Después de descrestarnos con su disco debut Medianoche/Mediodía en 2015, y de alimentar nuestro fanatismo con el sencillo Puente Aéreo Vol. IV al año siguiente, la madrileña Caliza regresa con disco nuevo bajo el brazo.
Mar de cristal como llevará por título, viene firmado por el sello Gramaciones Grabofónicas, convirtiéndose desde ya en uno de nuestros discos más anticipados del año que arranca.
De golpe y con los brazos abiertos recibimos la novedad de su nuevo sencillo, esta Mil Piedras que nos inquieta por su sonido y su letra, ambos de cortes sencillos pero con detalles y mensajes que pesan tanto o más que mil piedras.
Dueña de una lírica inquieta e inquisitiva, en Mil Piedras Caliza reduce su prosa a dos estrofas que se repiten a lo largo de esta pieza, cual canción infantil macabra, la escuchamos plantearse una y otra vez las preguntas que delatan: "¿Cómo, perdiendo en cien batallas y dos guerras, vuelves a atacar? Y yo, que no tengo ni una herida, me desangro". Como un espejo en el que se podría reflejar el grueso de humanos agobiados por la existencia misma, nos mesemos con el vaivén de la mezcla, en apariencia asequible, pero con detalles en cada giro (reminiscencias a La Enfermedad de los Ojos de Gepe o la percusión digital de Cada Enero de Entre Ríos), con la que la española logra devolvernos de golpe a tierra, a la búsqueda de canciones intimas que nos recuerden el peso de nuestro cuerpo e inseguridades.
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