Triángulo de Amor Bizarro está de vuelta. La banda española acaba de estrenar su cuarto disco Salve Discordia (Mushroom Pillow, 2016) y con el lanzamiento presentan también el vídeo para uno de los cortes promocionales con los que venían anticipando esta maravilla de disco (el site Jenesaispop los corona con un 10/10).
Baila Sumeria, en palabras de Mushroom Pillow es la canción más pop del nuevo disco de TAB, no por nada nos deja una frase que promete quedarse en los anaqueles de la escena independiente en 2016: "la ciencia es mentira sin ti", y como dato curioso, también los emparenta en sonido con New Order, de quienes extraen su particular nombre.
Para el clip que verán a continuación, la banda recurre a la dirección de Jordi Cussó quien le da un rollo continuista a la imagen que maneja TAB en sus videoclips. Un poco de sangre, referencias góticas y cortes rápidos, nuevamente un marco particular para estas escenas a simple vista inconexas que ganan por su fuerza estética. El noise gótico en todo su esplendor.
El año pasado, Guillermo Farré nos sorprendió con un EP en español que sigue destilando magia con el paso de las estaciones.
Medalla de Plata, canción que da título al disco es la gran destacada del conjunto gracias a su suavidad veraniega y unos violines pomposos que hacen su aparición magistral en el corazón de la mezcla. Para los curiosos, acá les dejamos el enlace a nuestra reseña de este formidable esfuerzo que devuelve a nuestro héroe a su lengua materna.
Dándole continuidad al lanzamiento, Wild Honey acaba de estrenar el clip encargado de darle imagen a estas tonadas y aunque no ilustra a la perfección nuestra visión del verano frío, sí nos deja bonitas capturas para alimentar la vista.
Protagonizado por Isabela Moiseeva, bajo la dirección de David Iñurrieta, el clip se vuelve la excusa otoñal para acompañar los compases de la canción: apariciones fantasmales, playback del mismo Farré, un marco singular para las tomas de naturaleza y una fotografía impecable.
Amiga, el nuevo disco del chileno Alex Anwandter coincide con otro acontecimiento importante en la carrera de este intrépido artista: el estreno de su película "Nunca vas a estar solo" en el festival internacional de Cine de Berlin. El filme, basado en la trágica muerte de Daniel Zamudio, es otro más de los riesgos en los que se involucra Anwandter y seguro será un cita obligada para cinefilos en 2016.
A nosotros lo que nos concierne, la música. El anticipado nuevo disco de Alex saldrá bajo el sello Chilevisión Música en chile y Nacional Records en Estados Unidos. Siempre es viernes en mi corazón es el primer adelanto del nuevo disco y para no dejar pasar las ocasión, parte de la redacción comparte sus primeras impresiones de este regreso (triunfal?).
♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦♦
Siempre es viernes en mi corazón es una canción contestataria (y a la vez una sutil invitación a la fiesta permanente): "todo el tiempo me siento morir y el viernes no he de morir", aunque todo el rollo se reduzca a una consigna: no dejarse joder por las instituciones. Una idea bastante loable que lo emparenta musical y conceptualmente con su primer disco solista baja el seudónimo de Odisea: Un ejercito de sintes reforzados por una percusión y beats abrasivos así como violines sutiles que se unen a la mezcla en el momento justo. Más allá de estos factores me queda un sabor agridulce con este lanzamiento. A la espera de un gancho que redondee las intenciones o de las características de un himno a la medida del título, me quedo con una canción que podría olvidar con el siguiente descubrimiento, tal vez es el espíritu del momento, pero prefiero ser sobrio y esperar el disco completo para darle alas a las intenciones bailables de esta entrega. Will
El regreso de Alex se ha visto inflado por el hype luego de que el artista chileno nos dejara roto el corazón hace cinco años. Su retorno se efectúa bajo las luces magenta y azules y el mismo sentimiento agridulce con que se le ha conocido. Siempre es viernes en mi corazón choca entre el júbilo y atravesando colaboraciones de la era pop-disco sudamericana mientras esperamos Amiga. La invitación a Ale Sergi y Juliana Gattas de Miranda! a la fiesta de Anwandter nos introduce a su nuevo capítulo que pretende calar de la misma forma que Rebeldes lo hizo, explotando en medio de la represión social. En este caso la fórmula del cantante es desvelada al comparar líneas que se encuentran en la misma temática. Hace cinco años el megahit ¿Cómo puedes vivir contigo mismo? presentaba la temática de las decisiones consideradas como “pecado” (y aún así Anwandter se sentía en el Cielo) por ciertos grupos y que en su nuevo single responden con un “si quiero prenderle fuego a algo/que sea a la Iglesia y el Congreso”. La opresión experimentada por el chileno se siente y nos golpea con sus beats euro-disco que puede confundirnos y dejarnos con ganas de escuchar más para comprobar la nueva línea que ha tomado. Alejandro
Las papeletas que presenta Tei Shi (aka Valerie Teicher) para aparecer en este medio son abrumadoras. Hija de colombianos, nacida en Argentina, ha vivido en varias ciudades como Bogotá y Montreal, antes de radicarse en Brooklyn desde donde comenzó a forjar su nombre como cantante y productora.
Si su prolifero background no les dice nada, quizá los dos eps que ha sacado hasta el momento sí lo hagan.Saudade en 2013 y Verde en 2015, de este último precisamente se desprende la razón por la que nos animamos a seguirle la pista a esta outsider. Se trata de Basically, una canción que nos hace re-evaluar nuestro conteo anual de canciones con una fe ciega en su poder hipnótico que radica en capas de sintes y un registro vocal inolvidable y pegadizo.
Así que para no aparecer de la nada, les presentamos a la chica en cuestión con un regalo en la mano. Se trata de una revisión de su canción Go Slow al lado del rapero Rome Fortune, un devoto conjuro de bases para que el invitado se luzca y la productora deje escapar su arsenal y su voz etérea.
Para descubrir, les dejamos algunos vídeos de Tei Shi, así cómo la descarga prometida.
Canada produce el asombroso nuevo vídeo de El Guincho al lado de la Mala Rodriguez. Firmas que garantizan un emocionante y único producto audio-visual. Mientras el nuevo material de el canario lo emparenta con la era del autotune y las bases de hip-hop, la, ya famosa, productora, sigue explorando conceptos asombrosos y que rayan en el sin-sentido, pero con una unidad visual que los identifica en un océano de productores (no por nada dio a los australianos de Tame Impala el mejor vídeo de su carrera).
En Comíx, Pablo Diaz-Reixa hace su gloriosa aparición en un universo paralelo en el que oficia como músico y director de un una pandilla de breakdancers que lo pone en jaque en situaciones un poco absurdas. Marcando las rimas de la canción, estas escenas son un gran despliegue de arte y riesgo, con tantos momentos memorables que es casi imposible despegarse de esta maniobra acrobática. El pop del futuro ya tiene quien lo ilustre.
El tiempo puede sernos un ingrato ladrón o una oportunidad para empezar siempre de cero. Aún así, con o sin análisis del paso del tiempo ¡Increíble como va volando! Cinco años atrás y vemos al venezolano de la gran cabellera Cheky Bertho debutar con un disco lleno de rincones eléctricos que definieron la llegada de Algodón Egipcio al pedestal de la música iberoamericana alternativa con La Lucha Constante en 2011.
Luego de entregarnos el año pasado Multiestabilidad una canción cruda y desarrollada con samples poco ortodoxos, el buen Cheky nos prepara para su anticipado disco La Confianza Ciega con La Estrella Irregular. El nuevo corte musical llega como un objeto compuesto por tantos sonidos que nos hacen topar con distintas capas a lo largo de la canción. Según Bertho ha mencionado, La Estrella Irregular es el intento de conectar sonidos distintos como los caribeños y los africanos, esto bajo amalgama pop-ondulante que representa Algodón Egipcio.
Más adentro, su temática se desarrolla en la aceptación de lo que hay en el momento y cómo el pasado es nada más que un profesor. La canción pasa desapercibida como una a la que se le pueda atribuir un calificativo de júbilo, es todo lo contrario y lo afirmamos al escuchar la línea "no hay gloria, no hay esplendor, mira alrededor". Así, Algodón Egipcio nos invita enfrentar lo que se ha ido, tomar los pedazos y construir algo nuevo.
5 años después del glorioso Pop Negro, El Guincho regresa oficialmente este 12 de febrero con su tercer (cuarto) disco, el anticipadísimo HiperAsia. El álbum, cómo lo describe su nota de prensa, está inspirado en un lugrar en Madrid que fascinó a Pablo Diaz-Reixa al punto de descartar el material que había compuesto para embarcarse en la tarea de darle un sonido a este "lugar" tan particular que representa para él la Madrid "en macro".
Cómix es el tercer adelanto del disco (al año pasado nos entregaba Mis Hits y Rotu Seco). En él se sigue generando un sonido futurista y descompuesto que reta al oyente a primera escucha, pero que (como en nuestro caso) se va agarrando firmemente a los oídos hasta volverse parte de un flujo rítmico natural. Las distorsiones en la voz aplican también a su compañera de pista, la rapera española Mala Rodriguez quien se suma a esta pista de hip-hop que encuentra a nuestro héroe entre rimas propias de un gran intérprete del genero, pero en downtempo y con el autotune a mil.
Finalmente, llegó del momento de despedir el 2015. Si nos preguntan a qué nos sonó el año en materia de discos, hemos de decir que fue un año para desencontrarse con varios autores y un buen momento para escudriñar en busca de nuevos y emocionantes sonidos; la producción fue tal que no pudimos quedarnos sólo con nuestros favoritos y por eso les compartimos 10 menciones honoríficas, para un gran total de 30 publicaciones discográficas que nos acompañaron durante el año pasado. Les dejamos la puerta abierta para que descubran algunos de estos títulos, quien quita y terminan hallando una joya para la posteridad.
Por alguna razón siempre encontramos alivio cuando otrxs logran expresar tan bien sus aventuras y desventuras que nos volvemos parte de ese ciclo donde topamos con más preguntas que respuestas. Para los de Guillermo Farré y compañía, su Medalla de Plata es un manifiesto épico que tiene los riesgos como tema central detrás del EP. Marcado por el obvio uso del español en su totalidad, la agrupación española nos abre la ventana para que echemos una mirada a un cuarto lleno de sueños, distorsiones y recortes de papel. Llega un final como siempre y en el paseo por los cuatro tracks de Wild Honey las conclusiones llegan como el humo, tan visibles pero no palpables. Un EP pasivo, sin apuros, sólo importa el momento en que se logra respirar y abrir los ojos. Alejandro Ortiz
Pasando por la bachata distorsionada en la titular Boy de la Costa, hasta la champeta lo-fi de Tormenta Tropical, es importante destacar cómo cada atrevimiento aquí brilla con luz propia. Como esa mezcla de beats y guitarra acústica en la inigualable Trópico de Acuario, una marcha singular hacía los reclamos de un amor fallido, musas infaltables en la discografía de este genio de habitación. Por suerte y con un poco de precipitación nos llegó esta nueva entrega del chico terrible del ruidosón. Boy de la Costa es tan ecléctico como podíamos esperar, tan crudo y bailable como siempre lo ha sido María y José, y como siempre, anunciando un calor pecaminoso que sólo se quita agitando el cuerpo y matando algunos demonios en una era en la que la única religión vigente es la internet y la disociación. Will Balooni
Un álbum estrenando en los últimos días de 2015, no podría estar bien asimilado pero aun en una acelerada lectura, se reconoce en Presión Social a una obra maestra. El disco es la tercera, y al parecer última entrega, de un proyecto liderado por Lucas Martí, quien en un importante ejercicio de escritura, ha compuesto una serie de canciones que en primera persona atañen a la mujer. Dicho de otro modo, Lucas hurga en su feminidad y su feminismo para hacer canciones sobre el sentir de la mujer, y se pregunta a su vez si es que acaso existe esa diferencia. En un experimento que trasciende lo musical, pues su lectura desde un prisma antropológico daría lugar a todo tipo de tesis, se nutre de una decena de mujeres que con sus voces dan vida y matices a historias que evalúan desde el dolor hasta el humor. Presión social incluye también la acertada voz de Dani Umpi, que allí más que nunca luce como un Antony Hegarty latino y propone con fuerza desdibujar el género. Juan Castaño
Ômega III, la homónima del disco, es también su pieza central. En ella escuchamos a Sara meditando sobre la vida de los peces y haciendo paralelos con la de otros animales como el hombre. Estos retazos de melancolía que surgieron cuando leía a Schopenhauer, vienen revestidos por una aparente calma ambiental que pronto desemboca en un post-punk envolvente que nos saca de un estado latente de contemplación. Un resumen de la experiencia de este disco. Sorpresas como esta están a la orden del día, siempre dirigidos por la delicada voz de Sara, entonando pesares que nos llevan de paseo por nuestros recuerdos de adolescencia traumada.
Si hemos de resumir esta experiencia en palabras, Ômega III es el más cristalino retrato de una era turbulenta con la claridad de quien se puede ubicar algunos peldaños por encima, y como pocos, un brillante debut. Will Balooni
Mala Madre es sin lugar a dudas el mejor disco de Camila Moreno hasta la fecha, mostrando una evolución importante en la manera de abordar sus temáticas, incluso permite concesiones al dejar su voz en un plano más contemplativo, dándole fuerza a la construcción sonora. Un disco al que no le sobra casi nada y que no aspira a cambiarle el juego a la escena musical, pero lo suficientemente aterrizado como para volverse la punta de lanza de un movimiento de intérpretes y cantautores que se van quedando en el camino. Moreno parece inscribir su nombre en una lista de artistas ricos en referencias y más preocupados por la búsqueda que por el objeto a encontrar. Will Balooni
Toda la garra contenida en las canciones de Se Nos Fue La Mano, todo lo abstracto, espacial, turbulento, experimental y pomposo, se gana su lugar con creces y se hace coherente a través de una hora exacta de playtime. Canciones que rondan lugares entre la ficción y la cruda realidad pero que siempre dejan espacio para notas intimas que se leen entre líneas como metáforas de situaciones cotidianas. Aquí hay espacio para la calma y los momentos de escapismo, pero también para la estridencia y los arreglos estrafalarios, intencionalmente ubicados para resumir un cúmulo de ideas como el fruto de años de trabajo, como ese góspel para ateos que cierra el disco, en el cual participan casi todos los músicos de la escena independiente puertorriqueña, un canto a la devoción titulado Alucinando al Máximo, prueba fehaciente de que con este disco a Alegría Rampante no solo se le fue la mano sino que excedió cualquier expectativa. Will Balooni
Diez canciones son suficientes para firmar una entrega como esta, aunque su exhibición sea tan kitsch y sobre-cargada, el tiempo de escucha no reprocha nada y lo que se disfruta y recuerda sobrepasa los límites auto-impuestos. Changuemonium es el hogar de changos y de una mujer liberada, un cancionero pop por el que sus contemporáneos matarían (esa va para Gepe), un imprescindible del 2015 que nos devuelve una de las figuras más creativas y desparpajadas de la escena, una eterna punketa que trasciende su encasillamiento y mantiene su vigencia y relevancia de cara a una industria y para el placer del que se anime a darle play a este endemoniado cancionero que retoma lo mejor de la escena alternativa del México de los noventas, con todo y su folklore distorsionado. Will Balooni
El sonido de Sangre Cita es un constante tributo al pop oscuro, si es que existe esa definición, y a los arreglos electrónicos más contagiosos en las últimas décadas. El amarillo celebra también la valentía del dúo, fácil habría sido repetirse después del éxito que significó su álbum del 2010, pero fieles a su curiosidad han elegido nuevos caminos en su proyecto, que si bien postergaría la fama y la atención del circuito más amplio, para hacer historia con firmeza y continuar siendo de los pocos abanderados de aquel fenómeno musical que ya podría verse como la movida chilena, donde alguna vez fue obligación la independencia y la experimentación. Juan Castaño
La prolifera artista y cantante argentina Rosario Blefari se armó un dream team de músicos con los que lleva dos años generando buenas ondas entre sus seguidores (de los que la siguen desde Suarez hasta su etapa solista), y en nuestro caso particular, conquistando nuevos oídos con una fórmula que combina canción de autor y garra rocker. Su definitivo debut vio la luz a finales del 2014 y el año pasado nos estuvo acompañando en varios pasajes, entre el bullicio, las multitudes indeseadas, los viajes en metro y los paseos cotidianos. Es que este disco suena a lugares comunes, a historias que no se habían contado antes pero con la naturalidad y la sutileza suficiente como para sorprenderte tarareando las frases como si fueran compañeras de largos periodos de tu vida. La hazaña dio sus frutos y ojalá se reproduzca en las formas que sus autores dispongan. Will Balooni
Gospels como título para este disco juega con el nombre de la banda, uno que en sus inicios tuvo más de un traspiés para llegar a su forma definitiva. En síntesis, este disco resume las búsquedas que Pels se han hecho desde el principio, un sonido (o varios), una voz, una trama y unos deseos de seguir explorando el basto campo de posibilidades del rock. Aquí se arriesgan a sonar melancólicos, desprejuiciados, psicodélicos, tristes y felices a la vez. Dentro de las inquietudes latentes del disco encontramos el paso del tiempo, cómo ese tren que amenaza con dejarnos, esa inexorable preocupación que conmueve a varias generaciones lleva la batuta en estas once canciones que irónicamente también sirven para enaltecer el amor (por la familia y la pareja, por uno mismo) y para plantearnos respuestas sencillas a grandes incógnitas existenciales: “mientras tenga vida todo me puede pasar”. Will Balooni
Otoño Negro restituye el lado acústico de Colombina, dejando de lado los arreglos densos y la instrumentación efectiva, acá nos deslizamos por acordes de guitarras con ecos de habitación y el acompañamiento mínimo en unos cuantos cortes, acercándolo a la categoría de disco de confesión de los que poco se editan por estos días en este lado del planeta. Pareciera que Parra tiene la libertad absoluta para editar este tipo de material y nosotros estamos más que satisfechos e identificados con el resultado final. Will Balooni
El regreso de Entre Ríos en 2013, trajo consigo un manifiesto donde su música huía del formato concierto y más bien se adscribía al circuito del arte. Así, cada álbum ha traído consigo imponentes exhibiciones e instalaciones en galerías argentinas, que lamentablemente aún no logran ser llevadas a otras latitudes. Pero bien, las canciones siempre pueden viajar e Internet ha permitido acercarse tanto al sonido como al sentido de la propuesta. Se entiende que Cuadro es un disco acompañado de un cuidadoso trabajo visual para un show de domo, en perfecta sincronía con las referencias astrales tan presentes en el legado de Entre Ríos. Juzgado únicamente como un álbum, Cuadro se debilita, pues la delicadeza de sus arreglos y la aterciopelada voz de Loló Gasparini se convierten en una fórmula monótona. Reconociendo el genio de Sebastián Carreras es posible confiar en que Cuadro es un himno a la suavidad, y que decisiones más arriesgadas le esperan a la vuelta de la esquina. Aún así, Cuadro ha sabido robarse nuestros corazones y a pulso se ganó su lugar en esta lista gracias a la escucha constante y el efecto hipnótico de sus canciones. Juan Castaño
La palabra comodidad es definida por la RAE como “Cosa necesaria para vivir a gusto y con descanso”. El cantautor brasilero Cícero no necesita de un diccionario ni mucho menos de la RAE para definirle al oyente lo qué comodidad es, no, el cantante la musicaliza. Con tres obras ahora bajo su manga, Cícero vuelve a levantar un refugio de poemas suaves con su persistente diseño minimalista basándose en la brisa que la playa nos regala. A Praia su más reciente álbum no es pretencioso, se vale de cuerdas y percusiones leves que tienen el único fin de sentir la espuma de la playa chocar contra el oyente. Alejandro Ortiz
Como una trilogía, La Bien Querida dividió las canciones de su álbum para entregarlas en un EP tras otro, con la distancia necesaria para llegar al hueso de cada una y entender al álbum final como el mejor en toda su discografía. La innegable influencia de New Order en la inyección de electrónica y krautrock en las melodías, reluce una vez más en el misterioso títulode tres palabras, como un hermoso tributo al icónico Power, Corruption & Lies. Pero superando esta gastada comparación, lo que este álbum ofrece escapa a sus referencias, pues bebe además de la canción popular española y la balada más sesentera, originando así una aleación sin precedentes, que parte de la nostalgia para dar un testimonio contemporáneo, con renovadas perspectivas acerca del sentimiento humano, que muy bien conoce La Bien Querida. Juan Castaño
A Sole Parody le viene natural el experimento. Su primer disco, Cásala es prueba irrefutable de esto. Plagado de sampleos y voces en off, logró su propósito de crear el concepto de soundtrack cotidiano y personal. Pero para Hondo la cosa se puso densa y con razón. Esta es la entrega más personal de Le Parody hasta la fecha, y como tal debemos estar listos para descender junto a la voz de esta mujer... en el camino nos encontramos con la reinvención del folklore español, de sus ancestros y de las vertientes que la alimentaron, pasando por los ritmos balcánicos, el Bollywood omnipresente y los vientos fervientes de la Habana. Y por dentro, llegando al fondo de esta exploración descubrimos que todo se mantiene consistente gracias al cuerpo electrónico que hila cada sonido de esta placa. Llegando al punto cumbre del disco, la voz y las palabras de Sole, la cual entre distorsiones nos invita a un juego perverso en el que debemos salvarla, y nos pide ayuda, pero al final ella no la necesita, conoce su poder y acá lo despliega sabiamente para que nos dejemos caer en el trance de este viaje interno. Will Balooni
Tremenda espera nos han hecho pasar Constanza Espina y Soledad Puentes. Tras el éxito de un vídeo delicado como Espero, la joven dupla fue incrementando lentamente las dosis con las que nos llenaban de esperanza. Al pasar por varios singles antes de la publicación de O Marineros las chilenas proponían un juego en el cual, por más desesperación que existía por escuchar el anticipado debut, sus personajes siempre se mostraron intachables hasta recibir la inesperada noticia del lanzamiento. O Marineros se empeña en ser eso: un viaje turbulento en bote sobre aguas hermosas, así de irónico, tal y cómo lo es la vida. La presencia somnolienta que encontramos en el disco, más allá de calmarnos bajo sonidos electrónicos y cuerdas que retumban, nos acercan a un mundo crudo donde Espina y Puentes regeneran el pop chileno. Alejandro Ortiz
Los experimentos cromáticos siempre han sido los favoritos de la cantante Lorely Rodriguez aka Empress Of. Con su entrada al mundo cibernético y de la música basado en un conjunto de canciones que lanzó en 2012 bajo el título de Color Minutes, Empress Of le apostó a una iniciación instrumental de synths cálidos que en su corta carrera han sido sus mejores aliados. Volvemos la mirada tres años atrás y podemos vislumbrar sin complicaciones el ascenso de Rodríguez con su EP Systems, pedestal que la mantuvo hasta el año pasado como uno de los proyectos “a punto de explotar” más interesantes. En 2015, con delicadeza pero con un sonido aplastante, Empress Of destruyó el pedestal en el que se encontraba para armarse uno más grande que la mantendrá de pie por mucho tiempo más después de su inteligente LP debut Me. Himnos al ser, rechazos hacia las relaciones enfermizas y en general un armamento sonoro tan macizo como caleidoscópico. Alejandro Ortiz
Desde su título hasta su presentación, el cuarto disco de Sr. Presidente no es literal en ningún momento; folk, frases para la posteridad, ejercicios de estilo, guiños a la princesa del pop, visiones pesimistas ensalzadas con un poco de ritmo y varias baladas devotas construyen el cuerpo de este disco corto con aires de grandeza. Un cancionero bien construido que nos permite intuir la capacidad creativa y de síntesis de este autor, y no es que no lo haya hecho con sus trabajos anteriores, pero con esta placa en particular, Heberto Añez nos ha vuelto a todos ciudadanos de su país de ensoñaciones y bailarines en su caos. Will Balooni
La incesante inquietud de Christina Rosenvinge, nómada y figura esencial de la música en español, levanta su voz tras dos álbumes de susurros, para dar vida a Lo Nuestro. Cada canción es nueva y aún así, parece responder a una antología, pues el disco recoge lo que Christina ha vestido a través de los años, desde la fragilidad hasta la fatalidad. Sus letras, con más sabiduría que nunca, abordan escenarios íntimos como el amor, la soledad o la vejez y saludan por vez primera a una perspectiva social, indagando desde la crisis económica hasta el grito feminista. La sutileza de Lo Nuestro caló hondamente durante el 2015, y cada canción pudo descifrarse, pues la fuerza literaria de Christina obliga una lectura recurrente. Juan Castaño
Emilio José pasó de ser un músico anarquista que se revelaba contra todas las estructuras formales de la canción popular para convertirse en un revolucionario de la melodía y la experimentación. Como buen agricultor de sonidos se mantuvo varios años por fuera de la escena cultivando su segundo disco oficial y la generosidad de su cosecha nos la sirvió en tres discos. Desmedido, sin lugar a dudas, pero con la escucha, lo que podría convertirse en un ejercicio tedioso se vuelve un acompañante ideal para cualquier momento del día. Pasando por ♥, una composición que revisa varios estadios del amor y que atraviesa los tres discos como el encore de su primera versión de casi 20 minutos, y expandiendo su voz hacía la crítica cruda en canciones como Sepé Tiaraju y Horizonte Español, con ejercicios arriesgados pero naturales como el hip hop de Xero (cocaína) o el jazz de Cidade, este extenso disco tiene todo para que nos pasemos horas, incluso años hurgando en su contenido; una rareza que re-plantea el juego de la producción discográfica en el siglo XXI y aunque de forma anacrónica termina convirtiéndose en el zeitgeist definitivo de un año convulsionado e hyper-productivo. Will Balooni