Varios meses han transcurrido para que volvamos a escribir acerca de Helado Negro. Lo bueno tarda en llegar, dicen muchos. Sin embargo en la obra del artista ecuatoriano Roberto Lange, esa tardanza nos ha asegurado momentos muy gratos.
Llegamos a mitad de semana con la noticia del regreso de Helado Negro quien a propósito anuncia el lanzamiento de su próximo disco, Private Energy que saldrá en septiembre. La temporada de singles del álbum empieza así con el suspiro musical etéreo, Runaround.
Con cada nueva entrega, Roberto Lange nos aproxima a lo más íntimo de sus emociones. Entre las atmósferas electrónicas hechas de costuras sintéticas, el cantautor revela con minimalismo un inimaginable universo de sensaciones.
Runaround no se exceptúa de ese universo. El nuevo corte del productor radicado en Estados Unidos nos conmueve desde la entrada. Los chirridos en el sintetizador carcomen nuestra expectativa y ahí estamos, preparándonos para flotar con Helado Negro. Sus palabras tan provocadoras nos incitan a que movamos los hombros y cerraremos los ojos. Estamos flotando en su ambiente.
Cómo siempre, la música de Helado Negro nos presenta distintos matices en los cuales podemos hallar algo para tod@s. Hay claustrofobia, amor e incertidumbre; sin embargo no son maquiavélicas las intenciones de Roberto Lange, su propósito es el de ilusionarnos y presentarnos una dimensión que pueda descifrarse mientras con los ojos cerrados, giremos y viajemos. Deleite garantizado.
Laura Carvajalino a.k.a. Lao Ra es una bogotana radicada en East London, una revelación para nuestra nutrida escena y una outsider que está recibiendo mucha atención por parte de medios especializados. Sus canciones mezclan el pop con ritmos tropicales, mientras sus letras se anuncian como una revelación contra la tradición católica colombiana.
Sus vídeos la han traído de regreso a su ciudad natal, a visitar un mercado en la canción que da nombre a su primer EP Jesus Made Me Bad o a afrontar problemas familiares en Daddy Issues. Pero para su más reciente single, Drum Machine, el equipo de Lao Ra se decanta por los tonos pastel, el imaginario tropical (piña colada incluida) para ilustrar las intenciones bailables de su banger definitivo.
"I drum to the beat of my own machine" canta Laura mientras realiza una coreografía a la medida de esta pista que recoge mucho del sonido tropical, característico del 2016 (Sorry, Cheap Thtills) mientras se desvía en el coro por una onda moombahton al mejor estilo Kali Mutsa o Cholita Sound. Drum Machine es la mejor carta de presentación para esta chica que seguro nos seguirá sorprendiendo con los beats de su inagotable caja de ritmos.
Nuestra gitana favorita se sigue reinventando con cada entrega. El más reciente single de la chilena Kali Mutsa nos muestra su lado más tribal y místico. Para la ocasión, Mutsa se hizo acompañar en los coros de su compatriota María Magdalena y la producción de Pablo Stipicic.
El Ojo Interno es descrito por su sello como una declaración celestial al amante lejano, una orquesta de querubines en clave Dembo. Una nueva muestra del espíritu inquiero e inclasificable de esta heroína del ritmo.
El nuevo EP de Kali lleva por nombre Mesmer y será editado por el sello electrónico británico ENDMK muy pronto. Mientras, le damos play a esta mezcla de amor devoto y ritmos explosivos.
Hace un año entrevistamos al cantautor colombiano Edson Velandia y aprovechamos para preguntarle sobre el futuro de su producción discográfica. En ese momento Velandia acababa de editar Cancionero Rasqa (un libro que compila todas sus composiciones enmarcadas en el género que él mismo creó junto a sus secuaces de La Tigra) y sus esfuerzos se concentraban en girar con ese formato llevando las canciones que no había grabado a un encuentro directo con su público.
Por suerte las canciones encontraron su camino hacía la edición formal y este año Edson nos sorprendió con el lanzamiento de El Karateka, un disco que se nutre de la voz, la guitarra del santandereano y de su inconfundible sello personal en la lírica picaresca.
El vídeo de La Nevera es el segundo clip promocional de este disco y fue rodado con una cámara de celular por Zulay Velandia. Rodado en una sola toma, este es un formidable ejercicio de sincronización que nos sirve uno de los vídeos mejor logrados del año.
La intención es clara: "Ya no tenemos nada / en la nevera no tenemos nada" canta Velandia dentro de su nevera vacía, comenzando una divertida secuencia que lo lleva junto a su cómplice de un altar improvisado a sus infidencias conyugales. La Nevera es un nuevo ensayo de Velandia sobre la idiosincrasia colombiana: el apego a los bienes materiales salpicado de ese ánimo buen-rollista de "al menos no estoy peor" que lo emparenta al clásico de Gabriel García Márquez El Coronel No Tiene quien le Escriba, pero que acá, en lugar de cortarnos tajantemente con su final nos deja con una frase satírica que prende la llama de la reflexión y la burla al mismo tiempo: "pero tenemos nevera".
"Yo sólo quiero levantar las manos / ser como el humo que da la señal / a todos aquellos inteligentes / que no desafían la ley natural" canta Marcela en el coro de Teorías, el nuevo single de Quiero Club, canción que marca el retorno de una de nuestras bandas mexicanas favoritas, una formidable construcción de pop melodioso con toques tribales que acompaña un nuevo paseo del grupo por las composiciones existenciales, un paralelo con el inolvidable Volver a Comenzarde Café Tacvba que nos deja con una frase contundente para entender este nuevo viaje que emprendemos: "Nada está escrito / sólo existo yo".
El clip que acompaña la canción fue dirigido por Guillermo Llamas y con su ingeniosa edición de collage nos recuerda la hermosa portada de El Techo es el Suelo, el tercer disco de los Quiero que muy pronto contará con un sucesor. Disfrútenlo al salto.
"No hay luz sin oscuridad" señala Ela Minus en Jamaica, la canción que dio a conocer su propuesta hace tan solo un año, y que ha mutado ya a tres EPs y la promesa de un nuevo álbum. Cuánta luz encontramos en su trabajo: con sutileza concilia la dulzura de su voz y la energía de sus máquinas, y a nosotros nos reconcilia con el circuito musical colombiano que ya empieza a abandonar los lugares comunes. La noche anterior a su despedida, hemos tenido la oportunidad de entrevistarla, asistir a su show y hasta fotografiarla.
Durante años tocaste en Ratón Pérez, una banda que acompañó nuestra adolescencia emo, me incluyo en este pasado. Ahora pienso en una página de Facebook que dice "Modernos veinteañeros que fueron emos quinceañeros", y creo que es una acertada definición. ¿Qué ha quedado de esta historia?
Pues, primero, me quedó todo el cuerpo tatuado (risas). Empecé a hacerlo desde los trece años. Para mí, Ratón es todo, siento que mi verdadera escuela musical fueron esos años de trabajo. Hicimos todo solos, desde componer hasta encontrar lugares para tocar, los buscábamos en Myspace (risas). Quedaron mis mejores amigos, mis hermanos, estamos siempre en contacto y oímos la música que cada uno hace.
El emo fue moda pero no la música. De repente tienes veinticinco años y ya han pasado diez desde que hiciste una canción, qué loco.
¿Sus propuestas también han mutado?¿o tu evolución ha sido la más distante?
Claro, es que han pasado muchos años. Mateo Lewis, mi hermano, hizo un disco solista hiper-pop como en 2012, yo tocaba con él en sus presentaciones. De hecho alcanzó a presentarlo en el Estéreo Picnic, aunque luego tuvo un conflicto con Internet y bajó todo lo que había, tuvo una carrera corta pero prolífica en el pop, ahora solo se dedica a producir, a Elsa y Elmar, lo nuevo de Little Jesus, también producirá a Caloncho, como ves, puro pop. David, que era el otro guitarrista, es ahora un DJ en Europa y Nico, el bajista, estudió música para cine, es un arreglista increíble y también ha sacado tres EPs con nombres distintos.
¿Y qué inquietud musical te mueve ahora? ¿acercarse, quizá, a un espectro bailable?
No lo sé bien, entre menos tenga que pensar, mejor. Creo que las evoluciones o cambios se van dando naturalmente. Últimamente he estado rodeada de mucha fiesta y siento una fascinación grande por la cultura electrónica y del baile, he ido curioseando en su sonido y sus texturas, creo que lo nuevo va un poco más hacia allá, pero no ha sido una meta musical, sino algo que se… vomitó (risas).
Los nombres que has dado a cada EP señalan un proceso de crecimiento, First Words, Grow y ahora Adapt, ¿podrías ampliarnos este concepto?
Ha sido un año de crecimiento dividido en tres. Para mí este EP cierra el nacimiento y la formación de algo, siento que todo ha pasado muy rápido y pensaba en una analogía que lo explicara. Tienes un primer acercamiento, un descubrimiento, pues para mí Ela Minus ha sido otro lenguaje, entonces es un bebé que ya nació, tiene manitos y brazos. Después hay que cuidarlo, enseñarle a caminar, a correr, a sobrevivir, he tocado mucho en vivo y eso me ha servido para estudiar las reacciones, y reaccionar también en mi música. Ahora que camina, tiene que encontrar su lugar, adaptarse, decidir en qué terreno correr. Antes estaba muy preocupada por montar un show que funcionara, en su técnica y en la conexión con las personas, y bueno, ya anda, ya es un niño corriendo, y ahora ¿dónde putas quiero que corra?¿Dónde estoy yendo? (risas).
La imagen que proyecta Ela Minus en escena está clara, entre vestuario y luces has construido una identidad sofisticada, ¿cómo llegaste a ella? ¿trabajas con algún diseñador?
¡Gracias! los vestidos los he comprado yo, el blanco que uso mucho porque me encanta, es de una diseñadora y lo saqué de su tienda. Me gustaría trabajar con ella. Considero muy importante el vestuario en la música y he empezado a buscar diseñadores, encontré a Daniela Lafaurie, hija de Olga Piedrahita, ellas me dieron unos vestidos hermosos, usaré uno hoy. De las luces se ha encargado mi mánager, Philippe, que es un experto. Aunque esta noche será muy punk: sin visuales y sin luces.
Ya habías estado en Medellín, en el festival Paralelo, ¿qué tal fue?
Bien raro, es un festival de techno, no muy relacionado a lo que yo hago, mi puesta en escena requiere muchas máquinas. Tuve que pedir tocar primero para montar todo sin incomodar a los otros artistas, así que me presenté a las 7:00 p.m. y había tres personas, literalmente, y yo con todo el amor del mundo toco para la gente que haya, pero estaba en una bodega gigantesca, que sin gente es una pesadilla por el retorno del sonido, yo cantaba y se cancelaba. Toqué poco y me sentí mal por quienes fueron a verme, por eso no dudé en presentarme de nuevo esta noche. Sin embargo, la pasé muy bien en Paralelo, tenía muchas ganas de ver a Gladkazuka, también a mi amigo Nicola Cruz, que hizo un set technero buenísimo.
La propuesta musical de Nicola Cruz es bellísima, ¿han pensado hacer música juntos?
¡Ya la hemos hecho! aunque solo por jugar. Él antes solo componía en compu y quería aprender a tocar, entonces compró unas máquinas parecidas a las mías y estuve con él, enseñándole, jugando sin planear nada. Nuit, la canción que saqué hace poco, iba a producirla él pero yo sabía que iba a estar ocupado hasta septiembre, entonces quise publicarla porque sabía que tres meses ya no me iba a gustar. Ahora quiero hacer un EP de Nuit que incluya su remix.
¿El escenario más grande en que has tocado ha sido el Estéreo Picnic?¿Cómo estuvo?
Sí. No sé si exista un escenario más grande (risas). Me fue muy bien, todavía no lo puedo creer, tocaba al mismo tiempo que Tame Impala, entonces dije “va a estar mi mamá y ya”, pero hubo mucha gente. Salí y me sorprendí, casi les digo “muchachos, están equivocados de tarima” pero realmente estuve muy agradecida, y desde logística corrieron un poco el tiempo para que quienes salían de Tame Impala pudieran llegar al final.
Yo soy muy fan del Estéreo Picnic, me conmueve que sea una marca colombiana, ¿Sabes lo que va a ser eso para las generaciones que vienen? imagina crecer, tener ahorita trece años e ir a un festival tan grande una vez al año. Me emociona mucho lo que viene gracias a ese festival.
Respecto al streaming, ¿cómo haces con las canciones que salen en Spotify? ¿Te vinculas a un sello o puedes hacerlo sola?
Lo hago sola, bueno, entre mi mánager y yo. Ahora hay unas distribuidoras digitales donde puedes subir todo pagando una mensualidad, sin tener sello. Me he vinculado a RPM, primero solo publiqué en Youtube y Soundcloud, hasta que recibí un mail de RPM para unirme, entonces salgo en Spotify, la verdad no sé si me cobran (risas). Y Philippe, mi mánager, me ha dicho que haga parte del sello Hermoso Ruido, como el festival. Bueno, seríamos solo él y yo.
Y sería perfecto, es un gran festival, tan sobrio como acertado en su curaduría, nuestro favorito aquí en El amarillo. Y de hecho tú fuiste la revelación del Hermoso Ruido, todos se preguntaban de dónde habías salido.
Sí, fue muy mágico, yo saqué una canción y me dijeron que fuera a tocar al Hermoso Ruido, a los 10 días, dije que no, que no sabía cómo tocar esta música, pero me convencieron. Vine una semana antes a Colombia para ensayar y preparar todo porque de verdad no sabía cómo presentarme en vivo. La aerolínea perdió mis maletas durante tres días, entonces quedé aquí hecha una bola de ansiedad, pensaba que tendría que cancelar, fue una montaña rusa de emociones, pero al final todo salió mejor de lo esperado.
Siento que ese viaje no se ha acabado, yo salí de mi casa al Hermoso Ruido y no he vuelto. De hecho esa casa ya no existe, ha pasado casi un año, ahora llego a dormir al sofá de mi hermano por unos días. Buscaré casa para agosto. Un festival me cambió la vida.
Al quinteto español Extraperlo lo conocíamos por varias referencias. Primero, esa extrañísima pieza de pop tropical Las Palmeras del Amor que sin proponérselo se convirtió en fuente indispensable de melodías en el 2009. Luego, El Guincho se encargó de presentarnos a su voz líder, Borja Rosal, en los recitales que daba en la era Pop Negro. Este mismo se encargó de producir el segundo disco del grupo, Delirio Especifico (Canada, 2012), el cual exploramos tímidamente ese año, eso sí, rescatando una pieza irresistible como lo es Modelos Blandos.
Chill Aquí, salió a principios de año, y aunque anticipamos su lanzamiento hemos de admitir que su encanto no fue inmediato (suele pasar), siendo eclipsado por otros lanzamientos del primer semestre que parecían tener más carne de donde roer. La cosa cambió gracias al segundo single del disco, la homónima Chill Aquí, una colorida producción de su sello que los volvió a poner en nuestro radar. Una cosa lleva a la otra y gracias a las recomendaciones de Youtube regresamos al primer corte de difusión del disco (y a su anodino -a posta- vídeo), Algo Distinto, una segunda escucha reveladora que sirvió para dejarnos seducir por los detalles de la mezcla y por las intenciones rarunas de Extraperlo.
Algo Distinto es la encargada de abrir el disco que comienza reclamando novedad desde la ventana de la decepción: “Creo que esperaba tanto de esta ciudad / Y ahora estoy decepcionado / con motivo, de manera urgente. / Llévame a algún sitio extraño de esta ciudad. / Todo está tan ordenado…” una declaración de principios que baña Chill Aquí con aires suaves producto de una producción meticulosa pero blandiendo la bandera de la extrañeza. Una extrañeza que radica en la voz siempre disonante de su frontman que nos saca del confort creado por melodías bien elaboradas y en el mejor de los casos inolvidables.
“Se tarda tanto tiempo en querer tanto a alguien / el mismo más o menos se tarda en separarse” canta Rosal en otra de las destacadas del disco, la discotequera e intimista Ritmo Privado, completando así un triángulo perfecto de canciones que combinan algo de metafísica con pura garra terrenal. La Celosa con sus inquietantes rasgueos de guitarra y ese pegajoso “dilo, dilo, dilo” nos hace olvidar que estamos ante un disco de temáticas mundanas (el odio irracional en No me toques por la espalda, o el amor modernillo en ¿Y si fuera mujer?), para sumergirnos en un estado de reposo producto de la mezcla de ingredientes del chill out, el disco, el funk y el lado más elegante de la movida tropical.
Quizá sean los beats que relucen en cada canción, los sinthes, los bajos, o los efectos de las guitarras; lo único que nos queda claro con esta tercera entrega de Extraperlo es que han sabido conjurar su producción sin ceder en su feísmo estético pero tomando riesgos en pos de la coherencia en el sonido, y en favor del oyente que seguro encuentra algo distinto o un detalle cautivador en cada instalación. Un ejercicio radiante que se resume en Lo Nuevo y lo Viejo, una canción a la mitad del disco que se va hilando suavemente y que de pronto sorprende con uno de los mejores y más fugaces solos de guitarra que hayamos escuchado este año, prueba de que la sorpresa puede encontrarse aún en los lugares más cómodos.
"No hay apuro / vamos lento" canta Cer de Marineros en su nuevo single, y con esta frase confirmamos varias ideas que teníamos flotando sobre la concepción del grupo chileno. Torbellino se une a la escalada de singles sueltos que el dúo libera cada cuanto y que luego forman parte de un conjunto coherente como lo es su excelente disco debut O Marinerosde 2015, que se fue formando de los singles que el grupo había editado desde el 2013.
Otra idea que se concreta con esta entrega es la facilidad (o maestría) que el equipo de Marineros tiene para crear canciones pop redondas. Torbellino tiene la firma indeleble del grupo: guitarras estelares, programaciones al pelo, voces y letras sugestivas, coros, estribillos y melodías ensalzadas con matices de amor contemporáneo. Con esta precisamente nos remontamos al amor primerizo, a los descubrimientos de nuevos poderes y nuevas sensaciones.
Con Torbellino Marineros se apuntan un nuevo hit entre sus seguidores y ratifican sus intenciones de ir lento pero seguro.
Actualización: Recientemente se estrenaba el vídeo oficial de Torbellino, una cuidada pieza que nos hace testigos de la intimidad de las chicas Marineros. Dirige Soledad Aguila y Soledad Puentes.
El venezolano Alejandro Ghersi a.k.a. Arca acaba de liberar un disco corto titulado Entrañas, en descarga gratuita desde su cuenta de soundcloud, y con él, el primer single en forma de vídeo clip, Sin Rumbo, este perturbador track encargado de cerrar el disco.
Como Arca, Ghersi ha editado dos discos de electrónica experimental, Xen en 2014 y Mutant en 2015. Lo curioso de este lanzamiento es que por primera vez el productor recurre a su lengua materna para nombrar sus canciones y para llegar más lejos pone de frente esta extraña pieza que más bien parece un outtake de la última etapa de Björk, quizá por su giro vocal, pero que a la vez sorprende por la forma como se apropia de la canción melodramática latinoamericana. Sin Rumbo parece un bolero hyper-futurista que reluce desde el minimalismo y la tensión, una escucha poco ortodoxa pero atractiva.
En su carrera como percusionista, Ela Minus ha aprendido a reducir los beats de sus entregas al punto de crear su propio discurso musical al que llama, de forma muy acertada, tinydance.
Después de dos EPs con los que ha sabido despertar nuestra curiosidad, sacados en menos de un año, la colombiana anuncia un tercer intento que llevará por titulo Adapt. De allí se desprende Nuit, una canción enigmática de tonos oscuros y descompuesta que abre con una frase cual advertencia de abandono: "I´ll take my plants and leave"; el resto de la canción, entre beats minimalistas y adornos sintéticos parece una huida preparada con meticulosidad, como cuando intentabas escapar en la noche, haciendo el mínimo de ruido pero conservando la gracia y las esperanzas del placer nocturno.
Ela se presenta este viernes 7 de julio en Bogotá junto al productor español BeGun (con quien colaboró en un tema de su último disco), y el 8 en Medellín. Vale la pena ir a juntarse al tinydancing de la Minus antes de que vuelva a emprender su escape hacia los Estados Unidos.
El último disco de Maria Daniela y su Sonido Láser salió a finales del año pasado y apenas ahora nos llegó su eco gracias a una canción con pinta de hit, muy por encima de su evidente título. "En esta noche oscura / crece el poder de un sueño / bailando en la pista / creamos un imperio", esta frase que nos recuerda la apertura del último disco de Dënver, por su tono darks, es la encargada de abrir esta descarada pieza de electropop que nada en las fuentes del k-pop y el electrodisgunting de las Bistecs. Si le jalan al último disco de Grimes o son de los que en secreto han bailado el Gangnam Style, seguro encontrarán muy placenteros estos 4 minutos de descarga pop.
La excusa era el vídeo, pero a decir verdad, la canción lo supera con creces. Bonito de ver igual.
Esta semana el productor británico Dev Hynes publicó su tercer disco Freetown Sound, una coherente colección de canciones de corte personal y político en la línea del movimiento Black Lives Matters, y con sus imprescindibles colaboraciones femeninas que ensalzan aún más sus acercamientos al R&B y el revival ochentero.
Por el micrófono de Blood Orange pasan figuras como una reivindicada Nelly Furtado, Carly Rae Jepsen, Deborah Harry de Blondie y nuestra outsider favorita Lorelly Rodriguez, mejor conocida por su alias de Empress Of.
Best To You se convirtió en nuestra obsesión de la semana de forma instantánea, no más escuchar los intercambios vocales de Hynes y Rodriguez en la introducción de la canción que poco a poco se va convirtiendo en una masa rítmica incontenible. Los sonidos tropicales que acompaña el bajo y los sinthes son la cama perfecta para las piruetas vocales de Empress Of, mientras que el toque melancólico en los ecos de Blood Orange nos recuerdan que estamos ante una pieza que recoge de varias fuentes del pasado para pedirnos añoranzas futuras.
El dos de julio es el cumpleaños del cantautor argentino Juan Roman Diosque, mejor conocido por su constante alias Diosque, y para celebrar la ocasión acaba de liberar un single doble en colaboración con Julieta Venegas y Molly Nilsson; un muy anticipado regreso luego de romper barreras con su disco de 2014, el inmarcesible Constante.
Parte de nuestra redacción presenta sus primeras reacciones sobre este sorpresivo lanzamiento.
La una muy Julieta Venegas y la otra muy poco Molly Nilsson.
La extrañeza que viste el nuevo y doble sencillo de Diosque se agota pronto, aunque dos grandes nombres le adornen.
Toca mis huesos, junto a una Julieta Venegas en su lánguida interpretación se sitúa más en la cómoda balada de ella que en el incómodo pop de él. La oportunidad ideal para el giro de tuerca que tanto busca Julieta en su contacto con los artistas independientes y experimentales se ha quedado en otra canción aceptable, tibia. Las letras de Diosque conservan su filo y regalan bellas imágenes pero a estas alturas da mucha pereza escucharle canciones de amor a Julieta Venegas.
Viéndolo resulta más luminosa, pero viéndolo bien, tampoco estremece. Si en el lado A, la voz invitada se hacía protagonista, aquí se disuelve tristemente. Una bellísima letra se baña de misterio en la pronunciación de Molly Nilsson y la melodía tan contagiosa podría significar un alivio, si no fuese inevitable pensar en los estándares que cada uno ha fijado y la normalidad con que avanza esta canción, cuando se esperaría tanta rareza. De este inteligente ejercicio queda la sed, la sensación de que se debía y se podía alcanzar otras dimensiones, quizá el éxtasis. Castaño
Justo ayer me enteraba de este lanzamiento por un teaser que muestra a Julieta y a Diosque interactuando vía Skype, el resto era de esperar a ver. Las colaboraciones de la Venegas con artistas de corte más independiente no nos sorprenden ya, pero seguro su bienaventurado encuentro con Gepe y Javiera Mena era más orgánico y fácil de imaginar que este con Diosque, que de momento nos parecía improbable. Su encuentro parece el choque de dos mares creativos. Por un lado, los preciosismos pop de Julieta y su singular modo de interpretar, y por el otro, los acentos y las inquietudes de pop bizarro de Diosque. Toca Mis Huesos es una canción de amor aparentemente accesible en la que reconocemos al cantautor pero no sus métodos, quizá no era el salto evolutivo que esperábamos después de su anterior disco, pero sí un ejercicio interesante que seguro se irá adhiriendo a nuestro cancionero diario con las escuchas.
Por otro lado, la cara B, al lado de (la hasta ahora desconocida para mi) Molly Nilsson la encuentro más arriesgada y disfrutable, quizá la canción más extensa de Diosque hasta la fecha, lo muestra completamente apoderado de su faceta electrónica y juguetona, una suerte de encuentro creativo sin sobresaltos y un camino claro por el cual andar. Will