Con esta reseña no pretendemos creernos los grandes fans de Carmen Sandiego, sólo queremos resaltar la buena onda que viene despertando con su más reciente lanzamiento, el intrépido Ciudad Dormitorio, un disco que encaja a la perfección en el imaginario del rock independiente del sur de América (hablando de bandas como Él Mató a un Policía Motorizado, Posavasos, 107 Faunos o Ases Falsos).
Los primeras noticias que tuvimos de la banda vinieron con la inclusión de su disco Joven Edad en la lista de mejores discos del año del 2010 de Club Fonograma; desde entonces la curiosidad rondaba sobre el sonido de la banda; la imagen de portada de un chico sentado en un sillón con los ojos híper azules, el extraño vídeo y título para su single Mi Novio Gremlin, llegando a la identidad de la banda con nombre de chica y voces masculinas.
La salida de Ciudad Dormitorio fue repentina y atractiva. Con sólo ver la portada del disco sabíamos que algo bueno encontraríamos en él. Paseando los últimos días de diciembre con ánimos extraños y nuestros amigos blogueros de facebook compartiendo sus canciones favoritas del disco, era inevitable terminar visitando esta placa que se destaca por su distorsionado humor y la fuerza de la mezcla de estilos, pasando por un post punk-noise rebajado, la elocuencia y la producción del rock de garage y la era lo fi indie latinoamericana que sigue mandando la parada en 2014.
El disco abre con un hit a la medida en el que la banda hace un guiño a Tus Amigos de la banda española Los Punsetes; Generación 2002 es una declaración de principios de una fracción siempre pequeña de las generaciones de jóvenes, aquellos que se desatan de prejuicios y tienen el don del sarcasmo como bandera para referirse sin pudor a las desgracias ajenas y propias, los raritos. Ubicados en una supuesta reunión de egresados a la que nuestros héroes no han sido invitados, las frases nos llevan por unos momentos de nostalgia adolescente y una mordacidad adulta: “En sus rostros adivinaríamos en qué están empleados. Jactándonos de ser tan lozanos frente a un grupo tan avejentado.”
El tema generacional sigue su curso en Fiat 600 (una secuencia sonora de su predecesora Monja en la Fiesta) donde el grupo clama tener la canción perfecta para el soundtrack de tu vida diez años atrás. Por su parte la voz femenina del grupo, aquella de Leticia Skrycky decora y pone el toque más suave al disco en canciones como la entrañable y catastrófica Chernobyl, en Sos más Bien y el acercamiento más claro al folk en María (una de mis favoritas).
Entre letras distorsionadas, como la amputación en Mi Pierna Derecha o el reproche homosexual en Maricocracia, hasta desembocar en una canción que roza lo épico como Avalon en Larravide, Ciudad Dormitorio puede funcionar perfectamente como el soundtrack de una generación de auto excluidos, de jóvenes con sus propios códigos y patrones de comportamiento, aquellos que dan lugar a pensamientos irreverentes y joyas punk como estas.
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