ritmo del protocolo, con nuestras nalgas en el pasto sintético de la canchita de fútbol 5 de Quetrén queriendo despegarse de un salto, para volver nuestras cuerpas a los '80 y agitar las melenas y peladas al ritmo de Porcelana.
Paula nos regaló las acrobacias que sólo ella sabe hacer con la voz, cuando cierra los ojos y sigue los caminos que Inés traza con sus manos en el piano. El mundo deja de ser horrible por unos minutos, cuando las Susi Pireli suenan y sienten el amor de este lado. Nos congregan a todes: a las señoras, a les pibites, a las cortinas, a las estatuas; y con las corazonas obnubiladas por su arte, sólo nos queda hacerles una pregunta: ¿Seamos amigas?
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