"Respirar adentro y hondo, alegrías del corazón", Carolina Zac invoca la nostalgia en una bella canción que cita entre sus líneas a otra bella canción, Tren al sur de Los prisioneros, y comparte con ella la emoción de un paisaje un movimiento, un viaje. Lo que se deja para ir en una nueva búsqueda.
Anunciada como el último single antes del estreno de su primer álbum larga duración, Frágil es un delicado midtempo con el que Carolina cierra un año de publicación de singles, cada uno un hit a su manera, estrellas de una constelación que pronto conoceremos. Qué alegría atestiguar el camino de una artista con un universo poético y pop -que no volvíamos a encontrar quizá desde Mena (2010)- y qué alegría habitar sus canciones que en el paso de los meses se han atado a recuerdos, paisajes, caras.
Y es a propósito de los recuerdos que nos habla la canción, "climas lejanos me envuelven otra vez", el eterno retorno de las experiencias, los detalles que componen nuestro día a día y que nos tienen siempre viviendo entre la sorpresa del presente, los flashazos del pasado y el anhelo del futuro.
Dulce pero no inofensiva, nostálgica pero no triste, Frágil y la misma Carolina, nos ofrecen los matices suficientes para confirmar que la vida no está compuesta de altos contrastes, no es un blanco y negro sino la suma de capas y capas, multicolor e inacabada, como su tapa.
En un sábado de julio invernal que debería haber sido un hielo, el sueño dorado de ver a Susi Pireli tocar en vivo nos dio calor, nos desbloqueó. Es que Inés y Paula aparecieron corriendo, saltaron como dos niñas al escenario y todes nos preguntamos: ¿Cómo hacemos con ellas? Tal vez se lo decimos en Helvetica 10...
Fotos: @pau_schrott
Paula Trama en su mejor versión "Les voy a hacer reír" logró su objetivo, con la complicidad de su amora, Inés Copertino, que se encargó de contarnos paso a paso cómo había hecho -con sus tan hábiles manos- el cartel de neón que les hacía de guarda espaldas junto con la red de la canchita de fútbol. Lo cierto aquí es que el viento sopla y nos junta: Éramos todas las personas de la primer función, aquellas que sin dudarlo un segundo, compramos las entradas apenas vimos en nuestro feed de Instagram la publicación que anunciaba esta fecha.
El clímax de este encuentro a pura tortilla tuvo de todo: desde una versión nunca antes escuchada de Destino -uno de los grandes himnos de Los Besos, que seguro más de una vez todes cantamos a los gritos en la ducha- hasta la aparición de una Paula poseída por Chavela Vargas en la introducción de Poquita Fe; con la magia de la saxofonista estrella de Susi: Ana Sofía Balbi.
Foto: @pau_schrott
En esta montaña rusa de emociones y sensaciones que nos regalaron las Susi Pireli, también resurgió un homenaje a nuestras tortas madres argentinas: Sandra Mihanovich y Celeste Carballo. El escenario abrió paso tijeretal con Bola de Pelo, pedida en sus redes por todes les fans que las vieron y escucharon en Mujer contra mujer: 30 años después, una pieza audiovisual grabada en la cúpula del Centro Cultural Kirchner este año, con motivo del Día de la Visibilidad Lésbica.
Las Susi se las trajeron todas: fue más que un recital, su música se convirtió en una caricia para nuestras almas agotadas de encierro. Verlas en el escenario fue como presenciar un stand up al mejor estilo -musical de Hollywood-. Pero un Hollywood -si es que existe- disidente, tierno, tortillero y fogoso.
Hubo manos, todo tipo de manos agarrándose y acariciándose en Helados Verdes, mientras nos cantábamos al oído un Subtítulo: te amo. Pero también bailamos al mejor ritmo del protocolo, con nuestras nalgas en el pasto sintético de la canchita de fútbol 5 de Quetrén queriendo despegarse de un salto, para volver nuestras cuerpas a los '80 y agitar las melenas y peladas al ritmo de Porcelana.
Paula nos regaló las acrobacias que sólo ella sabe hacer con la voz, cuando cierra los ojos y sigue los caminos que Inés traza con sus manos en el piano. El mundo deja de ser horrible por unos minutos, cuando las Susi Pireli suenan y sienten el amor de este lado. Nos congregan a todes: a las señoras, a les pibites, a las cortinas, a las estatuas; y con las corazonas obnubiladas por su arte, sólo nos queda hacerles una pregunta: ¿Seamos amigas?
En un nuevo giro hacia el sinthpop psicodélico, Helado Negro presenta Gemini and Leo, el primer adelanto de su próximo disco Far In, disponible en octubre del año en curso bajo el sello 4AD.
Entre referencias planetarias y astrológicas se desarrolla esta nueva declaración de amor que basa su gancho en la atracción zodiacal, un paso adelante en la celebración, cual continuación al afortunado encuentro musical con Xenia Rubinos enI fell in love. Al escuchar Gemini and Leo, nos imaginamos un mundo paralelo en el que su contraparte del 2020 es el viaje interplanetario y éste es la exploración de un planeta multicolor y multisensorial, tal como lo presenta el videoclip dirigido por el ilustrador y animador Jacob Escobedo. Todo servido para una saga épica que vendrá pronto en la forma de una nueva colección de canciones de este enigmático y encantador productor.
En nuestro tardío romance con la música de Xenia Rubinos, recientemente nos tomamos con una de sus presentaciones para los lives de KXEP, donde versiona brevemente, entre otras, a El Vestido de Juana Molina, un pequeño interludio en Última, la cuarta canción del repertorio del set con el que Xenia presentaba su primer disco de 2011. Como un salto en el tiempo, Rubinos enlaza la máxima del indispensable Un día de Molina (“Voy a cantar las canciones sin letra, y cada uno podrá imaginar, si hablo de amor o desilusión, banalidades o sobre platón…”), con ésta, una de sus nuevas composiciones.
Cógelo suave basa su encanto y extrañeza justamente en la escaza letra y recursos vocales para acompañar la liviandad del mensaje. En principio creemos enfrentarnos a una seguidilla de balbuceos sin sentido, lo que varias escuchas después se revela como una letra que traduce la esencia de la frase caribeña que da título a la canción. Un inglés camuflado entre una percusión acrobática y un sintetizador juguetón, esta canción es una verdadera invitación a dejarnos llevar por el ritmo y un recordatorio de esa máxima de Juana Molina, nuestra imaginación también es un medio de comunicación y de comprensión.
Después de la publicación de su último disco, Un hombre rubio (2018), y del lanzamiento de su libro, Debut, Christina Rosenvinge nos regala el himno del orgullo.
Ese chico es una canción compuesta para la serie Maricón perdido del escritor y guionista español Bob Pop, una suerte de banda sonora que nos interpela en más de una frase y logra vivir por fuera de la ficción de la serie gracias a la intrépida lírica de Rosenvinge.
Una dulce reminiscencia al cancionero de Jeannette, Ese chico está plagada de aires retro, de arreglos clásicos y medidos, un juego seguro que da protagonismo a la letra que recoge pasajes de la vida del autor y escenas del seriado, como el recuento de una vida repleta de problemas que con el tiempo encuentra la tranquilidad, fruto de su testarudez y perseverancia ("Ese chico que no se cansa, que no se amansa, que no da un paso atrás").
Ese chico también se puede entender como una carta de amor a un amigo y un dialogo interno de Rosenvinge. Entre sus líneas intuimos los lazos que la unen a Pop, mientras que el coro pegadizo nos regala una frase para enmarcar: “Yo que aspiraba a diva gay, quiero incitarle a volar”, una sincera declaración de intenciones y un posible salvavidas para esos chicos que aún transitan un mar picado, en el que, por suerte, muchos logramos mantenernos a flote.
¿Cuántos tipos de nostalgia puedes desbloquear con una
canción? Intencionalmente o no C-S4R, desde su habitación en Valparaíso, abrió
una Caja de Pandora llena de recuerdos no solo sentimentales,
también digitales.
No es complicado concluir que su más reciente single, Estatuas
de Plástico, nos transporta hacia los años dorados de la blogósfera indie latina. Época
donde las versiones jóvenes de muchos de nuestros actuales artistas favoritos volcaban
la densidad de sus emociones en autoproducidas piezas pop llenas de sinceridad naïve.
Esta sensación tan de los años 00 se aprecia tanto en música
y letra. Pese a todas las referencias a males amorosos adolescentes su estilo
electropop retro no nos permite abrazar el melodrama del todo, siendo al final
una canción de espíritu ligero y liberador que quince años atrás también hubiera
sido hit entre las recomendaciones de Club Fonograma. Esto no parece
coincidencia al saber que C-S4R posee un cover a uno de los
momentos más icónicos de Javiera Mena dentro de su repertorio.
En una época donde aún existen las limitaciones sociales Estatuas de Plástico puede denominarse como la versión hikikomori del ya
clásico “llorar en la pista de baile”. Confirmación de estilo y buen paso adelante si tomamos en
cuenta que es su primer intento lejos de remixes, covers y colaboraciones.
Declare Independence es la canción con la que Björk solía cerrar sus conciertos de la era Volta (2007), un álbum decididamente eléctrico y desbordado. Ésta sería una de las pocas veces que veríamos a Björk abrazando una bandera política con tanta vehemencia. Aunque su referencia principal sea la liberación de los pueblos del Tibet, la canción resuena con todos los que buscamos una pizca de libertad en un mundo cada vez más convulso y autoritario.
Hoy, Lido Pimienta nos presenta su versión de este himno de resiliencia. Sorprendentemente, Declare, en las manos de Lido y su equipo, se despoja de la agresividad de su referencia y en su lugar bebe del flujo de los ritmos tropicales y otorgándole una luminosidad inusitada, ahora, además de un canto de resistencia, nos entrega un bálsamo.
Más que un cover al pie de la letra, Declare es una apropiación que focaliza las luchas que pondera Pimienta. Por un lado sus menciones a la sororidad, el patriarcado y las "fuerzas del mal", y por el otro, esa entrañable alusión al paro en Colombia : "Vamos de la mano de la primera línea del río al mar". Y aunque menos evidente, ese "No te voy a olvidar jamás", que alude al sacrificio de quienes luchan cada día contra un gobierno corrupto y asesino.
Ningún elemento en esta versión ha sido puesto al azar y cuando Lido Pimienta nos invita a "menear" no es solo la invitación al baile, que a este punto ya es bastante obvia, sino que resuena como una traducción de ese "Wave your flag" que cierra la canción original : "Menea tu bandea, por tu libertad". El punto más alto e icónico de esta colisión de planetas que reúne a dos de nuestras artistas favoritas de toda la vida.
Arranca el fin de semana, y con él llegan, con suerte, algunas horas muertas que podemos rellenar con estos tres discos que revisamos como un flash dado que acaban de estrenarse y apenas nos adentramos en ellos. Pero, conociendo la fuente de la que emana estas nuevas canciones, estamos seguros que las emociones, el baile y las reflexiones están más que garantizadas.
Sin más, acá nuestros tres recomendados para seguir transitado la vida (este finde).
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Mito ~ La Lá
La tercera instalación de Giovanna Núñez, AKA La Lá, viene plagada de aires tropicales, aunado a su imprescindible lírica y melodía. Mito recoge las inquietudes de sus dos primeros discos y los presenta en un empaque más pulcro, donde reinan las melodías, los giros rítmicos, y, lo más importante, la emotividad, esas frases inesperadas que parecen atravesarnos el alma están a la orden del día en este disco que seguiremos descubriendo con el ímpetu de un explorador.
Ruinas Futuras ~ Wild Honey
Wild Honey, el arter ego de Guillermo Farré nos sorprendió este año con el lanzamiento de este LP que recoge sus inquietudes y preocupaciones de la vida en pandemia. Alejado de la romantización o el drama excesivo que impera cuando se aborda este tema, Ruinas futuras persigue una senda más introspectiva y nos sugiere un destino postapocalíptico en el que aún en la extrañeza sabemos convivir y sobrevivir cargando nuestros objetos más preciados y somos asediados constantemente por la nostalgia.
I. Entusiasmo ~ Javiera Mena
El primer EP en la discografía de Javiera Mena, es su colección más atrevida y arriesgada hasta la fecha. Parte de lo que suponemos será una trilogía, la primera instalación nos muestra a una Javiera apoderada de sus controles y producción, con letras más directas y un par de power-baladas para calmar las ansias de sus seguidores eternos.
Un diálogo de telenovela abre esta telenovelezca canción que ya se perfila como himno. Zemmoa nos ha mostrado ser experta en sacudir el desamor sobre la pista de baile, y Pendejo, tan triste como divertida, es el hit definitivo para el adiós.
Con una juguetona producción electrónica de la mano de Juan Soto, Pendejo nos recuerda la alegre sofisticación de Jessy Lanza o Ela Minus, tan plagada de detalles. Y su letra nos cautiva con la ingenuidad de las rimas: "y si te extraño pienso en el daño", para sumergirnos suavemente en una dolorosa anécdota que más o menos podemos hacer nuestra.
"Conclusión: bloqueo. No duele si no veo". Un importante consejo de educación sentimental y a la vez un gancho pop que nos quedamos coreando desde la primera escucha.
¡Que vuelvan las fiestas en antros! Nos urge bailar este hitcon algunas copas en la cabeza y exorcizar algún pendejo, porque -ya lo sabe Zemmoa- nos hemos topado con alguno.
Como en la radio, es en efecto, la canción más radial que ha firmado Alegría Rampante. Y es que en una efervescente melodía disco que se hace celestial, nuestro querido Eduardo Alegría juega a ser todo lo cursi, todo lo obvio y todo lo divertido.
Encantadas, acompañamos al protagonista del video en una fiesta incesante mientras recorre una ciudad desolada. "No sé quién soy, qué me ha pasado / Mis ideales han caducado como la radio", nos encontramos a un mismo tiempo frente a una canción de amor y un himno postapocalíptico.
La magnífica voz de Eduardo, con su elegancia y sensualidad nos transporta al esplendor de las canciones románticas y sus galanes, mientras la fina producción musical se enrevesa para hacernos atravesar distintos estados, como si estuviéramos intentando sintonizar solo una estación y la interferencia nos impusiera indistintos fragmentos musicales.
Esta feliz distorsión es pues el anuncio de un nuevo disco que esperamos confiadas, emocionadas de seguir atestiguando la genialidad y la inquietud de Alegría Rampante.
"Sigo sin entender muy bien tu letra pero intuyo lo que quieres decir". La abstracta sencillez -por nombrar de algún modo el estilo de Wild Honey- vuelve a cautivarnos en dos canciones publicadas estas últimas semanas.
Primero fue En los márgenes de lo que llamabas realidad, un cuento oscuro sobre los artificios de la nueva cotidianidad: videollamadas distorsionadas, sobreinformación y aislamiento. Y ahora, Me dijeron que ya no vives aquí opera como una carta de amor a destiempo, la nostalgia por una conexión perdida.
La dulzura de una instrumentación poblada de detalles y aquella voz semihablada, brillan en la marea de música sintética que dicta nuestro día a día. Abrazamos los susurros en medio de la estridencia.
La mirada siempre filosófica de Wild Honey ha pulido un disco que pronto verá la luz, y en su título Ruinas futuras adivinamos un testimonio de la desaparición del mundo tal como lo conocíamos. Sabemos entonces que, como en estos dos anticipos, seremos arrastrados a profundas reflexiones en canciones de engañosa suavidad.
"Quise amar más la vida estando contigo / y vi mis ventanas dando a la pared". Entre todas las imágenes que aparecen en la nueva canción de La Lá, esta nos ha estremecido por la dureza de su cotidianidad. Y es que entre tantas mudanzas que hemos tenido, sabemos que nada nos deprime más que un cuarto sin vista al exterior, o la falta luz, de viento. ¿Es acaso esta la metáfora de una relación asfixiante?
No podríamos asegurarlo. El encanto de Paracas Cavernas radica en la complejidad de su letra, poblada de escenas casi bíblicas o mejor, paganas: un valle de lágrimas, un templo y un dios cambiante. Pero entre toda la belleza de su retórica, una línea es dicha fuerte y claro: "Ojalá, ojalá, ojalá, que sea igual ser un hombre a ser una mujer".
La extrañeza de las palabras fluye pues en un cauce suave que nos recuerda las melodías de la canción francesa en los 60's, La Lá se aleja del espectro folclórico para vestirse de chica yeyé y ofrecernos una turbia ingenuidad. Este sonido sofisticado también nos trae a la mente a La Joven Dolores de Christina Rosenvinge quien, como La Lá, ha sabido cuestionar fuertemente los roles de género en canciones de aparente suavidad.
Aprendemos también el significado del verbo "planetar" y pensamos en la luna y sus fuerzas, y ahondando un poco más descubrimos que el título Paracas Cavernas hace referencia al rito funerario de la civilización precolombina en el Antiguo Perú, y que Paracas es una voz quechua para nombrar la tormenta de arena. La canción está entonces envuelta en capas y capas de significado, que bien podremos intentar develar o disfrutar en alegre ignorancia.
Después de Milagros y su clavado en la bachata, Paracas Cavernas es el segundo adelanto de un disco policromo que ya presentimos como hito en la discografía de La Lá y en la escena indie latinoamericana donde -desde sus primeras canciones- ha señalado un lugar para lo genuino: la fuerza de la sutileza.
Escuchar cada nuevo single de Santa Madero es como ver crecer a una persona a pasos acelerados, siempre reconstruyendo su identidad en base a analizar lo previamente aprendido para luego decidir dar un pequeño salto a lo desconocido. Desde el single anterior, Quemarte a la Mitad, hallábamos al trío peruano en un estado rebelde y sensible, negando el lado misterioso y por momentos funk que los caracterizó en canciones como Pero Frágil para darle paso a lo explícito del pop moderno y el DYI.
Segunda Cita, el segundo single en esta nueva etapa, parece ser un punto de concilio entre el Santa Madero antiguo con el moderno, en gran medida por el trabajo vocal de Karina Castillo, quien vuelve a sus letras y estilo críptico sin tener que volverse ajena al mundo emocional. El apartado instrumental no es ajeno a estas formas, sobre todo los sintes, con un nuevo sonido oscuro que presentará uno o dos plot twists cerca al final.
Estamos ante la versión madura y más segura de sí misma del Santa Madero del cual nos enamoramos, quizás aún no perfecta, pero sin miedo a mostrar sus pequeños arrebatos de crudeza interiorizados.
Inevitablemente, como pasa con cada nuevo lanzamiento de Buscabulla, nos devoramos su último sencillo Eva. Y si bien hay que admitir que la música del brillante dúo puertorriqueño se caracteriza por su volatilidad (y en esa medida su dificultad para ser ingerida), es igualmente cierto que sus canciones hacen parte esencial de nuestra dieta terrenal.
Eva es la reinvención que Raquel Berrios y Luis Alfredo del Valle han hecho del clásico de karaoke del mismo título interpretado por la cantante Lissette Álvarez, el cual es a su vez una versión de una composición original del italiano Umberto Tozzi. Un sutil guiño que nos recuerda los días de romance entre la música hispanoamericana y el pop italiano de los años ochenta, fruto del cual se volvieron imprescindibles del catálogo musical latinoamericano canciones como Non voglio mica luna de Fiordaliso en la versión en español de la espectacular Daniela Romo.
La Eva de Buscabulla, surgida durante los primeros meses de la actual pandemia, nos zambulle en las azuladas atmosferas Yves Klein creadas por los sintetizadores marca de la casa y gracias a un universal mensaje de amor y de renacimiento, logra redimir las sombras apocalípticas que anuncia la letra de la canción, confirmandos una vez más porque Buscabulla es uno de los proyectos más importantes de la actualidad musical global.
Esquirla: Inevitable también no pensar en una anacrónica coincidencia de Eva con la serie de culto Neon Genesis Evangelion, esta última con un apocalipsis propio hecho de astronaves, ángeles y Evas similares a los que aparecen en la letra de esta canción. La imaginación toma caminos muy misteriosos.
Las notas de sintetizador marcan el motivo y el ritmo de Ven a mí, una canción que funciona a la perfección como una ironía estética. Lanzada estratégicamente para la celebración del día de los enamorados, esta canción también sirve como carta de presentación al segundo disco del trío venezolano El Club De Amigos Los Mejores Del Amor, y nos plantea la vertiente más tropical del proyecto que se caracteriza por su sonido lo-fi college rock. La calidad de la mezcla da fe de sus intenciones estéticas pero no nos prepara para la sorpresa que llega con su letra.
Una composición de vallenato o de cumbia villera al uso. El carácter melodramático de Ven a mí se respira desde la primera línea, encarnando al macho herido que en el rechazo encuentra la fuerza para afrontar la reconquista. Lo que sigue es la clásica estructura de canción popular : Estrofas, frases que funcionan como ganchos y que elevan la intensidad de la composición, un puente y un coro inolvidable y sentido.
Huyendo del carácter repetitivo de los géneros a los cuales le rinde tributo, el grupo decide condesar todo en dos minutos que asemejan la duración de un clásico de punk. A estas alturas y después de la centésima repetición, ya nos enlistamos en la base de fans de este club que sin prejuicios retuerce los límites de la canción popular, sonando coherentes dentro del imaginario del amor tóxico y al mismo tiempo manteniendo su integridad como compositores. Nos preguntamos, ¿Qué otras joyas no depara su nuevo disco?
Hace poco nos propusimos salvar la deuda que tenemos con el primer disco de La Lá, el imprescindible Rosa (2014), y entre referencias y lecturas de nuestrxs colegas siempre saltaba el título a “mejor compositora del continente”, un reconocimiento cuanto menos subjetivo y controvertido. Ante tantas coincidencias se puso en relieve y en primera plana la lírica de La Lá, y ahora, con muchos más argumentos a favor nos adherimos a este petit comité de atrevidos que buscan coronar, a su manera, a una diosa de la canción contemporánea latinoamericana.
Sí, somos hiperbólicos, pero ya hemos perdido la cuenta de las veces que hemos sido conmovidos por las composiciones de Giovanna Núñez, y Milagros no hace más que ratificar nuestra apuesta infinita por su talento.
¡Por fin! la orquesta que se imaginaba para su primer disco la acompaña en esta producción impecable, una bachata dulce que ratifica la facilidad con la que La Lá fluye como agua cristalina en los ríos del folklor latinoamericano.
De la música pasamos al motivo de la composición. Milagros cumple enteramente su cometido de acompañar a una persona en la pérdida de un ser querido, la alegoría de una despedida emotiva que nos regala muchas imágenes diáfanas: un paisaje cercano al mar, un ambiente luminoso con ballenas y flores por doquier, el oyente como personaje principal de esta narración poética, en la que incitamos a nuestra amada Milagros a continuar su camino, como en un ciclo interminable de dolor y amor, nos despedimos del ser amado con un nudo en la garganta mientras recibimos con los brazos abiertos a la esperanza.
La forma en que Milagros se conecta con La Felicidad, la canción con la que La Lá cerraba su anterior disco, es una muestra más de su coherencia como compositora, ambas canciones tocan el mismo tema, pero desde aristas diferentes. He aquí la contraparte más bailable y alegre, una muestra de la asombrosa capacidad de Giovanna de hacernos parte de sus historias, de interpelarnos aún en nuestra lejanía, de conectarnos con las emociones ajenas y despertar nuestra imaginación aún en los pasajes más oscuros: “Amarás con toda tu verdad”.
Mena (2010) es uno de los álbumes que más ha acompañado nuestra ardua educación sentimental y es para El amarillo una pieza fundamental, clásico futuro, de la escena indie latinoamericana.
Javiera Mena supo cristalizar una obra en la que el deseo, la dulzura y la esperanza atraviesan un prisma electropop que, a una década de su publicación, continúa iluminándonos.
Hoy, Vicenta (la mitad del dúo Pasaje) visita uno de los hits de aquel disco, Acá entera, para ofrecernos una versión desnuda y acelerada, que arrastra aquella joya al sonido de nuevos tiempos.
Producida por Entrópica, un nombre familiar y admirado, la canción coquetea con el trap y la electrónica más escueta para acentuar la sensualidad y el poder de una letra sobre el amor que vibra entre la intensidad y el desencuentro, "un momento que en el tiempo se mantendrá".
Este cover de Vicenta, además de su carta de presentación como solista, hace parte de un disco tributo al "Mena", como relevo al ejercicio que desde El Amarillo hicimos en torno a aquel Esquemas Juveniles (2006) y que nombramosAdolescente perpetuo (2016). Nueve artistas chilenos han trabajado sus versiones de las canciones que integran este álbum querido y pronto verán la luz.
El proyecto ha sido gestionado por la plataforma Flecha Solar que se define a sí misma como un "festival marika-kawaii de Chile", y su entusiasmo por el pop local nos brinda esta grata sorpresa. Y como si fuera poco, las ganancias de la edición en cassette, elaborada a través del sello español Snap Snap Club irán en beneficio de la iniciativa Joves Trans de Barcelona. ¡Estaremos atentas!
2020: un año fracturado por el correr de confusos sucesos. Un virus que obligó al aislamiento y limitó el contacto físico.
El recordatorio de nuestra fragilidad y la fuerte inflexión en los ritmos humanos nos han empujado a la introspección: habitar el mundo interior y encender luces para buscarnos en medio de la oscuridad y la escasez del aire.
En el encierro y sus grietas hemos encontrado piedras preciosas: talentos ocultos, el brillo de nuevas ideas, otras formas de acompañarnos, de ofrecer amistad, amor, y canciones, tantas canciones.
Hemos elegido aquí 30 joyas musicales que han sabido conmovernos, divertirnos, y sobre todo transportarnos, pues ante el encierro hemos viajado con ellas.
Este compilado es un agradecimiento a lxs artistas del paisaje indie latinoamericano por persistir, y a nuestrxs lectorxs/oyentes/amiguis: un llamado a la esperanza, a la sed de futuro.
Curaduría ~ Will Balooni
Arte ~ Castaño
Textos ~ Arturo Ortiz, Valdo Valle, Will Balooni y Camilo Castaño.
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30. Pol del Sur ~ Minimalismo en Sudamérica
No sabemos con cuánto entusiasmo recuerda Pol del Sur su disco Efectos Espaciales (2008) pero en El amarillo le atesoramos como rara avis del panorama indie chileno. Desde entonces, cada tanto recibimos noticias suyas y en 2020 nos ha brindado una lección de austeridad y sofisticación. Minimalismo en Sudamérica es la canción que da nombre a un precioso EP construido con máquinas analógicas y un sutil tratamiento de voces, con guiños al krautrock. “Pediste ayuda al enemigo / ahora sabes obedecer”, con el pasar de las escuchas, la engañosa sencillez revela capas de profundidad. En una invitación a la ligereza, Pol del Sur confirma el poder de una obra que, desde los márgenes, apunta al centro. Camilo Castaño.
29. Alodia ~ Esas mañanas
Entre la ambigüedad de las palabras que construyen Esas mañanas descubrimos una historia de infancia, un canto melancólico rasgado por el desgaste del paso del tiempo. Alodia afila sus guitarras y su producción al servicio de una narración nostálgica que recoge pasajes inolvidables y explosiones emocionales. En comunión con su precioso video clip, nos encontramos en un lugar peculiar, entre el pop rock melódico y el culto a los recuerdos, con la voz de René Molina como puente y pastor supremo. Will Balooni.
28. Dan Dan Dero ~ 2017
La banda peruana aprovechó el 2020 para lanzar buena cantidad de canciones sueltas, todas ellas con espíritu pop y fiereza en las guitarras. Dentro de ellas nuestra favorita, 2017, combina las características mencionadas con momentos muy influenciados por la balada latinoamericana de generaciones anteriores. Más que experimentación, un momento de diversión y soltura que no le queda nada mal a Dan Dan Dero, de quienes esperamos lancen un segundo disco de larga duración durante el 2021. Valdo Valle
27. Simón Campusano ~ Fuegos artificiales
Luego de casi década y media, una canción, Fireworks de Animal Collective, vuelve con fuerza a nuestras vidas gracias a la mano y genio de Simón Campusano de Niños del Cerro. Lejos de ser un tributo de nostalgia sin espíritu se puede decir que Fuegos Artificiales posee vida propia gracias a una traducción y apropiación que cae precisa para la Latinoamérica de hoy en día (“Yo estaré para cuidarte/ de la muerte, de los pacos y los flaites”). Uno de los tributos más bellos que nos va dejando la nueva década. Valdo Valle
26. Pasaje ~ El ritmo va lento
En la alegre renovación del pop chileno, la apuesta de Pasaje nos ha cautivado suavemente con sus canciones efectivas en un envoltorio plástico y brillante. El ritmo va lento es nuestra elegida del disco Sin Salida. En una aparente ingenuidad que pronto se va oscureciendo, asistimos a un juego de seducción y anhelamos el regreso a las pistas de baile, para cruzar miradas borrosas y volver a besar extraños. Con su álbum debut, Vicenta y Nicolás hacen de Pasaje una invitación al placer. Camilo Castaño
25. HIJOS ~ Fatal
"Lo que pasa / cuando le pasa / como le pasa / solo le pasa / al corazón". Con aplausos, brillos de trompetas, un memorable juego de palabras y un bajo decididamente ochentero se abrió a nosotros esta canción de los costarricenses Hijos.
Aquí, el encanto de otra época es engañoso: no asistimos a la clásica historia de amor o desamor, sino a un intrincado idilio contemporáneo. Escuchamos la historia de unos amantes que separados anhelan el reencuentro, mientras se abrazan a otros cuerpos, en otras habitaciones. Decisiones apresuradas y nudos cada vez más complejos avanzan en una canción vertiginosa que -en sus casi cuatro minutos- sentimos brevísima. Camilo Castaño
24. Fakuta ~ La Montaña
Tras más de un año sin nuevos singles el regreso de Fakuta llevó una inesperada épica a las pistas de baile (al menos las que por ahora habitan en nuestra mente). Autoproducida, La Montaña es una canción que simultáneamente habla de un amor en crecimiento y un obstáculo que lentamente va quebrándose. Un deseo y temor interpretable desde lo romántico como también en relación al contexto político chileno. Una pieza de pop atmosférico para saltar al abismo de lo impredecible. Valdo Valle
23. MULA ~ En el aire
En Mundos, tercer trabajo discográfico de la agrupación, Mula ha llegado a un palpable refinamiento en su sonido, del cual En el aire es una buena muestra: un tema synth pop propulsado por un ritmo afrolatino, en la cual las transiciones fluyen, arropadas por exuberantes sintetizadores y las deliciosas voces de las hermanas Cristabel y Anabel Acevedo, con su exquisito sentido del pop. Hay una generación que, muy lejos de lo que cotidianamente se escucha, ambiciona novedad en su hedonismo. Nosotros, igual de ambiciosos, esperamos el día en que estos sonidos se tomen por asalto el mainstream. Arturo Ortiz
22. Empress Of ~ Love is a drug
El intrépido tercer disco de Empress Of reafirmó nuestra fidelidad a los beats emotivos y a las líricas directas de Lorely Rodriguez. Love is a drug es el track más upbeat y concisos del disco, una pieza que conjura frases desnudas, las confesiones emocionales marca de la casa con un acercamiento más abierto a las pistas de baile. No hay mucho más que agregar a la descripción, es pop desprejuiciado firmado por una de las artistas más genuinas de nuestra generación. Will Balooni
21. Tulsa ~ Autorretrato
¿Se le puede poner unas cuantas gotas de crudeza al amor y a la vida sin perder la esencia de lo que estos términos significan para nosotros? En Autorretrato, Tulsa se encarga de esta labor caprichosa con una letra sencilla y una fuerte carga emotiva. "No me conmueve el horizonte. No me da miedo la muerte", le escuchamos sentenciar en el coro, en contraste con frases que suponen un amor apegado, "No suelo desayunar a no ser que lo haga contigo" y "Me gusta tener hermanos, ellos ya saben como soy cuando las cosas van mal...". Entre la ironía y una aparente frialdad encontramos también un humor y un amor cotidiano, Autorretrato es de esas canciones que vienen a recordarnos los incontables matices de nuestra vida diaria. Will Balooni
20. Rubio ~ Ir
La electrónica de Rubio siempre nos ha ubicado en un extraño punto entre la cadencia de sus mezclas y un aura densa que sugiere la profundidad y el espesor del paisaje sonoro. Entre el baile y la magia negra nos encontramos con letras que terminan por iluminar todos los rincones de la composición. En Ir, aunque arranca hablando de dolor, vira rápidamente hacia un mensaje positivo, sin rayar en la toxicidad de la reciente ola de gurús que inunda las redes sociales. Ir es entonces una invitación escueta a soltar lo que nos hace peso y no nos deja avanzar, curiosamente lo vamos haciendo mientras afilamos nuestros pasos de baile con una de las pistas más rompedoras del 2020. Will Balooni
19. Chango Menas ~ Hombre del mundo
Hay que caer y no se puede elegir dónde. Hombre del mundo de Chango Menas se presenta como un suave despertar. A la dureza de su reflexión se contrapone la dulzura de una voz casi susurrada. "Tengo miedo de que éste sea todo el misterio", como su protagonista, fuimos arrojados a la vida adulta y reconocemos en sus signos y reglas, una maquinaria capaz de dividirnos o aplastarnos. Transitamos confundidos y opacos mientas este Hombre del mundo, una entidad abstracta que "quiere penetrar y destruir los amores que nacen", nos vigila. El coro se levanta entonces en una oración anunciando que no permitiremos ser cambiados. Si la infancia es un paraíso perdido y los sueños, un futuro incierto, no hay más remedio que, aquí y ahora, ser el paraíso. Camilo Castaño
18. Soleá Morente con Cariño ~ Ducati ¡Una colisión de flamenco y pop chicloso! Porque la coquetería con las palmas no es solo asunto de Rosalía y C. Tangana, Soleá Morente lleva su herencia flamenca a un terreno desenfadado, y de la mano de Cariño confecciona esta divertidísima canción. “Papi / yo no quiero Ducati / solo te quiero a ti”, una edulcorada declaración de amor que nos invita a bailar o mejor, a inventar los propios pasos de baile ante tan atrevida experimentación sonora. Camilo Castaño
17. Helado Negro con Xenia Rubinos ~ I fell in love
Un medio tiempo apasionante. Decir que la combinación de Helado Negro y Xenia Rubinos es cuanto menos hipnótica parece ser una obviedad, pero es menos evidente cuando revisamos el cancionero de Rubinos. Este dúo acentúa el cliché del amor a primera escucha, al momento de su descubrimiento fuimos atraídos por su magnetismo y desde entonces giramos en espiral como adolescentes enamorados. Sus sintes y beats profundos son una invitación al escapismo, mientras la letra, en tanto que canción de amor y dedicatoria, nos plantea una oscuridad inherente al ser humano, el amor es entonces, según la tesis de esta canción, la fuerza que nos otorga libertad y nos separa al mismo tiempo, una analogía que descubrimos entre naves espaciales que vuelan a través del mundo desconocido solo para decir: "I fell in love". Will Balooni
16. Triángulo de amor bizarro ~ Asmr para ti
Como un brillante poema sumergido en una pista de shoegaze, Triángulo de Amor Bizarro reafirma su capacidad de estremecernos. Hay algo monumental en Asmr para ti, una fuerza que llena el espacio y nos obliga a la contemplación, “Fuiste solo una marea / una cicatriz en un segundo”, suerte de hiper-balada que toca las fibras e invoca las lágrimas, y a su vez alivia el dolor de la despedida. “Sigue resonando en esta onda de radio / que viajará miles de años”, como si el amor en fuga fuese esa distorsión permanente, que persiste como un eco, una huella, aún cuando la canción ha terminado. Camilo Castaño
15. Poder Fantasma ~ Canción para el siglo XXI
Dentro de un disco con varios singles que son rotundos hits Canción del Siglo XXI bien podría considerarse la pieza central que nos permite sintetizar el pensamiento actual de Poder Fantasma. Tras un inicio recatado con la frase “Cuestionarse todo está bien/ cuando te dicen lo que hay que hacer” lo que sigue es tres minutos y medio de rebelión y catarsis pop contra diversas caras del capitalismo. Uno de nuestros nuevos himnos para el hartazgo. Valdo Valle
14. Maquillaje ~ Algunos puentes
“En el exilio no te dejo de soñar / Tu pasaporte se perdió en algún lugar”, la dulzura turbia de Maquillaje nos deja una de las mejores canciones de amor en el año, un amor moderno, por supuesto, atravesado por desencuentros, palabras entre líneas y distancia, cuánta distancia. Sin embargo, construimos puentes en las canciones y la frescura de Maquillaje nos llena de esperanza, Algunos puentes es una canción para cerrar los ojos en un viaje, o una buena dedicatoria al final de un mensaje de texto, o una postal otoñal en la que siempre hay hojas cayendo. Camilo Castaño
13. El último vecino ~ Nostalgia
“Pido perdón por haberme ido sin avisar". El silencio de Gérard Alegre no ha significado una distancia de su propuesta postpunk desenfadada. Como si no se hubiera ido nunca, Nostalgia retoma la frescura y el delicado equilibrio entre dureza y dulzura, exponiendo con fragilidad ese deseo inmenso de revertir una decisión, la contradicción que nos encierra: alejarnos para anhelar un regreso, esperar en silencio e imaginar que alguien nos quiere de vuelta. Canción que sin duda se filtró en los tesoros de un extrañísimo 2020, sencilla y emocionante, un abrazo la nostalYia -palabra que en esa pronunciación caprichosa se nos antoja memorable-. Camilo Castaño
12. Meridian Brothers ~ Puya del empresario
El lado oscuro de la figura del empresario es ironizado en Puya del empresario de Meridian Brothers. Desde el título se juega con el doble sentido semántico de puya: por un lado, la puya como un aire de la música afrocolombiana y por el otro lado, una puya en el sentido de lanzar una afrenta a alguien. La Puya del empresario es una cumbia del siglo XXI (en la vena avant-garde que ha caracterizado la producción de Meridian Brothers), la cual, incisiva e insistentemente, martilla un retorcido y détraqué ritmo, mientras Eblis Alvarez profetiza: ¡Me voy a tapar en plata hijueputa! Arturo Ortiz
11. Arca ~ Mequetrefe
KiCk i supuso muchos cambios para el proyecto de la venezolana Arca. Profundizando su acercamiento a sus raíces latinas, desde el uso extendido del español en las canciones del álbum, hasta la inclusión de ritmos como el dembow en las bases de sus experimentos sonoros. Mequetrefe es el culmen de este disco. Una canción que exuda personalidad, en la que vemos a una Arca empoderada y frentera (“Ella no toma taxi, que la vean en la calle”). El aura sombría que caracteriza las mezclas de la productora ganan matices insospechados en esta canción, desde la agresividad de sus sintetizadores, cómo la marca de una bestia indomable, hasta el beat cadencioso que nos invita al baile, llegando a esas tímidas notas de piano sintetizado que suponen un estado emocional más cercano a la nostalgia o al miedo. Todo esto cobra sentido cuando entendemos las adversidades por las que ha pasado la artista en su exposición como mujer trans. Will Balooni
10. Los Wálters con Alegría Rampante ~ Ciudad Fantasma
"¿Qué ciudad fantasma por ser habré de escoger?, ¿Cómo habrá de sonar el lamento de tu ciudad?", pregunta Eduardo Alegría como antesala sombría a un estallido de sintetizadores que se convierten en el fuerte de esta composición: "Pues no llorarán igual. Pero llorarán igual. Pero morirán igual." es la respuesta escueta de su contraparte walteriana, que entre la luminosidad y la cadencia de sus sintes nos hace olvidar el trasfondo de la macabra predicción: nuestras ciudades tarde o temprano serán lugares inhabitables. Will Balooni
09. Aldo Benítez ~ Bulín
Bulín se erige como el punto más luminoso del críptico XIS, el álbum que marcaba el regreso del argentino Aldo Benítez al panorama independiente en 2020. Una producción cristalina nos atrae lentamente a una letra que destila nostalgia, evocando fiestas con amigos en casa (hasta astillar el piso), encuentros repentinos atesorados, pequeños placeres que ahora añoramos. Un pequeño himno de pandemia que cobra fuerza con la dicotomía que envuelve sus dos partes. Por un lado nos recuerda nuestra necesidad de compañía (“Compartir todo”), al tiempo que reafirma nuestra obligada independencia, nuestro aislamiento voluntario ("Hice todo solo"). Will Balooni
08. Suárez con Julieta Salas ~ Pájaros
Después de la repentina partida de Rosario Bléfari, Suárez rinde tributo a su icónica vocalista con la publicación de Por Última vez, un EP que resulta de las últimas grabaciones de Rosario con la banda, lanzamiento que sirve de testamento de una de las figuras ineludibles del indie del cono sur. En Pájaros, junto a Julieta Salas, Suárez nos entrega una composición orquestada con guitarras y sintetizadores melodiosos, tan paisajística y sugerente como la letra de la canción: “El borde de la tierra en el camino. El empezar el sueño me distrajo. Si parece atrás, nos espera adelante”. Una invitación a continuar el viaje, Pájaros abraza y aligera nuestro pesar por la perdida de una gran letrista que aquí alza el vuelo dejando una larga estela de ensoñaciones y de oyentes agradecidos. Will Balooni
07. María y José ~ Lagrimas
"No sé qué hare cuando te mueras" o "No te me vayas más" son algunos de los quejidos que hace una distorsionada voz en Lagrimas, sencillo que anunciaba el lanzamiento del EP Mala Hierba (el cual justamente ha salido este 15 de enero de 2021) de María y José, proyecto del genial productor Tony Gallardo. En nuestra primera impresión acerca de esta canción, ya trazábamos un paralelo con la letra de esta canción y “la simplicidad y el drama de la canción folclórica latinoamericana para inducirnos al baile desprejuiciado”. Tornar la desgracia y el desgarro y transformarlo en la pista de baile, es efectivamente un sentimiento que solo se expande entre más se escucha el traqueteo frenético de la guitarra que evoca en sus punteos a la tradición del bolero mexicano, o simplemente una fiesta navideña al ritmo de Guillermo Buitrago. Arturo Ortiz
06. Buscabulla ~ Nydia
Inspirada por la cantautora y actriz puertorriqueña-estadounidense Nydia Caro, Nydia es también una melancólica meditación acerca de la identidad y del auto reconocimiento, que igualmente hace eco del viaje de regreso emprendido por Raquel Berrios y Luis Alfredo Del Valle hacia su natal Puerto Rico (luego de largos años de estadía en Nueva York) y que dio como resultado el muy esperado álbum debut de Buscabulla. Asimismo, Nydia es una muestra más del impecable control y consciencia del movimiento que Buscabulla ha logrado condensar en su elegante synth pop tropical: expansivas y densas capas de sintetizadores, un beat de un suave latir y una relajante posición de Yoga; inhalar y exhalar. Arturo Ortiz
05. Ela Minus ~ Megapunk
Una poderosa declaración de principios que no se dice en voz alta sino en susurros. Este alto contraste es la clave del trance al que nos dirige Megapunk, una construcción musical cronométrica. Ela Minus nos llama a la acción y enlaza, contra todo pronóstico, la energía pop y el despertar político. Acts of rebellion es pues una promesa cumplida, la búsqueda sonora que hemos atestiguado durante años en Ela, alcanza una dosis inimaginada de luz, minimalismo, sofisticación y fuerza. El título de este hit no es gratituito, Megapunk enrevesa el punk y nos entrega una canción/reacción a las manifestaciones sociales en Colombia y Estados Unidos, las dos latitudes de Ela Minus. Camilo Castaño
04. Diosque con los Besos ~ Alegría Dispersa
Los aires de folklor afro rioplatense recorren la espina dorsal de esta canción, dando lugar a una lírica rica y rítmica. Nuevamente Diosque nos deja una colección de frases para enmarcar, tan entrañables que nos vuelve cómplices de su estado emocional: “Alegría dispersa muy dispersa, puse cartas invisibles sobre la mesa, junto a un vaso de agua con tu labial, besos recordados.” Alegría dispersa responde a la dualidad, a la suavidad y la cadencia de sus percusiones y a la urgencia de sus palabras que distan de ser la canción más alegre del año, pero sí, una de las mejores composiciones de la pandemia. Will Balooni
03. Rita Indiana ~ El Flaco de la Mancha
“Tengo vainas raras como el flaco de la mancha”.
Hacer vainas raras es efectivamente el imperativo creativo de la genial dominicana: en El flaco de la Mancha un oscuro beat, de aires trap, es redimido, de manera inesperada, por un brillante coro de merengue con ruidosos sintetizadores. Nuevamente Rita se sale con la suya, gracias al inmenso talento renacentista que posee (e igualmente a la sideral producción de Eduardo Cabrera, ex Calle 13), el cual le permite moverse con absoluta facilidad entre las artificiales fronteras de la haute culture y de la cultura popular, creando espacios en los que un caballero medieval y el Wheeling no se encuentran a muchos metros de distancia. Arturo Ortiz
02. Carolina Zac con PANXI ~ Aparece
“Ya no espero / porque entiendo que esto es lo que quiero”. Cuatro poderosas canciones en un solo año han confirmado a Carolina Zac como figura pop en ascenso, siendo Aparece el primer deslumbramiento: del bedroom pop al himno rompepistas. Enérgica y sofisticada, esta canción cuenta con la presencia de Francisca Villela (a.k.a. PANXI), una de nuestras indóciles figuras favoritas en el indie chileno. La energía de este primer single llena los espacios y su letra luminosa anunciaba ya una intención: Carolina Zac se ha posicionado suavemente en la vanguardia del electropop manufacturado al sur de nuestro continente. 2021 será el año en que su disco larga duración vea la luz, y nos encandile. Camilo Castaño
01. Lido Pimienta con Li Saumet ~ Nada
Nada es simplemente la mejor canción de Lido Pimienta a la fecha. En sus cinco minutos de duración resume las características esenciales de su propuesta musical: Con las raíces plantadas en el folklore del caribe colombiano, encumbrando una cumbia con tintes electrónicos que lleva todo el flujo y recibe el peso del mensaje impreso en las palabras de Pimienta y Li Saumet.
Las voces de estas soulsisters se hilan, no sólo en la literalidad de su videoclip, sino que evidencian una hermandad inquebrantable. Cual himno dirigido a las luchas feministas, Nada pone en relieve el dolor de la maternidad sobre las vejaciones provocadas por el exterior: “El dolor lo tengo presente”, anuncia Lido como quien es capaz de enfrentarse a cualquier afrenta, con el sosiego de quien ha sufrido verdaderamente. Aquí se vincula el carácter naïve que caracterizaba las primeras composiciones de la artista, sumando una nueva conciencia, una rabia y un amor canalizados por un río que ahora fluye en los oídos de miles de oyentes, cobrando nuevo sentido para un público aún más amplio. Will Balooni