Cómo en la introducción de un capítulo de Bob Esponja, Evlis Albarez nos preguntó hace unos días por Twitter si estábamos listos para el nuevo disco de Meridian Brothers. Cómo niños ansiosos respondimos en coro: "Sí, Capitán estamos listos".
La primera advertencia que hizo la mente maestra de este grupo colombiano es que el disco sería el más electrónico de su discografía, y aunque para nosotros su música es un gran experimento musical con destellos electrónicos por doquier, nos sorprendimos al escuchar el primer anticipo, la electrificante Puya del empresario.
Decidiamente armada al gusto y al estilo de los Meridian Brothers, Puya del empresario deja de lado la orquestación natural de un tema tropical para meterse de fondo en los terrenos del sintetizador. En sus cuatro minutos pasados vamos del beat de la percusión loopeada a los sintes bizarros y terminamos con las distorsiones vocales, marca de la casa.
Para los que apenas descubren el sonido de los Meridian, cabe aclarar que no es hueso fácil de roer, van a pasar por momentos completamente surrealistas como: "Voy a gozar de los placeres, voy a bailar con mi rata encantada, voy a fritar mi pescado alado", hasta verdaderos madrazos a la clase política (¿latinoaméricana?): "Voy a chuzarme el téléfono (refiriéndose a las interceptaciones telefónicas ilegales), o "Voy a taparme en plata, hijueputa". Pero si somos menos prejuiciosos apreciaremos la excelsa experimentación rítmica de sus composiciones, siendo esta una gran carta de presentación para lo que sería una nueva ola en la re-interpretación de la cumbia colombiana.
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