viernes, 29 de marzo de 2013

Aldo Benítez - Tonelada (2012)

Aldo Benítez, un argentino perteneciente al circuito de música electrónica desde hace ya varios años, hizo entrega de Tonelada, su segunda placa, en Noviembre de 2012. Parecerá entonces una historia tardía, no solo por los meses que han transcurrido desde su estreno, sino porque es apenas con este álbum, que hemos tenido la fortuna de conocerle. En 2007, específicamente, hizo su debut con El portafolio sin peso, pop matemático hecho en casa, seguido de un imperdible álbum de remixes llamado El portafolio sin un peso, publicado en 2009 y con el cual conserva una simbiótica relación.

Antes de entrar a diseccionar su última producción, vale la pena tomarnos el tiempo de trazar una retrospectiva y conocer el sonido que el artista ha explorado, uno que se mueve inquietamente entre la electrónica minimalista, el ruidismo y el rock. Su lírica atañe principalmente a las relaciones humanas, en sus rupturas y complicaciones, explorando de manera espontánea el sentir humano, letras que bien podrían ser conversaciones, o pensamientos, que aparecen mientras recorremos las calles de nuestro cotidiano. Para ponernos al día, rescataremos dos canciones de aquel trabajo previo. Por un lado Sumisión, una breve y desprejuiciada pieza de su álbum debut, y en seguida un remix realizado por Djs Pareja para la canción Encanto, canción que nos ha puesto a bailar desde la primera escucha.

Ahora bien, aceleradamente entrados en materia, saludamos a Aldo en Tonelada, su última realización. Dos nombres femeninos integran la nómina, Javiera Mena y Rosario Bléfari. De hecho, gracias a Efecto, la canción que comparte con la cantante chilena, llegamos a conocer el trabajo de Aldo, para enamorarnos perdidamente. Amigos que se han alejado por malentendidos es la historia que se expresa con sutileza y hasta dulzura, en la canción que para nuestro blog estuvo entre las mejores del 2012.

Un ambiente de optimismo envuelve al álbum, Cómo me siento hoy es una pieza donde Aldo recrea ambientes apacibles, recostarse un rato en la hierba del parque que cruzamos a diario, “Así quiero sentirme hoy, así me siento”. Aun así, esta tranquilidad contrasta con temas como la pérdida y separación, presentes en distintos momentos del disco. En Pasan los hombres el individuo hace una revisión de las relaciones tejidas en el pasado, la manera en que cada personaje ocupó un tiempo y espacio, y así se cuestiona sobre la relevancia que él mismo pudo tener en la existencia ajena, preguntando: “¿Qué habré sido en su paisaje de un instante?”.

Largo aliento y Despedida musicalizan el adiós. A través del sonido, Aldo interpreta la sensación de aturdimiento ante una decisión de ese calibre, un ritmo confuso acompaña nuestro trance. El otro día, por su parte, aporta la cuota de rock para el álbum y habla del conflicto sentimental desde en una divertida anécdota. Otra canción sobresaliente es Amor libre, la herida abierta en el disco, una narración pesimista sobre el afecto: “Ya no me incomoda el silencio, la confirmación es menos dura que la sospecha, que la intensidad del rechazo. Tantas manos marean, y el romance, la cita eterna”, relaciones triviales, inestables y deshonestas han alzado un panorama desolador, el estar inmóvil en una fiesta donde todos parecen divertirse.

Aldo nos despide con Falta, una vaga melodía que cree despistarnos del mensaje más importante en el álbum: la sensación de inconformidad, la ansiedad perpetua. “No es una pregunta, es un aviso. Compartimos el dolor de estar vivos, qué se yo”. Así, mientras anuncia el final de otro valioso eslabón en su búsqueda creativa, reitera la visión del sentido de la vida por medio de las relaciones humanas, la construcción del yo a través de quienes nos rodean, aquellos que como nosotros, siempre están de paso.




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